Continuando con el “mejor cómic de superhéroes del último siglo”, palabras textuales escritas por Brian Michael Bendis en el prólogo del anterior volumen, y que como podréis leer en la reseña de dicho número, yo comparto;, tenemos ante nosotros su inmediata continuación. Las editoriales Aleta y Dolmen (el cómic es editado por ambas de forma conjunta) continúan editando la versión americana que lleva por título “Ultimate Collection”, la cual contiene en su interior los números #14 al #24 de la serie original, además del número #0 y el Especial de Verano que Image publicó con motivo del día del cómic gratis en EEUU.
La historia, como ya he comentado, continúa donde terminó el anterior volumen, que si recordáis, nos dejaba ante el resultado de un asombroso suceso: Omniman había estado engañando a toda la humanidad durante su estancia en la Tierra, y con ello, también a su familia y amigos. Detrás de todo esto se escondía una verdad aterradora, como era el hecho de que los Viltrumitas no eran una raza que buscasen ayudar a otros seres en su desarrollo, sino que su interés era gobernar todos los planetas que se propusiesen. Tras esta reveladora sorpresa, Invencible decide oponerse a su origen viltrumita y encararse hacía su padre, pero como es lógico, este es muy superior a él, por lo que termina dejándole muy mal herido y yéndose del planeta Tierra. A partir de este momento, la parte final del anterior tomo nos presentaba a Cecil, un hombre perteneciente a una organización secreta del gobierno encargada de velar por la seguridad del mundo, para la que trabajaba Omniman, y que ahora requería la ayuda de su hijo, Invencible, para poder continuar con el falso legado de su padre.
A partir de aquí, nos irán presentando varias historias que se dan de manera simultánea. Por un lado, el toque dramático de la historia lo aportará la madre de Mark, quien sufre una depresión a raíz del cambio de personalidad de su marido; por otro lado iremos viendo como Invencible va adquiriendo una mayor responsabilidad con su nuevo “trabajo”, algo que le reportará bastantes quebraderos de cabeza, ya sea tanto en el instituto como en su relación sentimental con Amber, a la que le empiezan a extrañar todas las repentinas desapariciones de su novio.
Pero por si esto fuera poco, hemos de sumar a este explosivo cóctel narrativo dos ingredientes que lo harán aún más inestable: el Inmortal está vigilando a nuestro querido protagonista porque no se fía de sus intenciones tras haber sentido sobre sus carnes la traición viltrumita; y por otro lado, los números que abarcan este volumen están cargados de nuevos villanos, una gran cantidad de nuevos y maquiavélicos villanos, que pondrán en más de una ocasión en sendos peligros a Invencible.
Especial protagonismo tendrá también Allen el alien, a quien dedican prácticamente un capítulo para poder arrojar más luz sobre su origen y vida. Otro detalle que se había tocado anteriormente, pero que en estos números adquiere mucho más protagonismo es el multiverso, llegando a mostrarnos varias realidades que se dan en él, además de tener vital importancia en uno de los arcos argumentales que se narran.
Finalmente, el volumen también incluye varios especiales que aparecieron junto a la serie original, ya sea como número #0 o como Especial de Verano que Image publicó, mostrándonos en estos el origen de varios personajes de la serie. Así, conoceremos que es lo que llevó a Monster Girl a tener un álter ego similar al de Hulk; también veremos el origen de Rex Splode o del Inmortal; y por último nos mostrarán como desarrollaron sus poderes Dupli-Kate y Atom Eve.
Robert Kirkman sigue haciendo un excelente trabajo narrativo con esta obra, y nos va mostrando como poco a poco está tejiendo su basto universo, el cual va enlazando y presentándonos como si de una tragicomedia épica se tratase. En cuanto al desarrollo del joven Mark Grayson, iremos viendo como su personaje se va asemejando en parte a la etapa adolescente de Spiderman, aunque todo es presentado de tal forma, que pese a tocar un tema ya muy utilizado, como son los héroes adolescentes, Kirkman es capaz de añadirle su dosis de estilo personal para que alcance una soltura y brillantez única. Al igual que hizo en la primera etapa, los homenajes y sátiras hacia diversos héroes y villanos de otras editoriales serán una constante a lo largo de las páginas, como podemos observar por ejemplo en el caso de la similitud entre Batman y Darkwing.
El trabajo artístico de esta etapa es realizado por Ryan Ottley, quien ya cogió el testigo en la parte final del anterior volumen. Su estilo simplista pero detallado a la vez, hacen que la obra sea visualmente liviana y que podamos disfrutar plenamente de ella. Gracias a él podemos distinguir numerosas alusiones hacia otros personajes, además de disfrutar de entornos, como el de Marte, que nos recordarán en gran manera a la obra “Una princesa de Marte”, también conocida por muchos como John Carter. Mención especial también se merece Bill Crabtree, encargado de dar color de forma soberbia a las páginas que componen la serie principal. Por otro lado, la parte final centrada en los orígenes de varios personajes, ha sido dibujada por diferentes artistas, como son Todd Nauck (Monster Girl), Matthew Roberts (Rex Splode), Khary Randolph (Atom Eve), Joshua Luna (Dupli-Kate) y Cory Walker (creador de la serie que vuelve para ilustrar el origen del Inmortal).
En cuanto a la edición, Aleta y Dolmen continúan apostando por un formato de lujo, con cubiertas cartoné y sobrecubiertas a color, que tiene en su haber 352 páginas. Al igual que hicieron en el anterior tomo, la parte final está repleta de extras, entre los que encontramos diseños y bocetos junto a explicaciones de estos y un guion del número #23. Nuevamente tenemos ante nosotros una exquisita y cuidada edición de uno de los mejores (por no decir nuevamente el mejor) cómic de superhéroes que se están editando actualmente.