
Pero para los que les apetezca quedarse en casa con la comodidad del sofá desde La casa de El queremos recomendaros una película de aventuras como pocas existen. Hoy quiero hablaros de Stardust.
Se trata de una adaptación de la novela homónima, escrita por Neil Gaiman (American Gods, Sandman), y como suele ser habitual en él tenemos ante nosotros un cuento donde distintas mitologías y creencias se mezclan para ofrecernos otra perspectiva de historias que ya conocemos, así nos encontraremos con piratas metrosexuales, príncipes no tan buenos y estrellas caídas del cielo que ansían el amor.
Tristán ha crecido en Muro, pueblo llamado así porque un muro lo separa de un reino fantástico, o eso cree la gente ya que está prohibido cruzarlo. Consciente de que en breve deberá dar el salto a la madurez, decide confesar su amor a Victoria, y esta, para creerle, le pide que le traiga un pedazo de la estrella que ambos ven caer más allá del muro. Tristán, sin dudarlo, lo cruza, empezando una aventura en la que descubrirá sus orígenes, el significado de madurar y que el amor verdadero no siempre es quien creemos.
Cuando encuentra la estrella se encuentra en medio de varias personas con sus propios intereses, como un trío de brujas que quieren el corazón de la estrella para recuperar la juventud, un enfrentamiento entre príncipes hermanos para ver quien consigue heredar el trono de su padre y la propia estrella que quiere volver a casa.


En conjunto se trata de una película muy entretenida y apropiada para ver en familia, con la sensación de estar viendo un cuento al más puro estilo Disney en su buena época. Por lo contrario, si sois de los que aborrecen esta clase de productos, sin duda alguna esta no es vuestra película, aunque recomendaría encarecidamente que si alguna vez tuvierais que cometer la excepción de ver alguna de este estilo, que probarais con Stardust, ya que aunque puede que no se trate de la mejor en su género sin duda tiene suficiente personalidad propia como para ser recordada durante mucho tiempo.



