Reseña sobre el evento Flashpoint que culminó en la llegada de la nueva linea editorial de la DC y los Nuevos 52
Barry Allen se ha despertado en otro mundo. Un mundo en el que dos de sus mejores amigos, Aquaman y WonderWoman, están en guerra. Un mundo en el que uno de sus amigos murió de niño y su padre ocupa su lugar como Batman. Un mundo en el que no tiene sus poderes y nadie conoce a Flash. Pero sobre todo, un mundo en el que su madre no murió cuando él era niño.
La primera vez que escuché hablar de los Nuevos 52 pensé que se trataba de un truco editorial para conseguir nuevos lectores, pero en mi mente simplemente me imaginé una especie de línea “Ultimate” en el universo DC (en lo que hubiera sido su segundo intento tras la línea “All Stars”). Tengo que confesar que de DC nunca me ha interesado nada mas allá de Batman y la línea Vértigo, por lo que mi curiosidad se sintió aludida lo suficiente como para averiguar más de este movimiento por parte de una de las grandes del mercado editorial del cómic americano.
Sorprendentemente, DC Comics iba un paso mas allá: abandonaría la numeración de sus series, y todas ellas empezarían de nuevo desde el número uno. Una decisión lógica, pues lo que a muchos nuevos lectores siempre les echa para atrás al iniciarse es precisamente ver que esos personajes tienen varios años de aventuras a sus espaldas, convirtiéndolo en algo agotador (y caro).
Finalmente los Nuevos 52 llegaron a nuestro país, con lo que aprovecharía para descubrir más personajes e historias, aunque aun no. A pesar de no ser un seguidor, sí que estaba familiarizado con personajes como Hal Jordan, Wonder Woman, Flecha Verde, Flash y otros, ya fuera mediante historias que me contaban amigos que sí eran seguidores, o simplemente por mi propia curiosidad mediante alguna visita a la wikipedia o blogs temáticos. Realmente tenía curiosidad por saber qué es lo que ocurría con los personajes clásicos, si había alguna clase de explicación argumental para el reinicio, y efectivamente, así era (o así lo vendían): el macroevento Flashpoint.
Toda la historia gira alrededor de Barry Allen (Flash), el cual despierta en un universo donde él nunca ha sido Flash, donde su madre no murió de niño, y muchos de sus amigos tienen una vida muy distinta. Como en todo macroevento, cuenta con una serie central mientras que las series principales desarrollan las historias individuales de cada personaje. Así, como si de un grandísimo “What if..?” (¿Qué habría pasado si…?) se tratara, podremos descubrir qué habría pasado si el atracador hubiera matado a Bruce Wayne en lugar de a Thomas y Marta, o si Superman hubiera caído en manos del ejército al llegar a la Tierra, entre muchas otras.
Y es precisamente en ese punto donde la serie central de Flashpoint cojea más: algunos momentos son meros escaparates para introducir personajes y empujar al lector a que busque las otras series donde esas historias se desarrollan. Algunos momentos rellenan varias páginas, como toda la trama de Lois Lane, la cual queda interrumpida y de la que nada más se sabe a menos que busques su cómic.
Otros personajes aparecen con historias a sus espaldas, sin comprender muy bien como han llegado ahí, por qué hacen lo que hacen o simplemente cual es su importancia más allá de un simple cameo, como en el caso de Deathstroke. Algunas de estas historias son bastante flojas, pero otras como la de Batman, tanto en la serie central como en la suya propia, son muy interesantes y emotivas.
Tampoco ayuda mucho para los no conocedores del universo DC que argumentalmente se tenga que tirar de personajes secundarios o desconocidos para el gran público, aunque es algo que se perdona debido a su poco peso en la trama (este recae en los personajes principales de DC).
Sin embargo, a pesar de lo dicho hasta ahora, se trata de una lectura muy recomendable. El argumento es interesante, con algunos giros que mantienen el interés (sobre todo el averiguar quién es el verdadero causante de esta crisis) a lo largo de los cinco números (cuatro en España gracias a ECC ediciones). Geoff Johns sin duda hace un buen trabajo como guionista, pues los puntos flojos de la trama se achacan simplemente a meros intereses comerciales.
Además cuenta con un dibujo muy bueno a manos de Andy Kubert, conocido sobre todo por su trabajo con los X-Men en varias de sus series, con un estilo bastante realista y nada confuso en las escenas de acción, lo cual es de agradecer sobre todo en el tramo final de la historia.
¿Es realmente un justificante para los Nuevos 52? En realidad… no. La explicación que se da al respecto es débil y apenas se hace mención a ella: en menos de tres páginas toda la historia se encauza, sin referencia alguna a los cambios sucedidos en el nuevo universo que ahora nace, convirtiéndolo todo en una especie de Deus Ex Machina que deja una sensación de incomodidad al lector.
La edición, eso sí, es muy buena. Por un lado está su más que asequible precio (4,75€ el primer número, 2,50€ los otros tres), y tanto la portada como las páginas interiores cuentan con una muy buena calidad en el color. Los textos están bien traducidos y sin errores, y además al final de cada número cuenta con borradores de los personajes. Sin duda un buen aliciente para que los curiosos como yo le den una oportunidad.
Resumiendo: nos encontramos con una obra que parte de una idea muy interesante, que tal vez con un número mas y menos atención en los secundarios podría ser un gran cómic a tener en cuenta, pero que supuestamente por motivos editoriales por parte de DC Comics transmite una sensación de que su potencial no está exprimido del todo o correctamente. Sin embargo, por su calidad/precio es una lectura muy recomendable.
Estad atentos a nuestra web para más información de los Nuevos 52.