El Rey del Terror en viñetas
Cada vez es más frecuente encontrarnos con historias de Stephen King en el mundo del cómic. El noveno arte es algo que siempre ha seducido al escritor de Maine, y ya ha venido dejando su huella en él (ya sea de forma directa o indirecta) desde hace muchos años, como por ejemplo en aquella antología de historias cortas que fue Creepshow. Pero es en tiempos más recientes cuando nos empezamos a encontrar su nombre de forma relativamente regular en las portadas de cómics. Buenos ejemplos de estos serían títulos como Road rage, La Torre Oscura, American Vampire, Apocalipsis o el que acaba de publicar en nuestro país Panini Comics, una adaptación de un pequeño relato a cargo del guionista Marc Guggenheim y el dibujante Alex Maleev bautizada como N de Stephen King.
En lo profundo de Maine
King nos lleva hasta el estado de Maine, algo a lo que sus lectores habituales estamos más que acostumbrados, para contarnos esta pequeña historia a través de la mente de Marc Guggenheim, que realiza la adaptación del relato publicado originalmente en la antología de historias del Rey del Terror titulada en nuestro país Después del anochecer.
En un intento por capturar el espíritu de la obra original, aquí los autores utilizan todo tipo de recursos como cartas o recortes de prensa para relatar los hechos. La lejanía del lector con respecto a los personajes que protagonizan esta historia es algo casi fundamental para que la sensación de realismo y misterio cale hasta lo más hondo de la mente, y en este aspecto esta adaptación ha logrado su objetivo. Conocemos a los personajes con una cierta distancia, incluso cuando sus acciones se narran en primera persona. Esta aparente contradicción consigue dotar a la historia de un fuerte toque malsano de locura y dislocación de la realidad, que es la sensación que King tenía intención de imprimir en el lector.
Serán varios los protagonistas que, a lo largo del tomo, se coloquen en el punto de mira del guionista. La forma en la que cada uno va pasando el testigo al siguiente será a través de la muerte del primero, y es que la auténtica protagonista de esta historia es esa especie de supuesta maldición que se contagia a través de una extraña locura que parece no tener remedio…
Obsesiones, locura y numerología
¿Qué es la locura? ¿Cómo sabes que estás loco? ¿Es cuando ves cosas que los demás no pueden ver? ¿Cuando eres consciente de una realidad que es palpable tan solo para ti? ¿Cuándo la locura se convierte en obsesión, y cuándo esa obsesión se convierte en locura? Esta no será la primera ni la última obra que aborde estos temas, pero en pocas ocasiones una historia nos va a meter tan de lleno en la forma en la que se manifiesta esta obsesión y esta enfermedad que sufren los personajes.
Todo comenzó con un fotógrafo. Uno que, presa de su destino, vio lo que no tenía que ver. Una extraña construcción de monolitos dispuestos en una estructura similar a la que podemos encontrar en Stonehenge se topa en su camino, y su vida no volverá a ser la misma nunca más. Algo tienen esas rocas que asustan al fotógrafo, y lo más curioso de todo es que a pesar de tenerlas delante de sí no es capaz de saber si en total hay siete u ocho. ¿Qué es lo que pasa? ¿Quién es el responsable de esta construcción y con que objetivo levanto esas rocas? ¿Dónde está la octava roca cuando el fotógrafo solo es capaz de contar siete?
Partiendo de aquí, la historia nos llevará atrás en el tiempo para conocer un poco más de la historia relacionada con este misterio a la vez que vamos conociendo cómo esta obsesión va poco a poco afectando a la vida de nuestro fotógrafo. A veces cree que está loco y necesita un psiquiatra, pero otras veces cree firmemente que no sufre ningún tipo de trastorno, sino que todas las locuras que pueblan su mente son parte de la realidad: esas rocas están ahí para impedir que algo entre en nuestro mundo, y él es el único capaz de mantener la puerta cerrada. Si falla en su propósito, el infierno se desatará en la Tierra. Si sigue manteniendo nuestro mundo seguro, su cordura será el precio a pagar. El apocalipsis, la locura total o la muerte son las únicas salidas a su situación ahora.
Mantener esa puerta cerrada implica llevar a cabo una serie de rituales que, desde un punto de vista clínico, se identifican con un trastorno obsesivo compulsivo relacionado con la numerología. No se trata de eso que muchos lectores de cómics sufren, aquellos que se ven obligados por una fuerza mayor a completar cada colección que han empezado y a ordenarl sus ejemplares en una estantería por algún criterio que solo en su cabeza tiene sentido. Aquí hablamos de pensamientos negativos que invaden la conciencia, conductas repetitivas y aparentemente finalistas que se realizan según determinadas reglas relacionadas con la numerología de forma estereotipada. Existe una necesidad de mantener cierta simetría y de contar objetos hasta llegar a un determinado número “seguro”.
