Pero, hete aquí a un par de elementos, Jean-Yves Ferri (guión) y Didier Conrad (dibujo) que han decidido retormar el trabajo y crear una nueva aventura para disfrute de todos los aficionados. Según los nuevo autores, han tratado de continuar el trabajo de los originales, trabajando con tinta y pincel, lo que ha hecho que el tiempo de trabajo se alargue pero el resultado sea de lo mejorcito.
Según ellos: “Hemos seguido la misma técnica que su creador, Uderzo, con tinta y pincel, lo que hace que sea muy lento el proceso, pero asegura que no haya diferencias”.
Es el arte de copiar sin copiar, emular un trabajo que llevó por lo ancho y largo de este mundo a dos galos, ahora internacionales, que han hecho reir, pensar y llorar (en pocas ocasiones) a varias generaciones.
Astérix y Los Pictos, publicado el pasado 24 de octubre por Salvat, es la nueva y esperada entrega. Un nuevo renacer que lleva a Astérix y a su inseparable Obélix a la tierra de los pictos, una Escocia dividida en tribus que pugnan por encontrar un rey.
Todo comienza con la aparición de un picto en la playa en un crudísimo invierno, convertido en iceberg, que Obélix recoge y lleva a la aldea gala. Allí a merced de las pociones de Panorámix, el druida, consiguen que reviva y que, tras un breve episodio de afonía musical, les cuente poco a poco su historia. Historia que les llevará hasta Escocia.
Y hasta aquí puedo leer. He de decir que he disfrutado mucho con esta nueva aventura y que, pese a quien pese, apenas se echa de menos a sus autores originales, ya que estos nuevos han sabido captar la esencia tanto en guión como en dibujo del cómic original. Cabe destacar el peso que lleva la “sección femenina” de la aldea, teniendo más protagonismo e importancia que en anteriores entregas, lo que da muestras de modernidad. Según los autores: “Igual que ha ocurrido en el mundo, que las mujeres han ido teniendo más importancia, aquí también debían tener más protagonismo, así que se lo hemos dado”. También han hablado de cómo Astérix se va metiendo en la aventura, es menos forzado, más suave: “Son menos proactivos, es la aventura más la que los lleva a ellos y no tanto ellos los que provocan la aventura”. A Uderzo le hubiera gustado continuar con Astérix, pero sabía que era imposible, de hecho, los nuevos “padres” han dicho sentirse presionados por el trabajo hasta rozar la paranoia. Aunque quieren decir también que la verdadera presión fue para Uderzo que, con 86 primaveras vistas, reconoció no poder seguir sólo con las aventuras de los galos. “Transmitir lo que es Astérix sí es verdadera presión, sobre todo porque a él le hubiera gustado continuar, pero era imposible. Tiene 86 años”.
En fin, que ya tenemos lo nuevo y, en mi humilde opinión, es una gozada muy recomendable.