martes, noviembre 26, 2024

Seis fallos argumentales de la saga Metal Gear Solid

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Panini

Cuando creas algo y resulta ser un éxito, la respuesta más obvia consiste en lanzar una continuación, funciona así en el cine, en la literatura y evidentemente en los videojuegos. Sin embargo son pocas las veces que una continuación está a la altura, y más raro aun es el caso en el que la primera entrega es superada por su sucesora. Por lo que para hablar de la saga de videojuegos Metal Gear empezaremos por quitarnos el sombrero. Hideo Kojima, su creador, ha sabido crear una historia emocionante que incluso a pesar de los años sigue manteniendo en vilo a sus fans, y que con cada anuncio de una nueva entrega levanta tal expectación que todas las webs del sector e incluso otros medios ajenos al mundo de los videojuegos se hacen eco de la noticia.

Y sus motivos tiene, no lo vamos a negar. Sin embargo han pasado veinticinco años desde el lanzamiento del primer juego de la saga, y con una nueva entrega en el horizonte cada vez es más fácil encontrar pequeños errores en su elaborada historia, y hoy queremos recopilar algunos de los más importantes (o simplemente los más curiosos) con vosotros, con la única intención de divertirnos y quién sabe, quizá debatiendo encontremos algún sentido o explicación que le convenza al mismísimo Kojima. ¡Cuidado, el texto o los comentarios pueden tener spoilers de la saga!

1-El brazo mágico de Ocelot

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Revolver Ocelot perdió su brazo durante el incidente de Shadow Mosses, a mano del letal Ninja/Gray Fox. Al principio de Metal Gear Solid 2 descubrimos que alguna clase de extraño fetichismo le llevó a implantarse el brazo de su difunto jefe, Liquid Snake. Bueno, cosas más extrañas se han visto, ¿no?

Sin embargo, pronto Ocelot empieza a actuar de forma extraña, e incluso su voz cambia y reconocemos en ella al hermano de Solid Snake. Parece que el implante le salió el tiro por la culata (¡Atención! ¡Chiste malo!) al pobre Ocelot, y el ser hijo de un médium como descubrimos en Metal Gear Solid 3 permite que Liquid Snake tome control de su cuerpo.

Un giro interesante, de no ser que en la cuarta entrega numerada nos cuentan que Ocelot estaba fingiendo. El cómo consiguió cambiar incluso su voz es un misterio, pero para ello repetiré la frase con la que empezábamos este punto: Cosas más extrañas se han visto, ¿no?

2-¿Cuántos años tenías?

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Precisamente en el primer encuentro entre Liquid Ocelot y Solid Snake se produce otro de los errores “clásicos” de la saga. Al ver de nuevo a su hermano en el prólogo de Metal Gear Solid 2, Liquid nota lo rápido que envejece Snake, algo que atribuye a que el material genético que se usó para crearlos era una reliquia:

Big Boss rondaba los cincuenta cuando hicieron copias de él”.

Salvo que ahí se equivocaba. Tanto Liquid como Snake nacieron en 1972, mientras que en Peace Walker, dos años después, Big Boss tiene únicamente 39 años, lo que significa que tenía 37 cuando hicieron sus copias.

3-Snake y su “padre”

Y yo que creía que mi relación con mi padre era complicada...
Y yo que creía que mi relación con mi padre era complicada…

Para muchos la primera toma de contacto con la saga fue con el videojuego Metal Gear Solid, para la primera Playstation. Por suerte el argumento del juego invitaba a que los nuevos jugadores no se sintiesen perdidos, con un buen guion que nos daba pistas del pasado de Solid Snake. Uno de los momentos clave, y probablemente el punto de fuga sobre el que gira toda la saga, es la condición de Snake como clon de Big Boss. El mismísimo Snake nos lo cuenta (bueno, a Naomi), afirmando que fue el propio Big Boss el que se lo dijo. Sin embargo eso no fue impedimento para luchar contra él en una última batalla a muerte.

Pero aquí es donde los jugadores clásicos, aquellos que tuvieron la oportunidad de jugar en su día a los dos Metal Gear de MSX dijeron “Espera… ¿Qué?”. Dicha revelación nunca ha ocurrido todavía. Quizá algún día Hideo Kojima saque otro juego ambientado en la época de Zanzibar, pero la cuestión es que la primera vez que se mencionó que Snake era “hijo” de Big Boss fue durante Metal Gear Solid.

4-Un misil directo a la cabeza

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Durante los eventos de Metal Gear 2: Solid Snake, nuestro héroe es atacado por el Doctor Madnar. Éste lo agarra fuertemente por la espalda, intentando ahogarle, por lo que nos deja con la única opción de utilizar nuestros misiles teledigiridos para rodearlo y matar así al Doctor.

Pero si los guardias de Skyrim dejaban sus sueños de aventura debido a un flechazo en la rodilla, el Doctor Madnar no iba a permitir que un misil directo a su cabeza le impidiese seguir con una de sus aficiones favoritas: vivir. Y efectivamente en Metal Gear Solid 4 descubrimos que el Doctor Madnar es el responsable de convertir a Raiden en un cyborg ninja letal.

5-Cambio de sexo

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Y hablando de doctores con aficiones a convertir gente moribunda en cyborgs, el primero que conocemos en la saga es el Doctor Clark, que como nos cuenta Naomi es el responsable de convertir a nuestro mejor amigo Gray Fox en un Ninja con instinto homicida y masoquista.

Perdón, ¿he dicho “él”? Mas bien “ella”, como se nos revela durante Guns of the Patriots, pues “el Doctor Clark” es en realidad Para-Medic, nuestra compañera de Codec durante los eventos de Snake Eater.

6-Sin brazos ni piernas

Ocelot no fue el primer personaje en perder un brazo. Al menos no cronológicamente hablando. Tal y como hemos podido ver en el último tráiler de Metal Gear Solid V, Kazuhira Miller termina bastante perjudicado en el ataque a Mother Base, perdiendo un brazo y una pierna.

Master-Miller-metal-gear-solid-artwork
Ahí sobran piezas…

Curiosamente con el paso de los años Kazuhira Miller retomaría su nombre americano, McDonell “Master” Miller. Sí, el mismo de esta ilustración:

La excusa aquí está en el giro que se produce luego en el juego, al descubrir que Miller llevaba varios días muerto y que su identidad había sido suplantada por Liquid Snake, pero no deja de ser curioso, ¿verdad? Casi tan curioso cómo ponerte gafas para que no te reconozcan en una conversación por radio…

Y con esto terminamos por hoy. Esperamos vuestros comentarios con ayuda para intentar explicar algunos de estos “errores”, o si alguien se anima a recordar alguno que se nos haya pasado por alto.

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