En La Casa de EL, queremos rescatar del fondo del armario películas, cómics, libros o juegos que nos encantan. Cada cierto tiempo, uno de nuestros redactores dará 5 razones para ver, leer o jugar a una de estas obras que valen sin duda la pena.
La serie de hoy es mucho más actual que la mayoría de las obras de las que hablaremos en esta sección, pero es que realmente, tras ver la primera temporada, creo que merece la pena que le dediquemos un ‘5 razones’ con todas las de la ley. Hace un tiempo ya que las series de televisión se han ganado el respeto del público y de la crítica gracias a guiones brillantes, mayores presupuestos y a actores talentosos y polifacéticos. Todo ello hace que la calidad de muchas de las nuevas series de las que disfrutamos hoy en día tenga poco o nada que envidiar a las producciones para la gran pantalla. La serie que nos atañe se corresponde a esta nueva oleada de series, capaces de mezclar géneros y de innovar de un modo nunca visto. Orphan Black empieza con una premisa sorprendente. Sarah Manning, una criminal de poca monta, se topa en una estación de tren con una mujer idéntica a ella, que al verla se suicida tirándose a la vía. Sarah le roba el bolso que se ha dejado en el andén y decide aprovecharse del parecido entre ambas para ver si puede obtener beneficios. Todo ello le conduce a una trama cada vez más grande y compleja en la que poco a poco van apareciendo más y más clones de sí misma. La serie empieza como una serie de intriga con unos ligerísimos toques de ciencia ficción que se van volviendo más evidentes a medida que avanzamos en el argumento. Pero centrémonos, ¿por qué 5 razones tenemos que ver esta gran serie?
1. Tatiana Maslany. Durante su carrera de actriz, interpretó varios papeles menores en series como la reciente Un Mundo Sin Fin, basada en la novela homónima de Ken Follett, o en películas como Ginger Snaps 2: Los Malditos, en la que hacía de la una de las pacientes del manicomio; pero está claro que la serie que la ha catapultado a la fama es Orphan Black, y no es para menos. El esfuerzo interpretativo que tiene que hacer la actriz es digno de admirar. Pensad que interpreta a gran parte de los personajes de la serie. Desde Sarah Manning, la británica protagonista, que tiene que fingir ser Beth Childs, la policía muerta, pasando por Alison, una americana madre de familia muy estirada, llegando a Cosima, una estudiante de biología evolutiva bastante bohemia, o incluso Helena, una perturbada criminal de Europa del este. Todos estos personajes, aunque sabemos que están interpretados por la misma actriz, dan la sensación de ser totalmente diferentes. Los pequeños gestos, los acentos, y el comportamiento de dichos personajes son tan distintos que resulta difícil creer que son la misma persona, en realidad (realmente hay que aplaudir al equipo de caracterización). Pero es que no se acaba aquí, la cosa. Hay momentos en los que estos personajes, aprovechando su parecido físico, se harán pasar por otro y esas imitaciones están lejos de ser copias perfectas. Todo eso se transfiere al espectador a la perfección y no puedo dejar de maravillarme con el hecho de que una misma actriz hace de varios personajes que a su vez imitan a otros personajes. Su talento está más que demostrado tras ver la primera temporada, y por eso es la principal razón por la que la seguiré viendo. Tatiana Maslany es el alma de la serie. Durante la pasada SDCC participó en un panel llamado Women who Kick-Ass, en el que compartía mesa con Danai Gurira (Michonne en The Walking Dead), Michelle Rodriguez (Perdidos, Resident Evil, Avatar…), Maggie Q (Nikita) y Kate Sackhoff (Starbuck en Battlestar Galactica). A nivel de fandom, se ha convertido en una de las grandes mujeres de la pequeña pantalla.
