Estamos teniendo una semana dura. A principios de semana teníamos la noticia de la muerte de Jesús Franco, a mediados moría Mariví Bilbao y el viernes recibimos la noticia de la muerte de Bigas Luna.
Los aficionados al cine fantástico y de terror recordamos con cariño las primeras películas de Bigas Luna. Tatuaje, Bilbao o la inclasificable Angustia que deben ser revisadas por cualquier aficionado al género.
Tatuaje adaptaba una novela de Manuel Vázquez-Montalbán protagonizada por el detective Pepe Carvalho. En ella adaptaba la estética del thriller norteamericano de los setenta, ambientando la película en los bajos fondos de Barcelona y en su mítico Barrio Chino.
Bilbao cuenta la historia de un psicópata que, enamorado de una prostituta, la secuestra para tenerla solo para él.
En estas dos películas mostraba las constantes que, a lo largo de su carrera, serían las claves de su cine: altas dosis de erotismo, costumbrismo, realismo social y una irresistible atracción por lo culinario.
En 1987, influenciado por el cine de terror que se estaba rodando en EE.UU. que era heredero directo del giallo italiano de los 70, cuyo máximo exponente era Dario Argento, decide embarcarse en la que sería una de las más extrañas e hipnóticas películas que se rodaron en los 80. La película se estrenó en el Festival de Sitges de 1987, donde Neil Jordan estrenaba En compañía de lobos.
Se han escrito numerosos estudios sobre esta película. Su estructura es compleja y exige la complicidad del espectador. Se trata de “cine dentro del cine dentro del cine” y el espectador es incluído en una espiral narrativa que le cautiva e hipnotiza.
Sus influencias estéticas pueden resultar obvias para el espectador: el oficio de oftalmólogo del protagonista y su forma de acabar con las víctimas es un claro homenaje a Luis Buñuel, el comienzo remite al aviso a los espectadores que se daba en los clásicos de la ciencia ficción de los 60, la sombra de M, el vampiro de Dusseldorf planea por todo el metraje, el giallo italiano y sus muertes desagradables que servirían de notable influencia al gore de los 90, etc…
La trama cuenta la historia de Hoffman, un enfermero que trabaja en una clínica oftalmológica y que vive bajo la opresiva influencia de su madre, una desequilibrada médium, interpretada por Zelda Rubinstein (la medium de Poltergeist), que le somete frecuentemente a hipnosis. En parte como consecuencia de esta relación, Hoffman, que está perdiendo la vista, es un asesino psicópata que arranca los ojos a sus víctimas. La historia da un giro radical cuando vemos que, en realidad, estamos viendo la historia que dos amigas están visionando en un cine. Se trata de The Mommy que cuenta la historia que nosotros estábamos viendo. Una de esas espectadoras está angustiada por el film y piensa en las posibilidades de que lo que está viendo en pantalla suceda en su realidad. El argumento da otro giro cuando descubrimos que hay otro psicópata en la sala de cine que, influenciado por lo que ve en la pantalla, comete crímenes similares arrancando los ojos de sus víctimas.
Cuando se estrenó la película fue un fracaso comercial. El público español no estaba costumbrado a sus escenas sangrientas y gore. Debemos recordar que no teníamos las referencias que tenemos ahora. Pero tuvo el reconocimiento de los fans y la transmisión oral de sus virtudes provocaron que fuese clasificada como película de culto.
Después de esta película, Bigas Luna volvería al cine erótico y lo revolucionaría con Las edades de Lulú. Posteriormente volvería al cine costumbrista y a dramas que se quedan fuera de nuestro ámbito. Entre medias, descubriría a actores como Javier Bardem, Jordi Mollá o Penelope Cruz. Sin embargo, los fans del cine terror le recordaremos por Angustia.