Tras los sucesos relatados en los anteriores volúmenes de la serie (‘Prophet 1: Remisión’, ‘Prophet 2: Hermanos’ y ‘Prophet 3: Imperio’), llega ahora el cuarto volumen de la serie ‘Prophet’ bajo el título ‘Prophet 4: Reunión’. Brandon Graham, una vez más el autor al mando del proyecto, nos lleva en esta ocasión un paso más allá en un terreno más propio de la literatura de ciencia ficción dura que de los cómics. ¿Estáis preparados para que vuestro cerebro haga “¡pum!”?
Hay que empezar por decir algo obvio, y es que si en los volúmenes anteriores nos encontrábamos con una lectura ardua y difícil, esta cuarta entrega no va a ser menos. ‘Prophet 4: Reunión’ es un cómic que hay que leer con la mente despejada, en un ambiente apacible, sin distracciones y, sobre todo, con mucha calma y tranquilidad. Ya es suficientemente dura la comprensión de las ideas que el bueno de Graham trata de hacernos llegar como para añadir factores externos que entorpezcan la lectura. Una vez aclarado esto, ya nos podemos sentar en el sofá más cómodo de la casa para echar unas horas en el disfrute de esta obra.
De nuevo nos encontramos en esta ocasión con un tomo compuesto por capítulos que no tienen una significativa continuidad entre ellos, a pesar de formar parte de la misma historia, lo cual no debe despistar a los lectores ya habituados a la serie. Pero, a grandes rasgos, podríamos apuntar que la trama continúa a partir del punto en el que el John Prophet principal de la historia sigue preparándose para su enfrentamiento ante el Imperio Humano en el momento en el que un arma de proporciones descomunales, capaz de desestabilizar cualquier tipo de contienda hasta el punto de llegar a acabar con el mismo universo, entra en juego. Por el camino se nos contarán cosas tan curiosas como la longeva existencia de casi una decena de miles de años de Diehard, uno de los compañeros de Prophet, pero quizás una de las grandes sorpresas sea la inclusión en este tomo de los dos números de ‘Strikefile’, una especie de biblia de la serie que viene como anillo al dedo para asentar los conocimientos sobre toda la mitología de este lisérgico universo. Sin embargo, tal vez la historia que se nos cuenta no sea lo más importante, sino que puede ser vista como un simple hilo conductor para concatenar ideas de lo más imaginativas, plantear cuestiones filosóficas, reflejar metafóricas situaciones sociales y, sobre todo, para disfrutar del arte de unos dibujantes que lo han dado todo para dejar al lector con la boca abierta.
En cuanto al guion, por una parte tenemos una forma de narrar los hechos muy original, en la que el lector va descubriendo lo que ocurre a medida que va pasando páginas, algo que los personajes conocen en todo momento, lo que provoca que en ocasiones haya que hacer el esfuerzo de dejarse llevar y seguir hacia adelante. Por otra parte, Graham nos bombardea constantemente con conceptos muy difíciles de asimilar, más incluso que en volúmenes anteriores, algo que puede ser una barrera impenetrable para el lector no familiarizado con este tipo de historias. Y es que debe quedar muy claro que no estamos ni mucho menos ante un cómic para todos los públicos, sino para un tipo de lector muy concreto.
Más allá de esto, ‘Prophet 4: Reunión’ nos deja con algunos momentos impregnados de una imaginación desbordante que quedarán grabados a fuego en la retina del lector: el combate de antiguos titanes entre Badrock y el Troll a través de la galaxia, prácticas sexuales de lo mas curioso entre una piel estelar y una especie de araña/celda gigante o la descarnada lucha entre el John Prophet despertado para el asalto al hombre dormido de paladio, líder de la revuelta de esclavos de las granjas de misiles vivientes del circo ixtano con una mente libre del yugo del Imperio, contra una monstruosa criatura. Pero todos estos momentos no lucirían tan bien si no fuera por el excelente trabajo gráfico de los artistas implicados en la obra.
