“Rocky V” sería la película que cerraría un ciclo aunque como sabemos, no cerraría la saga. Y la verdad es que muchos pensaron que el ciclo estaba mal cerrado con esta película pues no dejaba a Rocky en la cumbre, sino que volvía a sus orígenes a su barrio de Filadelfia en un filme que resultaría el más flojo en recaudación de la saga y, posiblemente, bajo mi punto de vista, también el más flojo en calidad. Sin embargo, no podemos decir que sea una película mala o que sobre, pues si bien no mantiene el nivel de sus predecesoras ni su sucesora, sí nos cuenta una historia más familiar y humana en donde veremos a un Rocky que tendrá que ganarse la vida por el camino difícil y que se encontrará con que su energía contenida obligatoriamente será canalizada por una nueva promesa que le hará volverse a sentir un campeón, algo que, a pesar de los pesares, nunca dejó de serlo. Pero para ponernos en situación, veamos de forma resumida lo que acontecerá en esta película empezando por el mismo momento en el que acabó “Rocky IV“.
Rocky acababa de ganar en Rusia una de las peleas más épicas de la saga, sin embargo, estando en la ducha, comienza a sentirse mal pues sus manos no dejan de temblar. A pesar de la insistencia de Adrian, decide no ir de momento al médico y se propone no volver a pelear pero al volver a casa, se encuentra con algo que le haga replantearse seriamente el volver a subirse al ring. Resulta que al llegar se encuentra con que su contable le ha estafado y le ha dejado en la bancarrota, obligándole a considerar volver a subir al ring para enfrentarse a Union Cane, púgil al que promociona George Washington Duke, quien presiona a Rocky para que vuelva a boxear. Sin embargo, Adrian le convence para que antes vaya al médico y le detectan una lesión en el cerebro por la cual le recomiendan que cuelgue los guantes.
Esto hace que, tras tener que deshacerse obligatoriamente de las posesiones que aún le pertenecían, tenga que volver a sus orígenes a su barrio de Filadelfia reabriendo el gimnasio que Mickey les dejó en herencia cuando murió y teniendo que volver a adaptarse a una vida más apretada adaptación que sobre todo, para su hijo Robert, resultará complicada por no haber conocido nada más que una vida llena de lujos como la que había tenido hasta ese momento.
Sin embargo, Tommy Gunn, un chico que tiene una gran pegada llega hasta Filadelfia para pedirle a Rocky que sea su mánager y que le ayude a llegar a lo más alto y, aunque de primeras Rocky no se convenza del todo, tras verle en acción y tras ser espoleado por Paulie cuando le dice la famosa frase “Huele a oportunista“, Rocky finalmente accede a entrenarle. Esto hace que Rocky se sienta sumamente motivado con su nuevo pupilo que ve que pasito a pasito y victoria a victoria va camino a convertir su sueño en realidad y tanto lo vive Rocky que siente cada una de las victorias de Tommy “Ametralladora” Gunn como suyas propias. Esto hace que las atenciones hacia su pupilo sean excesivas y no se dé cuenta que está desatendiendo a su familia, sobre todo a su hijo Robert, que ha tenido que valérselas por sí mismo para hacer frente a los matones de su colegio que ahora resulta que son sus amigos. Además, por cada victoria que logra Tommy, más se va alejando de Rocky, alentado por una campaña de George Washington Duke para hacer creer que Tommy no es más que una marioneta de Rocky. Además Washington Duke trata de comprar a Tommy por medio de coches, chicas y dinero, lo cual lo consigue, haciendo que este lo abandone justo antes de enfrentarse a Union Cane en la lucha por el título.
Con todo, Rocky aún sigue ilusionado con Tommy y presencia el combate desde su casa, dándole las indicaciones como si estuviera en su esquina y golpeando el saco cada vez que Tommy encajaba uno de sus puños en el rostro o cuerpo de Cane. Rocky aún creía que iba a valorar su trabajo, que a pesar de los pesares, seguían siendo un equipo, pero tras obtener el campeonato mundial, no hubo ni una sola palabra de agradecimiento para aquel que le había enseñado todo lo que sabía, sino para George Washington Duke. Esto terminó por desilusionar a Rocky que aceptó ir con Paulie al bar para ahogar las penas.
Por otro lado, tras la victoria, en la rueda de prensa no le fue nada bien a Tommy quien fue atacado por todos los periodistas, los cuales no valoraban su título por haber traicionado a Rocky y por no haber sido una victoria contra un contrincante digno como Rocky Balboa a quien la gente aún seguía considerando el auténtico campeón. Esto exasperó tanto a Tommy que fue en busca de Rocky para retarle a un combate, acompañado por George Washington Duke y cámaras de televisión. Rocky no entró en su juego y no acepta el desafío hasta que se mete con su amigo Paulie a quien le asesta un puñetazo. En este momento, acepta el desafío pero no sobre el ring sino ahí mismo, en la calle, en su terreno, donde se crió. Al ver las imágenes en el televisor, Adrian y Robert se unen a los espectadores para animar a Rocky e incluso Mickey vuelve a hacer acto de presencia por medio de imágenes mentales que crea Rocky que le incentivan para seguir luchando. Ni qué decir tiene que en esta ocasión el alumno no pudo con el profesor y Tommy acabó siendo humillado, así como el mismo George Washington Duke, reconociendo este último algo que todos los amantes de Rocky, sabemos: “¡Es extraordinario!“.
En cuanto a los actores, nos alegró ver de nuevo a Burgess Meredith, aunque fuera en un flashback (eso sí, flashback inédito, pues aunque fuera algo que supuestamente lo había dicho en vida, jamás lo habíamos visto en las películas anteriores), resulta motivador ver la fuerza que Burgess Meredith transmite a su personaje, Mickey.
Mencionar una actuación correcta de alguien que no siendo actor y, sinceramente, transmitiendo más bien poco, llegó a cumplir su papel decentemente. Nos referimos a Tommy Morrison, exboxeador y campeón mundial que llegó a despojarle de su título al mismísimo George Foreman pero que, a pesar de sus poderosos puños, no era un buen encajador, pues le llegaron a apodar como “mandíbula de cristal” pues cada golpe que le daban, le ponía al borde del k.o. Algo en lo que no se pareció a Rocky. Pero centrándonos en su papel como Tommy Gunn en esta película, hemos de decir que, a pesar de su inexpresividad, realizó un buen papel, principalmente en las escenas de acción.
Por último debo destacar otro nombre nuevo, el de Sage Stallone, hijo del mismo Sylvester Stallone, el cual, lamentablemente, falleció hace escasos meses. Me resulta curioso que desperdiciara tanto su vida pues en esta película, bajo mi punto de vista, hizo un gran papel. Supo establecer las sensaciones y emociones que Robert sentía cuando era avasallado por sus compañeros, cuando se sentía desplazado por su padre, cuando tenía una actitud rebelde, cuando sentía que no tenía la atención que necesitaba de su padre, cuando hacía de niño inocente sin serlo realmente… Al menos nos quedará el recuerdo de esta película o de otras en la que trabajó con su padre como “Pánico en el túnel“.
Como os he mencionado, esta película cerraría un ciclo pero no la saga. ¿Estáis preparados para contemplar el retorno de Rocky 16 años después? Pues en “Rocky Balboa” lo veréis en las próximas semanas.
[xrr rating=3.5/5]