David Petersen vuelve a deleitarnos con una nueva aventura de la Guardia Ratón (Mouse Guard), situándonos en esta ocasión en la cuarta estación del año, el invierno. La primera entrega de esta saga sirvió para darnos a conocer un pequeño gran mundo, en el que nos mostraban como un grupo de intrépidos roedores velaban por la seguridad de sus congéneres en un mundo lleno de calamidades y peligros. La premisa que nos mostraba esa primera historia podía resultarnos a simple vista bastante infantil, pero sinceramente, Mouse Guard es una saga que encandilará a los más adultos, transportándolos a un mundo imaginario en el que los ratones viven en una especie de Edad Media.
La trama, en un principio, es bastante sencilla. Nos sitúan en el año 1.152 de un ficticio universo, donde los ratones han logrado evolucionar de forma similar a los humanos, viviendo en lo que fue nuestra época medieval. Pero a diferencia de estos diminutos seres, el resto de animales continúan manteniendo su propio estilo de vida, por lo que serpientes, búhos o comadrejas supondrán ahora un monstruoso peligro para las aldeas de los ratones. Para tal fin, se ha encomendado la labor de cuidar del resto a los más valientes, siendo estos destinados a la Guardia Ratón, quienes se encargan de mantener el orden dentro del territorio de los ratones, protegiendo a los mercaderes que tienen que trasladarse entre ciudades o vigilando la zona de posibles amenazas.
Pero algo tan simple como esto, esconde un argumento bastante elaborado, el cual ha sido llevado incluso a los juegos de rol. En la primera entrega, Otoño 1152, nos mostraban como dentro de las propias ciudades había comenzado a gestarse un espíritu de rebeldía, llevando a un gran número de ratones a traicionar a los suyos bajo la dirección de Midnight, quien intentó atacar la ciudad de Lockhaven (sede principal de la Guardia Ratón) para matar a su matriarca, Gwendolyn. En mitad de esa debacle, nos iban presentando a los que serían los principales protagonistas de este relato: Kenzie, Saxon, Sadie, Lieam y Celanawe (sobre el que descubriríamos que es el legendario Hacha Negra); y a su vez, sentaban las bases para las próximas historias.
David Petersen desea ir más allá en esta nueva trama, y para ello, nos sitúa ahora en una nueva estación, la más dura del año, lo que provoca que las provisiones y medicinas comiencen a agotarse. Con motivo de esto, Gwendolyn envía a once guardianes divididos en tres grupos, quienes van en calidad de embajadores en busca de dicho material a las principales ciudades. Nosotros, como es lógico, seguiremos de cerca a los cinco principales, los cuales ya habían sido presentados en el volumen anterior. Como ya he mencionado, además de buscar provisiones, los guardianes han sido enviados como embajadores, invitando así a los principales líderes a asistir a una cumbre en Lockhaven, hecho que algunos desestimarán por las dificultades que supone el transporte.
Pero, como suele ocurrir, las misiones más sencillas terminan torciéndose, dando lugar a un viaje lleno de peligros y de sorpresas, tanto gratas como nefastas. Y esto es lo que les pasará a estos intrépidos ratones, ya que además de verse acechados por un gigantesco búho (huelga decir que me refiero en proporción sobre los personajes), verán su regreso hacia Lockhaven totalmente trucando tras caer en una “trampa” de la propia naturaleza invernal, lo que les llevará a tener que separarse, afrontando así cada grupo dos aventuras diferentes. En ellas veremos cómo deben afrontar cada ratón sus propios temores y a su vez, les servirá para crecer interiormente, dando lugar ambas a un desenlace bastante sobrecogedor, el cual tendrá sendas consecuencias en un futuro.
La labor argumental de esta obra supera con creces a lo visto en el anterior número, por lo que si os gustó el primero, este será sin duda de vuestro agrado. Si en el primer volumen Petersen pecaba de no profundizar mucho en la historia, presentándonos simplemente a los personajes y un hecho concreto, en este veremos como una vez ya presentados, comenzará a contarse más sobre este fantástico universo y las vicisitudes a las que son sometidos sus habitantes. En cuanto al diseño artístico, nuevamente mencionar que también supera a lo visto en la primera entrega, no en lo que a las ilustraciones se refiere, ya que mantiene el mismo estilo, sino en cuanto a la narración visual, no dejando lugar a dudas del seguimiento de la trama en sus páginas.
Norma Editorial se encarga de editar en nuestro país este segundo volumen, cuyo nombre es “Mouse Guard 2: Invierno 1152” e incluye los seis números de esta cabecera que fueron publicados entre el año 2007 y 2008 en EEUU. Mantiene el mismo estilo que el anterior: formato cartoné con una espléndida ilustración en sus sobrecubiertas, un tamaño de 20x20cm y 192 páginas a color por un precio recomendado de 20€. Al igual que ocurría con el primer volumen, en la parte final se incluyen varias páginas de extras, entre los que encontramos varias secciones explicativas, un mapa de los territorios de los ratones con las diferentes rutas de la guardia y un compendio de pin-ups. Desde luego, puedo afirmar que este segundo número supera al anterior, siendo un cómic totalmente recomendable para todo el público que quiera sumergirse en una historia cargada de valentía, aventura y traición.