Infierno Azul Tomo 2, de Paco Asenjo, también publicada por cARTEm Cómics, dentro de la colección Novela Gráfica, continua la historia real protagonizada por un voluntario español en el frente ruso, justo antes del contraataque soviético en el río Voljov
El comic Infierno Azul Tomo 2 (noviembre 1941 – marzo 1942), se continua la historia de Alberto descrita en el primer tomo, un joven que se alistó para luchar contra Rusia en la II Guerra Mundial dentro del contingente español de la División Azul, con mucha más experiencia bélica y madurez personal, que seguirán aumentando con el fragor del conflicto bélico.
La trama de Infierno Azul Tomo 2
Este segundo tomo comienza en las riberas del río Voljov, durante la madrugada del 12 de noviembre de 1941. Posteriormente, para facilitar la lectura, Asenjo lo ha dividido en otros cinco capítulos más: Otenski, Udarnik, Téremez, Bol Samoshje y La bolsa. De nuevo, la narración sigue la entrevista dada por el protagonista del batallón Román en 2001.
Con la llegada del alba Alberto se ve inmerso en la batalla de Possad, en el que sufrirá los bombardeos aéreos, los ataques de artillería y combates cuerpo a cuerpo con arma blanca, durante dos largos e intensos días que parecen no acabar nunca. La intensidad del combate hace que el batallón sufra grandísimas bajas, más de cien soldados, y se retiren de Posselok hasta Possad.
El ataque se reanuda durante tres días, del 16 al 19 de noviembre, con numerosas incursiones aéreas soviéticas sobre los españoles, así como con artillería y puestos de ametralladoras, fácilmente camuflados en los frondosos bosques autóctonos -como los de La Fosa de Kriek– con una única vía de salida hacia Sitno, que los españoles han de proteger, pero la temperatura, cercano a los 30 grados bajo cero, lo hacía casi imposible.
Con el comienzo de diciembre, los soviéticos lanzan una gran ofensiva contra todas las posiciones del invasor, con intensos combates que obligan a un repliegue, el día 7, desde Possad hasta Otenski y, posteriormente, hasta Sitno una vez superada la barrera natural que era el bosque, para volver al punto de inicio de la ofensiva alemana en octubre, cruzando el río Voljov.
El frío intenso obligó a los generales a asegurar la orilla occidental del río, olvidándose de crear nuevas cabezas de desembarco, pero los soviéticos continuaron con la ofensiva apoyados por la artillería y la fuerza aérea, con grandes combates durante la Navidad, donde un pelotón cayó al completo al ser asaltado por las tropas enemigas entre Udarnik y Lobkovo.
Los españoles, al principio denigrados por las tropas alemanas, tienen la misión de rescatar a las tropas de la Wehrmacht sitiadas al sur del Lago Ilmen, tras una ardua incursión a través del lago, a 50 grados bajo cero, con más de un centenar de bajas, el 21 de enero los liberan y consiguen llegar de nuevo a las líneas amigas.
Alberto y sus compañeros no tienen descanso alguno y en marzo comienza la operación Predador, para ocupar una posición soviética que resistía en la parte occidental del Voljov. El batallón Román junto con soldados de artillería, comenzó el ataque el día 15, terminando trece días más tarde con la rendición soviética y el fin de la participación de los soldados españoles en este escenario de la guerra, poniendo también fin al infierno de Alberto.
El fin del soldado y el comienzo del nuevo Alberto
La dureza de los combates y el clima del Voljov en invierno, ya han hecho mella en el joven Alberto, que ha madurado a golpe de temperaturas gélidas, ataques con todo tipo de armas y una sensación de carpe diem que lo perseguirá hasta la tumba.
“ES CIERTO QUE ADQUIRÍ UNA EXPERIENCIA QUE ME SIRVIÓ PARA EL RESTO DE MI VIDA. PERO FUE UNA EXPERIENCIA MUY CARA”
Alberto, protagonista de Infierno Azul de Paco Asenjo
Volviendo a lo relatado en el primer tomo, en la entrevista Alberto ya dejaba entrever esta evolución vital con sus frases más recurridas hacia el entrevistador: “hoy, a los 78 años, es muy difícil explicar una cosa que hice con 19. Aquello fue una aventura, una osadía”, “Si una persona adulta dice que quiere una guerra, es que no está bien de la cabeza”.
Al igual que sucedía en el primer relato, la trama de Infierno Azul. Tomo 2 es dinámica y vívida, profundizando en el desarrollo del protagonista y sus compañeros, así como ensalzando las virtudes de estos, junto con los actos traumáticos del combate que llegan, incluso, a paralizar a los más valientes y aguerridos.
El dibujo de Paco Asenjo sigue siendo esquemático y limpio, al que ya acostumbró el autor en el primer tomo, con un buen uso de la paleta de colores, donde la sangre es muy roja comparada con la estampa nívea que proporciona el invierno soviético del Voljov.
Como conclusión, este segundo tomo de Infierno Azul cierra la extraordinaria aventura diseñada por Paco Asenjo, continuando la evolución humana de Alberto, el protagonista, al que el lector conoció de forma inocente y, tras varias hazañas y desgracias, se convierte en un ser más maduro y pragmático. Infierno Azul. Tomo 2 ha sido publicada por cARTEm Cómics en cartoné, con 264 páginas y unas medidas de 17 x 24 cm.
Infierno Azul Tomo 2 de Paco Asenjo
Alberto se quedó a las puertas del Infierno al final del 1º volumen, en esta 2º parte se verá inmerso de pleno en él.
Con la contraofensiva soviética cobrando fuerza, la situación del 2º batallón, al que pertenece Alberto, se vuelve cada vez más desesperada en el frente de Voljov. La cúpula militar alemana les asigna una tarea crucial: la defensa de estratégicas posiciones avanzadas, Posad y el monasterio de Otenski, ambas sitiadas por densos bosques y hostiles fuerzas enemigas.
Los suministros escasean, las comunicaciones se vuelven precarias y el enemigo está en todas partes. Enfrentarse a uno de los inviernos más fríos del siglo XX supone una prueba de resistencia física y mental, donde el frío cortante penetra hasta los huesos y las trincheras se convierten en tumbas heladas.
Pero incluso en medio del horror de la guerra, surgen momentos de camaradería y solidaridad. Alberto encuentra apoyo en sus compañeros, compartiendo risas en los breves momentos de calma y consolándose en los momentos más oscuros. Estas relaciones, forjadas en el fragor del combate, encuentra un resquicio de humanidad en un mundo destruido.
A medida que la batalla por Leningrado se intensifica, la destrucción y el sufrimiento deja una marca indeleble en su alma, cuestionándose si alguna vez podrá volver a ser el mismo después de tantas atrocidades.
Alberto, que hasta entonces no había conocido la guerra ni la vida militar, sufrirá una transformación en la que se verá obligado a dejar atrás su inocencia. Cumplirá órdenes a las que nunca creyó tener que enfrentarse. Verá la muerte cara a cara en numerosas ocasiones. Será testigo del final trágico de amigos y compañeros. Pero incluso en medio de la desolación, hay destellos de esperanza. Actos de valentía y sacrificio inspiran a Alberto y le recuerdan que, a pesar de las circunstancias desesperadas, aún hay lugar para la humanidad y el heroísmo. Con cada amanecer, se aferra a la esperanza de que algún día, la guerra llegará a su fin y podrá regresar a casa.
