viernes, noviembre 22, 2024

Reseña: Oveja Negra

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Panini

El juego de esta semana me hubiera pasado desapercibido por su temática y su estética colorida y casi infantil si no fuera por un nombre muy concreto en la portada: Reiner Knizia. Ya he hablado de Reiner Knizia en otras reseñas y no puedo evitar hacerme pesado diciendo que todos sus productos tienen un algo especial. Este maestro del eurogame crea obras con un alto factor estratégico y un nivel de suerte relativamente bajo que aún así permite que hasta los más novatos disfruten de sus juegos. Si queréis ver otros juegos de este brillante autor, en La Casa de EL hemos reseñado el Exploradores, el Blue Moon City y el Kingdoms y poco a poco iremos aumentando esa lista.

Portada del juego
Portada del juego

Sabiendo que me enfrentaría a un juego basado en las matemáticas (como suelen ser todos los de Knizia) me extrañó su aspecto infantil. Viendo la caja por fuera, con su temática de granja y sus animales sonrientes, uno no sabe muy bien a qué atenerse. Una vez abierta la caja, nos encontramos con lo siquiente:

  • 36 figuritas de animales con números del 1 al 3 debajo. 6 de cada animal.
  • 3 tableros de campo
  • 4 tableros de corral
  • 4 cartas de referencia
  • 12 cartas de bonificación +6
  • 84 cartas de animales
  • 12 cartas de tarea

Por una parte, por el precio que tiene (15€), me sorprendía que fuera una caja tan grande, cuando hay juegos de 20€ que vienen en cajas más pequeñas, como la del Bang!, el Ciudadelas o el Sí, Señor Oscuro. Una vez abierta me di cuenta del motivo. Mucha caja para muy pocos componentes. Lo único que encaja con el tamaño de la caja son las instrucciones, el resto de ítems cabrían en una caja la mitad de grande. Y las instrucciones se podrían haber hecho en otro formato para que cupieran. Con la calidad de los componentes, tengo sentimientos encontrados. Por un lado están las figuritas de los animales, que aunque son pequeñas tienen un nivel de detalle bastante bueno (aunque a veces cuesta discernir a la vaca del caballo). Por el otro están los tableros de campo y corral, que son muy finos y me temo que acaban destrozándose muy pronto. Las cartas, por su parte, cumplen su cometido, que ya es mucho. Sinceramente, teniendo en cuenta el precio de otros juegos de mesa, creo que está bastante bien, pese a todo

Pero vamos al juego. Al principio, mientras me leía las instrucciones para jugar por primera vez, no acababa de ver cómo funcionaba la cosa hasta que me fijé en cierto detalle que me lo dejó todo claro. Este juego es un Texas Hold’em con animales. Sí, con otras normas y tal, pero está claramente basado en eso. Al comenzar el juego, cada jugador cogerá uno de los 4 tableros de corral y lo pondrá delante de él, a continuación se pondrán los tres tableros de campo en el centro de la mesa. Se formará un mazo con todas las cartas de animales del que iremos robando durante el juego, del que repartiremos 3 cartas a cada uno. Luego se sacarán otras dos cartas para cada campo y se pondrán las correspondientes figuras de animales en los campos.

Durante el juego
Durante el juego

A partir de ese momento, ya puede empezar el juego. Cada jugador puede jugar una o dos cartas en un mismo campo en cada turno. Si elige jugar sólo una, tiene derecho a descartar una carta de su mano. Al final del turno, dicho jugador volverá a robar hasta tener 3 cartas. Lo que hay que hacer con esas cartas es hacer combinaciones con los animales que hay en el campo para hacer parejas, tríos, póker, full house, etcétera. Cada jugador podrá poner un límite de 3 cartas en cada campo, y cuando todo el mundo haya puesto sus 3 cartas en el campo se resuelve quién gana. El orden de valores es exactamente el mismo que en el póker, y en caso de empate tienen preferencia ciertos animales por encima de otros. En caso de empate absoluto, gana el que hubiera puesto sus cartas antes. El ganador del campo se lleva los dos animales y los pone en su corral. Cuando el campo queda vacío, se sacan otras dos cartas de animales y se ponen otros dos. El juego como tal no se para en ningún momento hasta que empiezan a faltar animales, ya que hay un número limitado. Cuando al sacar dos cartas para ver qué nuevos animales irán al campo vacío, si ambos animales ya no están disponibles, el campo se pone boca abajo y se cierra. En caso de que sólo sea uno de los dos animales el que no está, se puede volver a robar otra carta. Si la nueva carta es un animal disponible, se sigue jugando con normalidad: se ponen dos animales nuevos y seguimos. Si la nueva carta tampoco está disponible, el campo se cierra. Cuando los 3 campos se cierran, se acaba el juego y empieza el recuento.

Oveja Negra y Oveja Blanca
Oveja Negra y Oveja Blanca

Durante el recuento, hay varias cosas a tener en cuenta. Todos los animales tienen un valor del uno a tres marcado abajo, ese es su valor en puntos. Durante el juego se han cogido aleatoriamente de la reserva para ponerlos en los campos, así que un número parecido de animales puede resultar en puntuaciones muy diversas. No os preocupéis por si se ve el número de los animales mientras jugáis, es tan pequeño que no se ve si uno no se acerca mucho. Se suman todos los puntos de los animales y, atención, se restan los de las ovejas negras. Pero no os preocupéis, porque las ovejas negras son necesarias. En el juego normal, los jugadores recibirán bónuses por cada animal de cada que tengan y por ser los que más tengan de uno de los 6 tipos de animales. Así que si tienes más ovejas negras que nadie te llevarás un bonus que compensará tus pérdidas, o al menos gran parte.

El corral del juego
El corral del juego y una carta de tarea

Como variante de los bónuses, también existe la posibilidad de jugar con tareas. Hay tres tipos de tareas: conseguir ser el que más tenga de un tipo de animal, conseguir una cierta combinación de animales o tener todas las ovejas negras. Al inicio del juego, se repartirá una tarea a cada jugador (dos en el modo de dos jugadores) y el resto serán tareas públicas, que todo el mundo podrá intentar para puntuar. En total, en el juego tiene que haber 6, entre las de cada uno y las públicas. Cada una tiene un número asignado de puntos para el que consiga hacer dicha tarea, excepto la de tener todas las ovejas negras, que simplemente hace que ganes la partida automáticamente si lo consigues.

Al principio parece un poco simple, el planteamiento, pero poco a poco uno va encontrando que hay mucho lugar para la estrategia. Es muy posible que si juegas bien tus cartas puedas forzar a tus adversarios a jugar cartas que no querían jugar, ya que si ya han puesto 3 cartas en un campo, tienen que jugar obligatoriamente en los otros dos, y si han puesto tres cartas en los 3 campos y no se resuelven, su turno pasa automáticamente. Como es imposible jugar 3 cartas en un campo al mismo tiempo, todo el mundo puede ver qué jugadas planeas hacer y puede actuar en consecuencia. Ahí, claro está, entra la posibilidad de hacer faroles y de jugar con las expectativas de los demás. Sinceramente, si sois capaces de olvidaros de la temática de juego de granja y os centráis en disfrutar de un buen juego de cartas a la vieja usanza, os importarán muy poco las vaquitas simpáticas o el target familiar que tenga el Oveja Negra. La verdad, una vez más, me quito el sombrero ante Reiner Knizia por otro juego inesperadamente brillante. Por 15 euros, vale la pena darle una oportunidad, si señor.

[xrr rating=4/5]

Distribuido en España por Edge Entertainment

De 2 a 4 jugadores.

PVP: 14,95€

30 minutos de juego.

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