En el año 2002, el escritor y periodista ruso Dmitri Glukhovsky comenzó el proyecto de publicar en su blog su novela titulada Metro 2033, la cual se convirtió en un experimento interactivo que atrajo a miles de lectores rusos. 7 años más tarde, publicó la secuela Metro 2034, la cual ayudó a que finalmente la saga creada por Glukhovsky recibiese el reconocimiento mediático que merecía. Una de las consecuencias de este auge de la saga fue la salida en el 2010 de Metro 2033, un videojuego en el que se adaptaba la historia del libro homónimo. Ahora, nos llega Metro: Last Light, un videojuego que, si bien no tiene nada que ver con el segundo libro, continúa la historia que vimos en Metro 2033.
La historia del videojuego comienza en el año 2034, momento en el que la Tierra ha sido arrasada por una guerra nuclear y los pocos supervivientes que quedan se encuentran en el Metro de Moscú. Allí, estos han comenzado una nueva vida, una nueva sociedad… Pero como siempre, el hombre continúa luchando por el poder. Por un lado tenemos al Imperio, un grupo de extremistas que buscan la pureza de la raza rusa eliminando a todo aquel que no cumpla con los requisitos. Por el otro lado se encuentra la Línea Roja, quienes piensan que el comunismo es la única opción para unir a todos aquellos que viven bajo el suelo. En medio de este conflicto, y divisándose en el horizonte una cercana guerra civil, se encuentra la Orden de los Rangers, una organización neutral que se ha proclamado como los protectores del Metro. Es a este último grupo al que pertenece Artyom, protagonista de la historia.
Artyom, tras haber recibido cierto reconocimiento público por su heroica actuación en la anterior entrega de la saga, recibe una nueva orden: debe encontrar al último Oscuro vivo. Los Oscuros son una especie a la que la humanidad tuvo que enfrentarse en Metro 2033 y la cual fue finalmente arrasada… O eso se pensaba. Ahora, con la aparición del último Oscuro vivo, se le exige a Artyom que lo capture para eliminarlo, aunque otros prefieren capturarlo para comunicarse con él.
La auténtica historia arranca cuando, tras ir en busca del Oscuro, Artyom cae en una emboscada del enemigo. A partir de ahí, comenzará una odisea que lo llevará a recorrer todas las estaciones del metro y a encontrarse con las diversas facciones que sobreviven en el Metro. Pero la Línea Roja y el Imperio no son los únicos enemigos que nos encontraremos bajo tierra, pues también existen los ladrones y bandoleros, entre los cuales Artyom no será muy bien recibido.
Para combatir a todos estos enemigos podemos elegir entre dos opciones. La primera es equiparnos con todas las armas y balas que encuentremos y arrasar con todo aquello que tenga vida. Para ello, contaremos con un equipo en el que podremos llevar hasta tres armas de los múltiples y diferentes tipos que nos iremos encontrando a lo largo del juego. Además, estas podrán ser modificadas en los puestos de armas que nos encontramos a lo largo del juego añadiéndole diferentes mirillas, culatas o silenciadores. Estas modificaciones requerirán un pago: tus balas. El tráfico de balas es la economía que existe en el Metro, por lo tanto, deberemos prestar especial atención a nuestro cargador intentando no desperdiciar la escasa munición que nos encontramos en las diferentes cajas que hay repartidas a lo largo del juego o en los cadáveres de los enemigos caídos. Pero estos elemenos no serán los únicos que compongan nuestro completo equipo, pues también dispondremos de granadas, minas, bengalas, gafas de visión nocturna, brújula y silenciosos cuchillos arrojadizos, los cuales podremos recuperar una vez tras ser lanzados.
Si realmente queremos sacarle el máximo beneficio y disfrutar todo lo posible de Metro: Last Light, la opción más aconsejable es la segunda, el sigilo: tomar a los enemigos desprevenidos y noquearlos o matarlos de forma silenciosa. Para ello, tendremos que tener muy presente uno de los aspectos que más caracterizan a Metro: Last Light: la luz. Una vez que nos sumerjamos en la oscuridad, nos convertiremos en una sombra más volviéndonos totalmente invisible a aquellos enemigos que vayan desprovistos de linternas. Así, cobrarán vital importancia que vayamos apagando las velas, desenroscando las bombillas, disparando a las lámparas o quitando la luz de toda una sala desactivando los fusibles. A modo ayuda, Artyom cuenta con un reloj que le indicará si es visible a sus enemigos o no, permitiéndote trazar la estratagema más conveniente en cada enfrentamiento.
Pero el peligro no se limita al subsuelo, pues la lluvia radiactiva que azota la superficie ha dado lugar a que esta se encuentre plagada de diversas especies mutantes, a las cuales deberemos hacer frente cuando debamos salir a la superficie. Con ellas ningún tipo de sutileza valdrá. Nos atacarán todas a la vez nada más nos detecten y no se pararán a buscar la forma más adecuada de hacerlo, por lo tanto, aquí será donde más munición gastemos. Pero a las fieras no será a lo único que debamos prestar atención durante nuestra visita al exterior, pues la radiación (que, al igual que ocurre con las bestias, a veces también llegará hasta el subsuelo) hará que necesitemos para respirar una máscara de gas. Estas, para ser efectivas, requieren unos filtros que nos proporcionan el aire y que iremos encontrando a lo largo de nuestro camino. Pero estos filtros tienen una duración limitada, la cual podremos ver en el reloj de Artyom, por lo que nos veremos obligados a estar pendiente de no quedarnos sin filtros de recambios.
Durante el desarrollo del juego nos daremos cuenta de que no nos encontramos ante un simple shooter en primera persona, sino que el videojuego también bebe del género de la aventura, pues deberás explorar tu entorno para encontrar provisiones, datos… Pero no solo se limita a la acción y a la aventura, pues el tercer factor es el survival horror, ya que en multitud de ocasiones la sensación de que a nuestras espaldas o en los oscuros recovecos de las ubicaciones acecha el peligro hará que estemos en constante tensión.
Uno de los principales puntos álgidos del juego es la historia. Contando en la elaboración de los diálogos con el propio Dmitri Glukhovsky, nos encontraremos un elaborado y absorbente relato post-apocalíptico en el que tienen cabida la conspiración, el espionaje y la traición. Además, conseguiremos conocer más detalles de la historia mediante los cuadernos que deberemos ir encontrando a lo largo de la historia. A introducirnos en el oscuro mundo del metro moscovita también ayudará el acercarnos a los diferentes grupos de personas que transitan las estaciones del metro hablando entre sí. Aquí nos encontramos con unos inteligentes diálogos, recalcamos el hecho de que han sido escritos por el propio Dmitri Glukhovsky, con los que conoceremos las diferentes historias de los amigos y familias que ahora habitan bajo tierra.
En el apartado gráfico también se ha realizado una excelente labor. Cada escenario ha sido desarrollado prestando especial atención a los detalles, dándole vida a los mismos y realizando un inteligente uso de la luz en todo momento. Estos elaborados gráficos ayudarán aún más a introducirnos en el enervante universo salido de la mente de Glukhovsky.
A modo de conclusión, decir que nos encontramos un título para PS3, Xbox 360 y PC totalmente traducido al castellano más que recomendable para todo aquel que quiera jugar a un videojuego en primera persona que mezcle a la perfección la acción, la aventura y el survival horror teniendo como telón de fondo una gran historia.
Un artículo escrito por Antonio Cañestro Lanzadera