Muchos recordaréis, por supuesto, la película de Disney Mary Poppins. En ella, la mágica institutriz llegaba a la casa de una familia para ayudarles. Esta familia era la familia Banks. Y esta es la historia de la película que vamos a tratar hoy, Salvando a Mr. Banks (Al encuentro de Mr. Banks en la traducción española.
[note note_color=”#fff9a9″] Walt Disney prometió a sus hijas que adaptaría su libro preferido, Mary Poppins, pero no sabía que le costaría 20 años convencer a su autora P. L. Travers, una escritora cascarrabias e inflexible que no tiene la más mínima intención de que la maquinaria de Hollywood estropee a su adorada niñera mágica. Pero los libros dejan de venderse y el dinero escasea. Así que Travers acepta de mala gana viajar a Los Ángeles y escuchar los planes de Disney para adaptar su obra. La obstinada escritora no cede ante ninguno de los recursos de Disney, como los imaginativos guiones y las alegres canciones. Walt empieza a perder la esperanza, ya que Travers se muestra cada vez más tenaz y los planes para adquirir los derechos empiezan a desvanecerse.
Al encuentro de Mr. Banks se estrenará el próximo 31 de enero.[/note]
La película nos narra el proceso de creación de la película Mary Poppins y cómo el equipo de Walt Disney intenta convencer a la creadora, P. L. Travers interpretada magistralmente por Emma Thompson. Es ésta una mujer muy difícil de tratar, huraña, extremadamente rígida e inamovible en sus costumbres. Este carácter choca abruptamente con el alegre y desenfadado que Disney (Tom Hanks) y sus trabajadores, lo que dará lugar a las escenas cómicas de la película. Entre los problemas que pone la creadora hay varios como que no admite dibujos animados (¿recordáis los pingüinos?), exige una sintaxis y gramáticas exactas, sin recreaciones extrañas (¡cualquiera le enseña la canción de Supercalifragilístico!), etc.
Eliminando toda dosis de fantasía, la narración se dividirá en dos tramas bien separadas: por un lado tenemos la citada creación/revisión del guión de la que será la película de los estudios Disney. Por otro lado nos cuenta la historia de Miss Travers, su infancia, donde su padre, interpretado por Colin Farrell, intenta evitarla todos los sinsabores de una dura vida. El montaje juega con ambas líneas argumentales, mezclándolas y superponiéndolas, para que el espectador vea claramente las influencias recíprocas, hasta que llega un momento en que se fusionan de una forma que el director, John Lee Hancock, hace que no nos resulte artificial.
Y es que la historia trata de cómo era realmente este señor Banks, un banquero, y en quién se basó para crear su obra: su propia familia. Iremos viendo progresivamente la pérdida de la inocencia de la pequeña protagonista, incluido algún drama, y comprenderemos cómo la soñadora niña se ha convertido en la inflexible señora en cuyo interior, sin embargo, sigue existiendo el afán de magia y sueños: como le dice Walt Disney en una escena: es “la creadora de una niñera voladora con un paraguas parlante”.
Son dos realidades que convergen finalmente: la vida (mágica) de la niña camina hacia el descubrimiento de la dura realidad, mientras que la dura mujer vuelve sobre sus pasos para recuperar sus olvidadas fantasías y sueños de niñez, gracias sobre todo a la alegría contagiosa del equipo de Disney (al que se recrea por primera vez en el cine y de una forma totalmente complaciente): su forma de ser, la soleada California, el fantástico mundo de sueños que es Disney Land… todo eso no hace más que crear rechazo en la rígida autora que encuentra todo esto superfluo e infantil.
Sin embargo, poco a poco veremos cómo la dama de hielo se va derritiendo hasta el punto de que Walt Disney le demuestra que comprende perfectamente la intención de su obra y, sobre todo, que sabe a quién debía salvar Mary Poppins.
Es una “dramedia” con todo lo que esto significa: nos reiremos, sí, pero también veremos escenas tristes que nos harán un nudo en el pecho a poco que seamos algo sensibles. Emma Thompson hace un gran papel con la señora Travers, dura y amargada al principio. Por otro lado, debemos recordar que es una película de Disney sobre Disney, por lo que no veremos ningún lado oscuro de esta persona. Y que más que en el proceso de creación de la película, es una obra sobre los sentimientos de los protagonistas (Miss Travers por encima de todos, pero también de Disney). Una historia dulce que, me temo, tenga más de deseo que de realidad, pero que nos hará pasar un buen rato en el cine si olvidamos que está “basada” en una historia real y vamos a ver una bonita fábula con moraleja.
[xrr rating=4/5]