A sus 85 años John Romita Sr. es una leyenda del cómic y uno de los artistas más importantes de la llamada Edad de Plata. Comenzó su carrera profesional siendo un adolescente y se encargó de la colección ‘The Amazing Spider-Man’ cuando la dejó Steve Ditko en 1966, consiguiendo construir una de las etapas más icónicas de Marvel. Durante sus años en la colección creó muchos de los personajes más importantes de la editorial, como Mary Jane Watson, Kingpin o Punisher, y dejó tras de si uno de los momentos más importantes en la vida de Peter Parker: la muerte de Gwen Stacy.
En una reciente entrevista concedida a los chicos de CBR, el señor John Romita Sr. ha hablado de varios temas relacionados con el legado que deja tras de si. Sobre sus inicios en cómics de índole romántica, Romita dice lo siguiente:
Como alguien que deseaba hacer cómics de aventuras (como ‘Tarzán’, ‘Flash Gordon’ o ‘Terry y los piratas’), para mí fue una penitencia. Fue muy duro. Mi primer trabajo fue para ‘Famous Funnies’ haciendo una historia de amor. Me costó mucho, me quedaba dormido en la mesa de trabajo varias noches seguidas. No sabía qué demonios estaba haciendo. Todas las chicas parecían hombres esqueléticos. El tipo que me contrató para hacerlo me pagó 200 dolares, que era la mayor cantidad de dinero que había visto en mi vida, pero no publicó nada porque era un trabajo muy malo. Así comencé, con un desastroso cómic de romance.
Después pasé siete años en Marvel haciendo cosas de aventuras, de la jungla y la guerra y del oeste. Me estaba volviendo muy bueno en mi trabajo, pero entonces Marvel cerró sus puertas y me quedé sin trabajo. Fui a DC y trabajé en historias de amor. Nunca soñé que fuera a durar ocho años. Fue como estar en Alcatraz por ocho años. Solía caminar por las oficinas de DC y admirar el trabajo de otros artistas que trabajaban en temas de aventuras. Secretamente, yo esperaba que me preguntaran si podía hacer a Batman o algo. Por supuesto eso no llegó a ocurrir nunca. Tras ocho años, cuando cerraron los cómics de romance, esperaba que me metieran en cómics de aventuras, pero no ocurrió. Afortunadamente volví a Marvel y el resto es historia.
Sobre los problemas que tuvo al trabajar para Marvel en algunos momentos de su carrera, Romita comenta:
Tuvimos que lidiar con muchos cambios. Nunca olvidare 1967, cuando cambiamos a la página más pequeña. Fue algo dramático para mí. Estaba acostumbrado a usar mucho espacio y de repente estaba trabajando a menor escala. No creo que nunca volviera a ser el mismo. Creo que hubiera sido un mejor dibujante si nos hubiéramos quedado con la página grande. Pero ese fue solo uno de los cambios. Cada vez que cambiaban de propietario, era otro periodo de pruebas. Llegaban y tiraban todo por la ventana para empezar desde cero. Era muy duro seguir adelante después de estar trabajando de cierta manera durante años y entonces de repente cambiar a otra cosa. No fue divertido.
Acerca de la muerte de Gwen Stacy…
La razón por la que se me acreditó a mi la muerte de Gwen es que habíamos hablado de matar a tía May. Gerry Conway y yo nos juntamos para planear el guión (lo solíamos hacer en su apartamento) y él propuso matar a tía May. Le dije que si mataba a tía May no le iba a hacer ningún bien a la historia. Perdería uno de los recursos narrativos para Peter Parker, ya no tendría que preocuparse de su tía nunca más. No volvería a ser tratado como un niño nunca más. Si queríamos tener éxito teníamos que matar a alguien importante, lo que significaba que teníamos que matar a Mary Jane o a Gwen Stacy.
La razón por la que le dije que debíamos matar a Gwen Stacy era que Mary Jane aportaba comedia al personaje en aquel momento. Estaba allí para alegrar el ambiente. No era su novia, su novia era Gwen Stacy. Le dije que había aprendido de Milton Caniff. Milton Caniff mataba a un personaje importante cada tres o cuatro años.
Recuerdo siendo niño oír a los adultos hablar sobre la muerte de Raven Sherman en ‘Terry y los piratas’. Me sorprendía oír hablar a los adultos de ‘Terry y los piratas’. Se preocupaban por Raven Sherman, que era la novia de Pat Ryan en ‘Terry y los piratas’. Yo seguía esas historias y me dolió su muerte, pero no esperaba que también les doliera a los adultos. Aquello me marcó. Le conté a Gerry Conway esa historia y le dije que si mataba a alguien, que fuera alguien importante o que no hiciera nada. Le pareció una buena idea, le había convencido. He notado que tras cuarenta años sigue siendo un hecho importante, así que creo que yo tenía razón.
Stan Lee no estaba en el país cuando lo hicimos. Nos acusó de hacerlo a sus espaldas y quería traer al personaje de vuelta. Roy Thomas y yo y todos los demás en la compañía dijimos que no podíamos hacer eso, que sería embarazoso. Hablamos con él pero estaba muy molesto. Tras aquello, los autores solían matar personajes de forma rutinaria pero nunca consiguieron el mismo efecto.
Fuente: Comic Book Resources