Hoy hablamos de uno de los diez mejores cómics de la historia en mi opinión: V de Vendetta. Como toda obra maestra, hay auténticos estudios sobre ella, así que en esta reseña, nos centraremos en lo esencial de la obra.
Este cómic se cataloga como una novela gráfica, editada en 1982 y creada por Alan Moore en el guion y por David Lloyd al dibujo. La acción nos lleva a una Inglaterra tras una guerra nuclear, gobernada por un grupo fascista ultraderechista, denominado “Norsefire”. El máximo dirigente del grupo es Adam Susan, denominado “Líder”. Desde su despacho domina todo el país por medio de otros miembros del grupo, como “Nariz”, “Ojo”, “Oreja” o “Dedo”, cada uno con una función determinada, como manejar los medios de comunicación o los grupos de “seguridad” del estado. Se crea un estado de represión absoluta, donde a la población se le ha privado de cualquier forma de arte, de poder de decisión o posibilidad de criticar el orden establecido.
En medio de este escenario, aparece la figura de “V”. Un personaje caracterizado como Guy Fawkes, personaje histórico inglés, con una indumentaria muy teatral, con una capa, un sombrero de ala ancha y una máscara blanca de sonrisa permanente. El origen o pasado de “V”, aunque es bastante misterioso, se va dejando entrever en una historia paralela a la acción. Vive oculto en una zona subterránea de la ciudad, rodeado de todo aquello que el gobierno prohíbe, como numerosas obras de arte o música y tratará por todos los medios de abrir los ojos a la ciudadanía, para que se revele ante el gobierno, que los trata como borregos.
La historia en sí, es bastante compleja, aunque el guion pueda parecer sencillo en un principio, ya que tenemos por un lado al gobierno, que trata de gobernar a la población con unos medios extremos pero en el otro lado, no tenemos al héroe que quiere salvar a la gente de manera honorable y justa. Nuestro protagonista no dudará en usar la violencia y en ocasiones el terrorismo, para contrarrestar al “Líder”. Su personaje representará la libertad... una libertad que se rodea de cultura. Es aquí cuando se pone de manifiesto el carácter anarquista de “V”. Los seres humanos cultos, educados y cívicos, no necesitan de gobiernos, pues ellos son capaces de dirigirse solos. No necesitan de medios de represión, porque son capaces de entenderse entre sí y no necesitan de organismos que gestionen sus recursos, pues ellos son capaces de hacerlos por sí mismos.
Hay que destacar otro personaje, a saber, Evey Hammond, una chica a la que rescata “V”, de las manos de la policía corrupta, para llevarla con él. En su personaje se representan las dudas del ser humano ante los cambios, las ideas de revolución o el uso de la violencia. Podría ser la persona neutral, que ha vivido en los dos “bandos” y que comienza con miedo su relación con “V”, para terminar convirtiéndose en liberación.
El guion que firma Moore es uno de los mejores de los que ha realizado. A la historia principal, se les unen varias, que nos ayudan a entender a los personajes o relatan hechos que nos aclaran parte de la historia, pero sin perder intensidad. Como siempre, nos presenta personajes muy sólidos y creíbles que hacen que te “enganches” en cuanto te pones a leer el cómic.
En cuanto al dibujo, la historia original se publicó en blanco y negro y posteriormente se le añadió el color. Su responsable, Lloyd, realiza un dibujo clásico, realista y con un gran dominio de las sombras. Quizás le falte algo de consistencia en algunos fondos, que son bastantes simples, pero así gana por otro lado que el personaje sea protagonista en cada momento. Del tema del color pudimos preguntárselo en persona y comentó que “las viñetas ganaban con este cambio”.
Hace unos años editorial Planeta publicó la obra en un espectacular formato “absolute”. Costaba unos 18 €, que para el título que es, está fantástico. No creemos que sea difícil de encontrar, a pesar del cambio editorial que ha sufrido Planeta.
Un cómic imprescindible, para toda persona amante de los cómics y que además sienta en su interior, un afán inconformista ante las injusticias de los gobiernos y grupos de poder. Terminamos con la cuestión principal de la obra, en una situación de opresión, ¿se pueden legitimar ciertos actos? El lector opinará cuando acabe de leerla.