
Ahora, tras más de 30 años de la publicación del primer número, DC ha decidido recuperar al personaje y su mitología para introducirlo de lleno en el Nuevo Universo DC, mostrándonos una serie que, a pesar de mantener ciertas raíces con sus orígenes, sabe renovarse y adaptarse perfectamente a la actualidad.
El volumen cuenta cómo, tras siglos de espera a la sombra, los vampiros deciden eliminar todo vestigio de humano y proclamarse como la raza superior. Entre el ejército de chupasangres y el resto de humanos se encuentra Andrew Bennet, vampiro a la par que licántropo capaz de controlar sus instintos más salvajes, quien, para devolver a los vampiros a su naturaleza humana y eliminar la amenaza, se encuentra decidido a acabar con su líder, Mary Seward, también exnovia del cazavampiros.
Con esta premisa llamativa a simple vista, nos encontramos con una historia cargada de la sanguinolenta violencia característica del género, a la que se le suman los arcos argumentales románticos no menos característicos, los hombres lobo y hasta varios de los personajes más significativos de DC: John Constantine y el mismísimo Batman.
Ya en la primera viñeta nos encontramos con un guion oscuro y atrapante del que es responsable Joshua Hale Fialkov. El americano nos presenta una serie cuando menos prometedora que se encuentra perfectamente guionizada, destacando el brillante primer número, en el que nos cuenta soberbiamente mediante flashbacks y momentos del presente la actual situación tanto amorosa como ideológica entre Bennet y Mary Seward, también denominada como la Reina de la Sangre, siendo este potente primer número el que atrapa al lector y hace que el resto de las páginas se pasen solas.
Hale Fialkov no solo se preocupa en mostrarnos una historia compleja a la par que amena, sino que también crea con facilidad unos personajes a los que se encarga de ofrecerles profundidad y realismo mediante sus elaborados diálogos. A pesar de la excelente labor que nos encontramos con esta amplia gama de personajes dotando de vida hasta a los más secundarios, quizá también sea este el único punto débil del guion, ya que algunos personajes no terminan de quedar bien definidos, como por ejemplo Mary Seward, de la cual no se explica claramente cómo se convirtió en vampiro, o, simplemente muestran pequeñas incongruencias, como pueden ser los casos de Bennet o del propio Batman. Pero realmente, esto son naderías que no hacen desmerecer el tomo, pues Hale Fialkov también se preocupa por no mostrarnos de nuevo a un grupo de vampiros llenos de tópicos, pues los chupasangres de Fialkov ni fallecen bajo el sol (solo los debilita) ni precisan de sangre para sobrevivir, ya que para estos la bebida de sangre se asemeja más a un vicio.

Como conclusión, decir que nos encontramos con una compra muy recomendable para aquellos que busquen una historia de vampiros, algo que se aleje del mundo superheroico o, simplemente, una buena historia autoconclusiva, a pesar de que la historia continúe en “La Liga de la Justicia Oscura #2”. Además del cómic, en las 144 páginas que forman el volumen presentado por ECC en formato rústico, nos encontramos entrevistas a los autores, diversas portadas y demás extras que ayudarán a conocer el volumen marcado en su contraportada por unos merecidos 13,95 euros.
Un artículo escrito por Antonio Cañestro Lanzadera




