Hoy se me ha pasado por la mente hablar un poco de la serie “Érase Una Vez” de forma breve. Sospecharéis que me gusta mucho por el título de este artículo y no andáis equivocados.
He estado leyendo estos días por internet críticas, justificadas por supuesto, contra esta serie. Pero los argumentos destacados podrían muy bien tener otro punto de vista. Primero, entre los “defectos” encontrados a “EUV” es el abuso del croma. El croma, sin entrar en tecnicismos, es la técnica que sustituye un fondo por otro. Vamos, por así decirlo, es un fondo digital donde se sitúa a los actores. Es verdad que los palacios y algunos exteriores (como el País de las Maravillas), cuevas, otras dimensiones etc…, se han elaborado con esta técnica. No obstante, como contrapunto, diré que no podría pedirle más a una producción que comenzó siendo modesta y ha alcanzado cotas de audiencia más altas. Tampoco me parece que queden tan cutres este tipo de escenarios. Sí, se nota, parece que los actores están dentro de un videojuego, pero ¿qué producción no es imperfecta?
Segundo punto: el excesivo romanticismo y ñoñería del guión. Así es. Blancanieves y el Príncipe (Goodwin y Dallas) resultan a menudo bastante empalagosos, pero ese es su encanto. Y como contrapartida ya están Regina, Rumpelstiltskin, Cora… ya que han sido despiadados asesinos en algún momento. ¿Serie empalagosa? Eso habría que verlo, pues ronda por ahí un personaje que se transforma en lobo y se come a la gente. En el primer capítulo de la tercera temporada, estrenado en España hace dos semanas, Regina le echa en cara a Blancanieves que hay cosas que no pueden solucionarse con “tus besitos de arco iris y tus pegatinas de unicornios”. Es posible que incluso a los guionistas (Kitsis y Horowitz) se les haya pasado por la mente que ya era hora de dejarles las cosas claras a la pareja protagonista. Eso sí, con mucho sentido del humor.
Tercer punto: el mezclije de personajes, flashbacks y estiramiento de la trama que cansan hasta la saciedad. Ahí no podemos negar que sí, puede que se esté alargando mucho la trama. Quizá la tercera temporada no hubiera sido necesaria, y en la segunda todo tenía que haber acabado en un fueron felices y comieron perdices (por mucho que le pese a Regina). Sin embargo el público quiere más. Yo quiero más. Y hacerlo de la forma más inteligente posible es un gran acierto para los guionistas. En esta tercera parte de la serie vamos al país de Nunca Jamás. Una aventura, una trama, donde se prescinde de muchos personajes para no apretar demasiado el cajón con tanta ropa, y aparecen otros nuevos.
Siguiendo con las quejas, no veo que los flashbacks, que tan bien les funcionaron a Kitsis y Horowitz en “Lost” no sean buena idea para “EUV”. Es más, podría ser su leit motiv y el encanto sin el cual perdería interés. Aunque muchos estarán de acuerdo conmigo en que 22 capítulos por temporada se hace muy cuesta arriba. Soy partidario de las temporadas de 10-12 capítulos, lo reconozco. Lo bueno, si es breve…
Ya lo véis. Demasiada carga de personajes y de flashbacks, mucha ñoñería, escenarios de pega… nada de esto ha hecho perder su encanto a “Érase Una Vez”. Gracias al carisma de los personajes principales, el misterio, la sorpresa, la asombrosa adaptación de los cuentos, la colorida ambientación, el vestuario, el maquillaje y la música… los verdaderos ingredientes que están haciendo grande a esta serie.
Mis personajes favoritos son Regina, interpretada por Lana Parrilla y el señor Gold (el Ser Oscuro o Rumple), a quien da vida Robert Carlyle. Parrilla, no me negaréis, despide ese sexappeal malvado que atrae al público irremediablemente, tal como cuando algunos de nosotros éramos niños sentíamos la terrible atracción de Diana en “V” (Jane Badler), cuya maldad no tenía límites pero sin su figura, la serie no sería hoy lo mismo. Los majestuosos y casi eróticos trajes en su rol de Reina Malvada no dejan indiferente a nadie. Y además, la actriz los sabe llevar.
En el otro extremo del mal, Robert Carlyle dota a Rumple, el Ser Oscuro, del toque de comedia que su personaje necesita. Un hombre atormentado por la cobardía se transforma en un ser con un poder casi ilimitado pero en su corazón sabe que está luchando contra él mismo después de enamorarse perdidamente de una joven aldeana. Carlyle, como ya dije en un artículo, es protagonista en “Stargate Universe”, una serie de la que alguna vez querría hablar y que lamentablemente cancelaron, siendo para mucha gente la mejor serie de la franquicia “Stargate” que se haya rodado. Con ella ganó un premio Gemini como mejor actor, destacando la ambiguedad de su personaje, el doctor Rush, quien mantenía cierta intriga en el fondo de la trama.
Al final me he extendido pero tampoco hace falta demasiados argumentos. Se trata solo de mis gustos personales pero igual que tengo razones para que me guste esta serie, hay gente que por esas mismas razones, no le gusta. Sin embargo creo que este artículo podría ayudar a dar una oportunidad a ese público que todavía está receloso y no sabe si ver la serie o no. Confieso, y puede sonar blasfemo, que personalmente “The Walking Dead”, una de las series de más éxito de los últimos años, no me gusta porque me resulta aburrida y sin ningún tipo de interés. ¿Por qué? Por el mismo motivo que tiene éxito. Así de sencillo. Ahora, a disfrutar cada uno de su serie favorita y a opinar, que es gratis.