La numerología, considerada a día de hoy una pseudociencia, es la disciplina que pretende investigar el sentido del código numérico y utilizar los números en beneficio propio por medio del estudio de su influencia sobre uno mismo y sobre su entorno. “Ocho” es un buen número, es un número que mantiene alejado a aquello que está esperando entrar en nuestro mundo. Pero “siete”…ese no es un número que pueda mantener alejado a nada. Hay números buenos y números malos, y mantener a los primeros a nuestro alrededor es lo que puede marcar la diferencia entre el mundo de hoy en día y el fin de todo.
Exceso de realismo
En el apartado gráfico nos encontramos con toda una eminencia como es el señor Alex Maleev, que alcanzó la gloria con sus colaboraciones junto al guionista Brian Michael Bendis en varios títulos para Marvel Comics. Aquí nos encontramos con una versión suya un poco menos brillante de lo habitual, y la culpa de esto recae en el carácter fotonovélico que le imprime su trabajo a la obra. El hecho de encontrarnos con rostro fotorrealistas en este cómic creo que desluce un poco su arte, que por lo demás está como siempre a un nivel altísimo.
Por lo demás, tan solo recomendar esta obra especialmente para todos los seguidores fieles de Stephen King y a aquellos que disfrutan con una buena obra que traspasa los límites entre la realidad y la locura hasta un punto al que raramente son capaces de llegar otras historias. Para los indecisos, un consejo: contad el número de palabras de esta reseña, y en función del resultado haceros con el tomo o no. Recordad que equivocaros en esto podría dejar entrar en nuestro mundo a un mal inimaginable…
El tomo ‘N de Stephen King’ publicado por Panini Comics en edición de tapa dura contiene 112 páginas a color con un tamaño de página de 17 x 26 cm. e incluye la traducción de la edición americana del tomo ‘Stephen King’s N’ además de las portadas originales de cada uno de los números contenidos. El precio de venta recomendado es de 16 € y se puso a la venta en octubre de 2018.
Stephen King
King nació en Portland, Estados Unidos, en 1947. Ya desde niño, manifestó una gran tendencia a la escritura, tendencia que aumentó cuando a los trece años descubrió las novelas de terror y ciencia ficción de su tía. Tras licenciarse en Inglés en 1971, comenzó a escribir un gran número de novelas y a enviarlas a diferentes editoriales. En 1974 se publicó su primera obra: Carrie, de la que se hizo una película en 1976.
Durante una década, Stephen King tuvo problemas con las drogas, de las cuales se desenganchó a finales de los 80. Pese a que sus géneros predilectos son el terror y la ciencia ficción, los mismos géneros de las novelas de su tía, su obra ha estado marcada por experiencias personales, tales como los apuros financieros de su familia en los 70; y el accidente de coche que padeció en 1999.
Centrándonos en American Vampire, aunque en el cómic se explica de forma detallada la colaboración del novelista, conviene decir que es su primer trabajo en un cómic, y que lo aceptó porque lo consideraba interesante al estar protagonizado por “vampiros de verdad”.
Obviamente, la obra de King ha recibido múltiples premios y ha sido adaptada a la gran y pequeña pantalla en numerosas ocasiones, además de a cómics. Por mencionar algunas, tenemos su primera obra Carrie, Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption) o los cómics de La Torre Oscura.
Alex Maleev
Se trata de un dibujante de origen búlgaro conocido sobre todo por sus colaboraciones junto al guionista Brian Michael Bendis. Comenzó en el mundo de los cómics en su país natal con obras como Godan y Carthel of Dead, publicados ambos en la revista Riko en 1991 y 1992 respectivamente. En 1995 llegó a Estados Unidos para unirse a la Kubert School, en la que estuvo hasta 1996, año en el que comenzó a trabajar en el mercado norteamericano en títulos como Batman: Tierra de nadie. Su primera colaboración con Bendis fue en la serie Sam & Twich, entre el año 2000 y el 2001. Posteriormente ambos fueron el equipo creativo de la serie Daredevil, para pasar luego a trabajar en Spider-Woman y en la cuarta parte de Halo: Uprising, todas para Marvel Comics. En 2011 juntos relanzaron al personaje de Caballero Luna a través de su cuarto volumen, para encargarse después de un título como Scarlet.
Otros trabajos importantes de Maleev que cabe destacar serían Hellboy: Weird Tales, Hellboy & the B.P.R.D., Civil War: The Confession, Mighty Avengers, New Avengers, New Avengers: Illuminati, Secret Avengers, Secret Invasion: Dark Reign, Empire of the Dead: Act One, Batman Chronicles, Batman: The Dark Knight, Superman vs. Predator, The Crow: Dead Time y The Crow: Flesh and Blood.
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N de Stephen King
ISBN: 978-8-491-67642-3
Hay algo sobrenatural en lo profundo de un pueblo perdido de Maine, capaz de provocar el suicidio de un hombre.
Basada en uno de los relatos de su libro antológico Después del anochecer, esta adaptación proporciona pesadillas y obsesión.
Guion: Marc Guggenheim y Stephen King
Dibujo: Alex Maleev
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