Por todos es conocido que Street Fighter es un fenómeno y un clásico dentro del género de lucha. La licencia ha visto nacer varios títulos en diferentes generaciones de consolas, series anime, figuras de acción y películas en imagen real. Y de esto último especialmente nos gustaría hablaros hoy, ya que las adaptaciones de videojuegos a la gran pantalla no siempre suelen ser un éxito, por lo que nos hemos preguntado ¿es este el caso?
En 1994 llegó a la gran pantalla el primer intento serio (la parodia de Jackie Chan no cuenta) de llevar Street Fighter al cine, y para ello contaba entre sus filas con dos actores muy de moda en aquella época.
Jean-Claude Van Damme era el protagonista de la cinta, interpretando al coronel William F. Guile, el cual se enfrentaba a Raul Julia, que interpretaba al general M. Bison. Como ya os comentábamos al principio, fue estrenada en 1994 y estaba dirigida por Steve E. De Souza. El argumento de la película venía a ser algo como que en una inexpugnable fortaleza un renegado señor de la guerra (el mencionado Bison) mantiene a 63 rehenes, a los que tiene pensado matar si no recibe un rescate de 20.000 millones de dólares (no había crisis en aquella época, así que se lo podía permitir). El coronel Guile y más de una docena de hombres y mujeres (cada uno de un país distinto) tratarán de localizar y liberar a los secuestrados y terminar con la pantomima el reino de terror del tirano.
Y aquí es donde vienen las reflexiones. Normalmente cuando preguntas a tus amigos su opinión sobre esta película, solo hay dos posibles respuestas. Por un lado están los que encumbran esta obra a los altares del cine y la tachan de incomprendida y hasta de clásico vintage, a la altura de películas como “El Padrino”, y el otro bando, que dicen que el director de esta película es más inútil que el sentido de la vida de un Madelman, que es una basura infecta y no hay por donde cogerla.
Yo personalmente me decanto por lo primero con matices de lo segundo. Me explico. Es cierto que las diferencias con el videojuego son muchísimas, sobre todo a nivel argumental, (en la película Blanka era un amigo íntimo de Guile al que le enchufaron sangre de Hulk en vena mientras veía la televisión, y Dhalsim era un doctor blanco con pelo que tras quemarse un poquito y colgarse tres bolas del cuello quería hacerse pasar por un hombre de color y maestro del yoga que vive en la India) hasta tal punto que llegas a sentirte un poco molesto al ver que el director se ha pasado por los pies sudados lo que hace que el juego sea un superventas a nivel mundial. Pero también es verdad que las caracterizaciones eran bastante buenas, la historia no era tan mala como muchos la pintan y para mi en cualquier película que este Raúl Julia, eso es un más 2 en carisma.
En definitiva, mi opinión es que, sí es verdad que la película es mala, pero no por ello deja de ser un clásico, independientemente de los gustos de cada uno, con momentos que recuerdo con gran cariño y otros que me dieron vergüenza ajena. No obstante, en la segunda parte de este pequeño análisis, veréis como, puestos a comparar, esta versión sale ganando si la ponemos al lado de la adaptación más reciente de la que tenemos constancia.
Hablando de vergüenza ajena…
Escrito por José Carlos Cabra
