Es muy probable que en la bizarra galería de enemigos de Batman tan solo el Joker este por encima del nivel de locura que padece la mente criminal que hoy nos ocupa: el Dr. Jonathan Crane, alias El Espantapájaros, villano surgido en 1941 de la fructífera imaginación que poseía Bob Kane para regalarnos extraños adversarios para el hombre-murciélago.
En los últimos años, El Espantapájaros ha alcanzado cierta popularidad gracias a la interpretación que de él ha realizado el actor Cillian Murphy dentro de la trilogía que Christopher Nolan ha dirigido sobre el Caballero Oscuro y aunque la interpretación de dicho actor fue excelente, el personaje de Crane no fue desarrollado ampliamente en los films; los seguidores del señor de la noche echamos en falta un tratamiento del personaje mayor de lo visto en pantalla y que nos hablara de las motivaciones y origen del personaje. Un origen que, sin dudarlo, se trata de unos de los más oscuros y macabros del universo que rodea al cruzado de la capa. ¿Queréis sorprenderos con la historia de El Espantapájaros?:
El joven Jonathan Crane vivía marginado por sus compañeros de clase, se trataba de un chaval solitario, de aspecto delgado y desgarbado, inteligente y callado, que vivía atormentado por las crueles bromas de los chicos de su barrio que le sometían a palizas y le apodaban ‘Espantapajaros’ e ‘Ichabod’. Jonathan pasaba su infancia acompañado de un miedo constante, una desoladora sensación de terror que acabo convirtiéndose en su sentimiento más fuerte, lo que le llevo a obsesionarse con el pánico y su control. Cuando Crane se convirtió en un adolescente, descubrió el origen de uno de sus crueles apodos infantiles al leer el libro de Washington Irving “La Leyenda de Sleepy Hollow” y vio en su protagonista, Ichabod Crane, un modelo a seguir y un héroe personal, tomando la particular forma de bailar del personaje de Ichabod como base para crear lo que el llamó “danza violenta”, una curiosa forma de luchar que mezclaba diferentes tipos de artes marciales, convirtiendo al antaño débil Crane en un oponente a tener muy en cuenta.
Los años pasaron, y al cumplir los diecisiete, Jonathan se enamoró perdidamente de una compañera de instituto, la bella Sherry Squires, y la propuso acompañarla en un baile de disfraces. Sherry aceptó, pese a que tenia novio, con el fin de burlarse de Crane en una cruel broma: le llevó a una habitación a oscuras, donde se encontraba su novio con el rostro tapado por una calabaza al más puro estilo Jack O’Lantern y con la intención de sorprender con un susto a Jonathan, que aterrado trató de huir al descubrirle en el dormitorio y recibió un fuerte golpe en su nuca al arrojarle el novio de Sherry la cabeza de calabaza. Crane juró venganza contra la pareja, venganza que llevó a cabo unas semanas más tarde, cuando disfrazado como un Espantapájaros y armado con un revólver, esperó a la pareja en su coche a la salida del baile de fin de curso y provocó un accidente que acabó con la muerte de Sherry y la parálisis permanente del novio de esta. Crane disfrutó del momento, aun más con el miedo provocado a sus victimas que con la venganza en sí, lo que le llevó a desarrollar una fuerte adicción al pánico…
Nadie sospechó jamás que detrás del accidente de la pareja se encontraba la huesuda mano del perturbado Jonathan y así pudo continuar con sus estudios y matricularse en la universidad de Gotham, donde se convirtió en el alumno aventajado del profesor Avram Bramowitz, al que Crane respetaba pese a la constante negativa de Bramovitz a su petición de estudiar la psicologia del miedo. Al no tener el apoyo de su mentor en investigar el pánico y sus efectos, Jonathan dedicó su tiempo a la química, y creó una toxina que podía infundir un miedo desmedido a todas las personas que se expusieran a él, sin importar lo fuerte de su coraje y voluntad. Después de cursar sus estudios y de doctorarse, Jonathan trató de lograr un puesto como profesor en la universidad, pero su solicitud fue denegada al no haber plazas disponibles para docentes. La solución al desempleo de Crane llegó gracias a un infarto fulminante del profesor Bramovitz, infarto provocado por la inhalación a cierta oportuna toxina.
El detonante definitivo que convirtió a Crane en el supercriminal que ahora conocemos sucedió durante sus años de profesor; despedido y repudiado de la universidad por llevar a cabo un experimento ilegal de inducción de miedo con sus alumnos, Jonathan decidió asesinar los responsables de su expulsión y optó por comenzar una carrera delictiva usando la poderosa toxina de su invención y la apariencia con la que llevó a cabo años atrás su primer crimen: la de un espántapajaros.
Las muertes de los miembros del consejo de la universidad pusieron en alerta a Batman y al por entonces capitán de la policía James Gordon, y entre los dos héroes de Gotham lograron resolver el caso y deducir que Crane era culpable de los asesinatos. Tras un enfrentamiento, aliñado con la toxina del Espantapájaros, Batman logró detener al criminal y Crane fue internado en el Asilo Arkham para criminales dementes. Aunque, como suele suceder con todos los archienemigos de Bruce Wayne, la estancia de El Espantapájaros en Arkham duró poco tiempo y pronto volvería a sembrar el terror en las calles de Gotham, siempre llevado por una irracional motivación: Crane no solo es adicto a provocar el pavor, también es adicto a sentirlo… ¿y quién es el único vigilante nocturno de Gotham City capaz de llenar de terror el corazón de Jonathan Crane? Os dare una pista: utiliza capa y lleva una máscara con orejas puntiagudas…
Escrito por Adolfo Saro
