Cuando cierras las páginas de un cómic y te descubres pensando en él durante el resto del día, y al día siguiente… Cuando estás deseando que alguien te pregunte por las novedades del mes para recomendarlo… Cuando haces cálculos mentales para pensar si tu sobrina tendrá edad suficiente como para disfrutar la historia… Estás, sin duda, ante algo muy especial. Y es lo que me ha ocurrido con ‘Luces nocturnas‘, de la colombiana Lorena Alvarez.
Astiberri Ediciones nos sorprende este mes con una historia infantil destinada a que la disfruten de verdad los adultos. Con Neil Gaiman y su ‘Coraline‘ como principal referente (e incluso del mismo autor, la novela ‘El océano al final del camino‘ tiene varios puntos en común), el cómic también tiene el aire inquietante de las obras de Tony Sandoval, como ‘La serpiente de agua‘ o ‘Mil tormentas‘, y la atmósfera bella y perturbadora de ‘Preciosa oscuridad‘, de Kerascoët. Y sin duda, a los aficionados al cine el paso de la realidad a una fantasía poblada de extrañas criaturas les recordará a las películas de Studio Ghibli.
Sandy es una niña pequeña con una imaginación desbordante. Cada noche, cuando va a dormir, atrapa las luces de su habitación y las convierte en fantásticas criaturas y coloridas aventuras. Al día siguiente, Sandy escapa de la opresiva rutina del colegio dibujando todos sus sueños de la noche anterior. Cuando conoce a Morfie, una nueva amiga interesada en sus dibujos, Sandy está emocionada, pero pronto tendrá que luchar por el control de su propia creatividad y su mundo interior.
Lorena Alvarez se inspira en su propia infancia y su educación en un colegio católico para recrear la vida de Sandy. No se disimulan las críticas hacia la educación tradicional, que trata de hacer encajar a la protagonista en el molde de “niña buena”, una educación que limita y que penaliza todo lo que se sale de la norma, y que por supuesto resulta tremendamente aburrida. Ante eso, solo queda el escapismo de la propia imaginación. Ahí es donde Sandy se siente ella misma, se siente real, explora, crea y desarrolla su mundo interior.
El personaje de Morfie resulta inquietante y perturbador en apenas dos viñetas. No sabemos quién es ni lo que quiere, pero intuimos un peligro. ¿Qué significa esta presencia? Sin duda cada lector lo interpretará de una forma. Para mí, si la sociedad rechaza y trata de apagar el mundo interior de Sandy, Morfie representa otro peligro muy real para la creatividad: se trata de la figura-parásito que trata de robársela y dirigirla a su conveniencia. Interpretado así, todo el cómic puede entenderse como una alegoría sobre los obstáculos a los que debe enfrentarse un creador o un artista.
Si algo falla es el final, que resulta ambiguo y muy abrupto. Mientras que lo primero me parece un acierto (aunque posiblemente decepcione a muchos lectores), lo segundo no tanto. Lorena Alvarez escoge conscientemente un final abierto en el que no se llega a explicar la presencia de Morfie ni la resolución del conflicto. Será tarea de cada cual interpretar lo que ha ocurrido. Sin embargo, la brusquedad da un aire demasiado confuso a este final, y creo que unas páginas más hubiesen beneficiado a la historia.
El dibujo es infantil y muy expresivo. Desde la primera página, en la que vemos a la protagonista dibujar, nos damos cuenta de lo importante que va a ser la perspectiva. La autora juega con nuestra posición, haciéndonos mirar la viñeta desde arriba o desde abajo, según convenga a la historia. Conviene pararse despacio a mirar las viñetas, a disfrutar con todos los detalles de cada una.
La paleta de colores es maravillosa e incluye grandes dosis de tonos morados y verdes. Hay un contraste claro entre el día a día de Sandy en el colegio, donde observamos la misma paleta pero con un aspecto más apagado, más plomizo, y las escenas oníricas e imaginativas en las que el color se desata, más luminoso e intenso que nunca. Hay páginas tan fascinantes que dan ganas de tenerlas en póster para enmarcarlas. Uno de los mejores usos del color que he visto en mucho tiempo.
En definitiva, estamos ante un cómic a medio camino entre la fantasía infantil y el terror más inquietante, que nos plantea el conflicto eterno entre la realidad y la imaginación, y que en definitiva nos invita a crear sin restricciones. Una fábula que no se resuelve y que nos obliga a pensar en ella, una lectura que nos da escalofríos y nos regala escenas inolvidables.
Astiberri Ediciones publica ‘Luces nocturnas’ en un tomo de 56 páginas en cartoné, por supuesto a todo color. No hay extras, pero la edición es de muy buena calidad y el precio recomendado, 13 euros. Una buena relación calidad-precio para una historia sobre la imaginación, el miedo y el poder de la creatividad. Pura belleza.
Lorena Alvarez
Nacida en 1983 en Bogotá (Colombia), su trabajo está influido por la vitalidad y el color de su ciudad natal y las experiencias y la atmósfera del colegio católico al que asistió de niña. Estudió Diseño Gráfico y Arte en la Universidad Nacional de Colombia, y desde entonces ha ilustrado libros infantiles, publicaciones independientes, publicidad y revistas de moda. Desde 2008, Lorena forma parte de La Procesión Puppet Club, un grupo experimental de títeres compuesto por ilustradores y artistas visuales. En España ha publicado con Astiberri la novela gráfica ‘Luces nocturnas’.
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Luces nocturnas
Lorena Alvarez
56 páginas. Color
Cartoné. 22 x 29 cm
ISBN: 978-84-16880-15-7
Año de publicación: 2017
1ª edición
Gugú
13.00 €
Todas las noches aparecen luces diminutas en el cuarto de Sandy. Las atrapa y crea criaturas maravillosas con las que juega hasta que se duerme, y por la mañana les devuelve la vida en sus extravagantes dibujos.
En el colegio de monjas donde estudia, Sandy se aburre: le cuesta prestar atención en clase y se pasa el tiempo llenando sus cuadernos de dibujos; en el recreo, en vez de jugar con las demás niñas, prefiere aislarse y seguir dibujando. Hasta que un día, aparece en el colegio una misteriosa nueva alumna, y alguien se fija por primera vez en los dibujos de Sandy. Pero la fascinación de Morfie con su talento pronto se convierte en algo mucho más siniestro…
La autora colombiana Lorena Alvarez, cuyo trabajo es muy conocido en América Latina, firma un álbum infantil misterioso y gráficamente apabullante, una hermosa historia sobre el miedo, la inseguridad, la creatividad y el poder de la imaginación, que contará con tres tomos en total. Afirma la autora que su obra siempre es “un intento de crear un pequeño, coloreado y extravagante mundo. Nací en un lugar lleno de flores y pájaros de mil colores, y son mi principal fuente de inspiración para plantear mis personajes e ilustraciones. La naturaleza como elemento protector y prolífico siempre está presente en mi trabajo”.
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