Aunque en algunas páginas el dibujo puede flojear, en general estamos ante una fiesta para los ojos. Visualmente hablando en este cómic se utilizan recursos narrativos de lo más original que hacen que la buena labor en el dibujo, apoyada por un color excelente, luzca aún mejor. Quizás lo más especial que tiene esta obra es el tiempo que puedes gastar como lector sumergiéndote en cada página, ya no solo para ser capaz de comprender correctamente lo que el autor está contando, sino para admirar todos los detalles de cada viñeta, en algunos casos recargadas hasta el límite justo para no causar rechazo. Y es que, como comentaba antes, los conceptos y las ideas que el guion nos deja caer están a la vanguardia de la ciencia ficción, incluso cuando comparamos este cómic con la obra de algunos de los más reconocidos autores de este género, pero no serían nada sin la vida que cobran gracias a su maravilloso dibujo, liderado por los artistas Simon Roy, Giannis Milonogiannis y Dave Taylor.
En definitiva, estamos ante una obra a la que, si quisiéramos ponerle una etiqueta, habría que inventar una nueva, ya que “ciencia ficción dura” se le queda muy pequeña, ya no solo porque aquí Brandon Graham ha creado un universo tan lleno de imaginación que puede hacer que tus sesos exploten si no vas con cuidado, sino porque limitarse a definir la obra por ese aspecto es quedarse muy corto. Su mayor problema es una consecuencia directa de su mayor virtud, y es que esta ambición desmedida por ir mucho más allá de lo que estamos acostumbrados a ver hace que muchos lectores puedan apearse por el camino y quedarse con la impresión de estar ante una obra aburrida e inaccesible. Eso sí, sea como sea, poca gente habrá que se atreva a poner “peros” al apartado gráfico, algo que por sí mismo ya justifica el precio del tomo.
En lo referente a la edición, hay que decir que este cuarto volumen presentado por Aleta Ediciones viene en formato de tapa blanda. Se incluyen los números del #39 al #45 de la edición americana de ‘Prophet’ junto a los dos volúmenes existentes de ‘Prophet: Strikefile’, así como las portadas originales de cada uno de estos números. El tomo contiene 240 páginas a color y el precio de venta recomendado es de 21,95 €.
Brandon Graham
Nacido en Oregon y criado en Seattle, Graham se convirtió muy pronto en un artista del graffiti. Comenzó a escribir e ilustrar cómics para Antarctic Press y Radio Comix, pero sus primeros trabajos como dibujante fueron en cómics pornográficos como ‘Pillow Fight’ y ‘Multiple Warheads’. En 1997, se mudó a Nueva York donde encontró trabajo en la editorial NBM y se convirtió en miembro fundador del colectivo de cómics Meathaus. Su obra ‘Escalator’ fue publicado por Alternative Comics en enero de 2005, cuando regresó a Seattle. Otro de sus trabajos más conocidos, ‘King City’, fue publicado por Tokyopop en 2007 y fue nominado para un Premio Eisner. En mayo de 2009 Graham anunció que ‘King City’ continuaría su publicación en Image Comicsy que su obra de Oni Press ‘Multiple Warheads’ volvería a publicarse tras un pequeño descanso, esta vez en color. También para Image Comics trabajaría en su obra más exitosa hasta el momento, ‘Prophet’, el regreso de una serie de los años 90, en la que uniría fuerzas con un grupo de artistas formado por Giannis Milonogiannis, Farel Dalrymple y Simon Roy.
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‘Prophet 4: Reunión’
Especial de 240 páginas que incluye los números 39 al 45 de una de las series más aclamadas de Image Comics y los dos volúmenes de Prophet: Strikefile.
Dentro de miles de años, en el futuro distante, soldados clínicos y sus camaradas alienígenas luchan para conseguir un universo mejor.
Dioses que una vez fueron hombres usan a los mortales como peones. Y un antiguo artefacto con el poder de hacer alcanzar la iluminación o destruirlo todo completamente desequilibra la inestable balanza.
Guion: Brandon Graham, Simon Roy y Ron Wimberly
Dibujo: Simon Roy, Giannis Milonogiannis, Dave Taylor, Ron Wimberly, Matt Sheean, Malachi Ward, Farel Dalrymple, Bayard Baudoin, Joseph Bergin III, James Stokoe, Aaron Conley, Lando, Grim Wilkins, Sandra Lanz, Onta, Brandon Graham, Ron Ackins, Tom Parkinson Morgan, Gael Bertrand, Rob Liefeld, Addison Duke, Ludroe, Xurxo G. Penalta y Amy Claire
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