2. Por ser una serie canadiense. Las series americanas y las series británicas se distinguen claramente. Las americanas tienen montones de episodios y temporadas regulares. Las británicas suelen tener pocos episodios que se emiten sin demasiada regularidad. Y no sólo eso. También está esa “sensación” que tenemos al verlas. En EEUU todo está impregnado de ese aire de superproducción, apuntando siempre a un target inmenso, primando la cantidad sobre la calidad. En Reino Unido se tiende más a hacer series de autor, con guiones cuidados y pocos pero buenos capítulos. ¿Y esta serie, dónde queda? Pues veamos: es una coproducción entre Bell Media (canadiense) y BBC America (británica y americana). La primera temporada se emitió tanto en Canadá como en Estados Unidos y se rodó principalmente en Canadá. Personalmente, creo que bebe de ambos mundos. Aunque se nota que hay un presupuesto limitado, el tipo de ficción es ciertamente más americano, pero a la vez el reducido número de capítulos por temporada (10) garantiza un guión muy cuidado, sin fillers, esos capítulos en los que no pasa nada y que sólo valen para rellenar. Es un híbrido muy interesante, fruto de un país que está empezando a hacer contenido de calidad, como hemos visto en series como Flashpoint o Lost Girl.
3. Por Felix Dawkins. Felix, el hermano de adopción de Sarah, es un chico homosexual sarcástico y ligeramente cínico, que a su vez actúa como consciencia para Sarah. Suele servir como Comic Relief en la serie, pero no se queda ahí. Tiene las mejores frases de la serie sin duda y se nota que tiene el cariño de los guionistas. Al contrario de otros muchos secundarios homosexuales a los que se representa como personajes planos, simplemente descarados y un tanto pesados, Felix Dawkins es un personaje vivo, con contradicciones y aspiraciones, que va mucho más allá del estereotipo del Sassy Gay Friend.
4. Porque mezcla Thriller y SciFi. Nunca había visto una transición más limpia entre un género y otro. La única vez que había visto algo parecido fue con Lost, durante las primeras temporadas. Empezaba con una muy buena premisa y un montón de misterios que parecía que no encajaban y poco a poco íbamos adentrándonos en una serie de ciencia ficción fascinante. Lástima que se lo cargaran con unas temporadas finales totalmente sacadas de la manga y decepcionantes en extremo. Con Orphan Black es pronto para ver por dónde lo llevarán, pero todo parece apuntar a que esta vez la mezcla entre el misterio y la ciencia ficción no desembocará en plotholes absurdos y explicaciones insatisfactorias. El grado de suspensión de la incredulidad que hay que hacer es bajo en comparación y eso repercutirá positivamente a la hora de resolver tramas. En resumen, si queréis tramas policíacas, las tenemos. Si queréis misterios relacionados con la clonación humana y organizaciones secretas que se encargan de controlar a los clones, lo tenemos. Poco a poco, muy poco a poco, vamos viendo pequeños detalles de ciencia ficción, pero todo tan bien hilvanado que nunca nos parecerán fuera de lugar o exagerados. Una tarea hercúlea, la de los guionistas, que han conseguido que ambos géneros se acoplen suavemente, sin baches.
5. Por los Clones. La temática de los clones no es ni mucho menos nueva, pero está llevada de forma muy interesante en esta serie. Todo está envuelto en el misterio, aún, pero la propia serie va dando pistas sobre cómo habría ocurrido. No se dice explícitamente, pero todas las clones nacieron en algún punto de la primavera de 1984, lo que no deja muy claro si alguna de ellas es la original, o si es que hay una original en absoluto. Durante la serie, además, se plantean preguntas de tipo científico, filosófico, moral, y religioso sobre la clonación, aportando su granito de arena al debate, como la mejor ciencia ficción especulativa de antaño. Todos los clones viven vidas diferentes y se han desarrollado de forma muy diferente, repartidas por el mundo, y el descubrimiento de sus iguales despierta en ellas reacciones muy variadas. Si os gusta una buena discusión sobre ciencia ficción después de cada capítulo, esta serie os satisfará plenamente.
Estas son, pues, las 5 razones por las que creo que Orphan Black es una grandísima serie. Si os gustan los thrillers policiacos, os gustará. Si os gusta la ciencia ficción bien llevada, os gustará. Sólo son 10 capítulos, hasta que empiece la segunda temporada en abril de 2014. Tengo muchas ganas de seguirla viendo, y creo que es buen momento para engancharse y seguirla. Toda la producción tiene un sabor “diferente,” dadle la oportunidad que se merece y no os arrepentiréis.
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