Ha sido un otoño movido para Neil Gaiman. En la Comic Con de Nueva York se confirmó el regreso de su serie Miracleman a partir de enero de 2014, hace pocos días pudimos ver algunas imágenes de The Sandman: Overture y el pasado 10 de octubre se publicó en nuestro país su novela El océano al final del camino.
Pero Neil Gaiman lleva muchos años trabajando para su bien merecida fama. En mi caso, lo primero que leí del autor británico fue un tomo de The Sandman llamado La casa de muñecas, que me puso los pelos de punta y que no acababa de entender. Claro que por entonces yo pensaba que todos los cómics eran autoconclusivos y que si no entendía algo se debía a problemas míos. Por aquel entonces, vi en una librería una colección de relatos titulada Humo y Espejos, que mis padres me regalaron para el siguiente Día del Libro.
Mi edición de Humo y Espejos es un volumen editado por Norma Editorial en la colección Brainstorming en 1999, apenas un año tras su publicación en Estados Unidos y el mismo año que se publicaba en Reino Unido. La traducción de Olinda Cordukes, habitual de la editorial, a veces peca un poco de “notársele las costuras”, aunque se redime en muchos momentos en los que la prosa poética de Gaiman requiere verborrea.
Ha llovido muchos desde entonces y todavía hoy prefiero a Neil Gaiman en su faceta de cuentacuentos, mucho más que como novelista (a excepción quizás de Stardust, que al fin y al cabo parecía un cuento largo). Creo que Neil Gaiman condensado entra mejor, que es de esos autores que en demasía empalagan, aunque disfrute todas sus novelas, no me impresionan tanto como sus relatos cortos y sus guiones autoconclusivos de novela gráfica. Es en el relato que muchos autores realmente experimentan y emocionan, así que es una sorpresa muy positiva cuando pequeñas editoriales españolas deciden apostar fuerte por un formato que a menudo se desecha con el argumento de que “no vende”.
Humo y Espejos es un gran libro para el otoño, no tanto para pasar miedo como para enrarecerse, para que toda historia parezca distorsionada y enfermiza, aunque no siempre sea fácil describir qué exactamente te ha turbado de sus relatos. A camino entre el terror y la fantasía, el realismo mágico y el weird, Gaiman nos presenta 29 grandes historias (30 si contamos El regalo de boda), en 311 páginas.
El libro se inicia con un rondel y una introducción de 28 páginas en la que el autor escribe una historia que podría haber sido un regalo de bodas y enumera los relatos de la colección, explicando las circunstancias de creación, el mensaje o la inspiración de los relatos elegidos. En esta selección se incluyen todo tipo de formatos. Hay varios ejemplos de prosa en verso, como en Sextina de Vampiros o, uno de mis favoritos, El Camino Blanco (que para mí tienes puntos extra por historia dentro de historia). Impresionante la tarea de traducción del microrrelatos Nicholas era… que tanto en inglés como en castellano tiene 100 palabras, 102 con el título. La temática también es muy diversa, comprendiendo relatos de terror escalofriantes como No le preguntéis a Jack, historias de erotismo o humor lovecraftiano de corte británico, como La vieja peculiar de Shoggoth, que yo recomendaría a todo el que esté dispuesto a leer una parodia ligera y divertida de las convenciones de escritura de Lovecraft. Hay experimentos rarísimos como Lobo de Bahía, que narra el poema épico Beowulf con las convenciones de Vigilantes de La Playa (Wolf Bay es el título original del relato y Baywatch el de la mítica serie americana). En Humo y Espejos se habla de informática (como en el relato Virus, sobre un videojuego muy adictivo), de la experimentación con animales en Pasteles de bebé, el truculento relato que Gaiman escribió para PETA o de los problemas para adaptar una obra literaria a la gran pantalla, problemas que Gaiman conoce bien tras sus muchos intentos de llevar The Sandman a la gran pantalla (El estanque de los peces de colores y otros cuentos). El último relato es, a mi parecer, uno de los mejores: Nieve, Cristal y Manzanas es una reinvención oscura de la historia de Blancanieves, desde el interesantísimo punto de vista de la madrastra y con un trasfondo de vampirismo muy resultón, sin necesitar ser del todo original (Tanith Lee escribió sobre el mismo tema a principios de los ochenta, con el cuento Roja como la Sangre que podemos encontrar en Vampiras, la antología de relatos sobre mujeres vampiro publicada en nuestro país por Valdemar).
Cabe destacar que Norma Editorial publicó alguna de las adaptaciones a novela gráfica de ciertos relatos de este libro. El relato Misterios de un asesinato tuvo una adaptación homónima y la perturbadora La Hija de los búhos y El Precio se incluyó en Criaturas de la Noche.
Humo y Espejos es la obra que recomendaría que recomendarais a alguien predispuesto a Gaiman o a esta combinación de fantasía moderna que tan bien les sale a él (que, recordemos, también tiene publicado en nuestro país Objetos Frágiles) o a autores como Kelly Link, que gastan el mismo tipo de prosa onírica. Si lo raro o lo oscuro causa desconfianza, mejor intentad engatusar con American Gods, que es mucho más potable como formato y goza de la consistencia de una buena novela. Si aún así el acercamiento fracasa, no os replanteéis el autor, replanteaos el conocido.
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