Solaris es uno de esos clásicos para los que no pasan los años. La que probablemente sea la obra más conocida del autor polaco Stanisław Lem se publicó originalmente en 1961. En su medio siglo de historia, ha sido reeditada en numerosas ocasiones y se ha adaptado al cine, con más o menos éxito.
Solaris se inicia cuando Kris Kelvin, un psicólogo que ha estado toda la vida estudiando las diferentes teorías solaristas, aterriza en la estación de observación del planeta Solaris. Pese a años de investigación, poco se sabe del planeta compuesto principalmente de un enorme océano que sería su único habitante y que reacciona, si bien de un modo errático y apenas apreciable, a los intentos de interacción de los exploradores humanos. Para sorpresa de Kelvin, los tres hombres que tenían que ser sus compañeros de investigación parecen alterados hasta la locura por una presencia extraña en la estación.
Así empieza esta corta pero intensa novela, con tintes de terror, con espacios cerrados que invitan a la claustrofobia, la sensación de persecución y el enfrentamiento, en un sentido muy particular, a los demonios personales de los personajes. A medida que Solaris se desarrolla, se van alternando los capítulos en los que avanza la trama, narrados de una forma bastante llana y actual, con capítulos de teoría solarista, huesos mucho más duros de roer, por su cercanía a la ciencia-ficción dura.
Solaris habla de la frustración de la humanidad ante la imposibilidad de contactar con otras formas de vida de un modo en el que el ser humano pueda procesar, de la posibilidad de vernos afectados por las limitaciones impuestas por nuestro propio pensamiento antropocéntrico, en el que las claves para definirnos son conceptos como la intencionalidad o la crueldad, el reconocimiento del individuo como único y potencialmente irremplazable o el valor de los recuerdos.
Actualmente, podemos encontrar principalmente dos ediciones de Solaris en nuestro país.
La edición de tapa dura de Minotauro tiene 240 páginas y cuesta 17, 95 €. La novela, que ha sido reeditada por la editorial en numerosas ocasiones, forma parte de la colección Clásicos Minotauro. La portada de esta edición es rediseño estilizado de la ilustración de cubierta del artista argentino Óscar Chichoni. La versión de bolsillo de Booket, de 236 páginas, se puede encontrar a un precio entre 8-10 €. La traducción de Matilde Horne y F.A. (Francisco Abelenda) a veces se queda excesivamente pegada a la versión inglesa del texto, hasta el punto de acabar haciendo frases que no son verosímiles para el hablante de castellano y complica algunas frases de un autor que muchos conocen por su transparencia. Esto se debe a que la versión más conocida del texto se hizo a través de una traducción del inglés de la traducción francesa de la obra original en polaco. Los múltiples cambios, entre el que destaca un lenguaje más recargado, no evitan que el libro se disfrute y se lea con bastante naturalidad, si bien da que pensar sobre lo que se puede haber perdido o cambiado respecto al original. De la obra de Lem, Minotauro también ha editado El invencible.
La edición de la editorial Impedimenta apareció en 2011. Ocupa 296 páginas, cuesta 20,95 € y tiene como punto a favor que la traducción está hecha a partir del polaco, a cargo de Joanna Orzechowska (traductora al polaco de Pérez Reverte y José Cela, entre otros). Este título, con introducción del escritor y crítico de cine Jesús Palacios, ya va por su cuarta edición. La verdad es que las ediciones de Impedimenta son exquisitas: el tacto rugoso de la rústica, las bellísimas portadas de marco negro e ilustraciones científicas y el detalle que apunta maneras de poner los nombres de traductores y prologuistas de cada obra en portada. Es cortesía de la editorial que se pueda leer el primer capítulo de Solaris en su página web. La editorial ofrece otros títulos de Stanisław Lem dentro de la colección Impedimenta: El hospital de la transfiguración, Vacío Perfecto, Magnitud imaginaria, La investigación, Golem XIV y, como novedad de este pasado noviembre, la colección de relatos Máscara.
Además de bautizar numerosas colecciones y revistas de ciencia-ficción (por ejemplo, la colección de ciencia ficción de La Factoría de Ideas), Solaris ha sido llevada a la gran pantalla en varias ocasiones. No me extraña, puesto que uno de los aspectos que me llamó más la atención de la novela era su potencial cinematográfico. Sin embargo, que una obra se pueda adaptar no significa que se deba. Si bien la acción de la novela funciona en pantalla y de algunas imágenes del océano se puede hacer verdadera poesía por el gran peso de los elementos visuales estéticos en las descripciones, el tono general de Solaris es tal vez demasiado reflexivo para una versión audiovisual. Tras un telefilme ruso en dos partes en el año 1968, Solaris volvió a adaptarse de la mano del director Andrei Tarkovski en 1972. La adaptación más reciente data de 2002 y estaba protagonizada por George Clooney. El mismo Lem, que fallecería apenas cuatro años después del estreno, no parecía demasiado entusiasmado por la prioridad que se había dado en la adaptación de su obra al romance y a la psique humana. Sin embargo, una visión más amplia y más fiel a la del autor significaría un tono pesimista y oscuro, que no funcionaría especialmente en taquilla.
Solaris ha inspirado muchas obras de arte, como las evocadoras imágenes que Dominique Signoret ha creado de algunos de los conceptos del libro tratados por el grupo de estudiosos ficticios de los solaristas. Para más imágenes de “simetríadas”, “asimetríadas”, “fungoides” y demás, aquí podéis encontrar su galería.
Para acabar, os dejo con el fragmento que escogió Círculo de Lectores como texto para la contraportada de su edición de la novela:
<<No tenemos necesidad de otros mundos. Lo que necesitamos son espejos. No sabemos qué hacer con otros mundos. Un solo mundo, nuestro mundo, nos basta, pero no nos gusta como es. >>
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