Hoy toca un viaje rápido por el 2006, momento en el que se publicaron originalmente el puñado de números de los que hoy hablamos. Quizá no se recuerde esta etapa como especialmente trascendente en la historia del hombre murciélago, pero sí que ha quedado en el corazón de los batmaniacos como un periodo a tener en cuenta y muy celebrado por los lectores. Está claro, no hablamos de obras tan rompedoras como “Año Uno”, o uno de esos momentos cumbre definitorios en la vida de la Batfamilia. Pero sí nos trae una lectura agradable y de sabor clásico. Por algo, los editores han llamado a este recopilatorio Detective.
Para variar, el personaje salía de una situación editorial algo compleja. Se cerraba la estancia de James Robinson al frente de la decana de las cabeceras de nuestro quiróptero favorito, con el consiguiente cambio de guardia. Robinson, auténtica leyenda gracias a la enormidad imperecedera de su “Starman”, había situado a Batman en un contexto reconocible tras el enésimo malabarismo editorial de DC, “Crisis Infinita”. Los lectores quedaron encantados al conocer la gran noticia: el sustituto de Robinson al frente del personaje sería, nada más y nada menos, Paul Dini, un tipo conectado de manera palpable a la leyenda del Caballero Oscuro. De su pluma salía una de las historias más aplaudidas del murciélago, allá a mediados de los noventa, “Amor Loco”, por ejemplo. Pero si por algo se clamaba por la presencia de Dini en una colección de Batman era por su aportación a “Batman: La serie animada”, posiblemente el mejor programa de televisión jamás dedicado a la figura de Batman. En su momento, era rompedora e impactante, y no fueron pocas las aportaciones de aquella maravillosa serie a la mitología propia del justiciero. Sin ir más lejos, un personaje tan icónico del universo Batman como Harley Quinn nacía en el marco de la serie animada.
De hecho, ese es el campo en el que ha desarrollado su carrera Paul Dini, lo que le ha llevado a cruzar su camino en más de una ocasión con el mundo de los cómics. Pero, casi siempre, a la sombra del murciélago, hasta el punto de que ha sido vital para el desarrollo de conceptos en la famosa saga de videojuegos “Arkham”. Un todo terreno que conoce a la perfección la complejidad de las múltiples lecturas que una creación como Batman esconde tras su máscara.
Al llegar al frente de Detective Comics, Dini tenía muy claro que el “detective” del título era el camino a seguir. Ocurre, a veces; el editor y el equipo artístico están en sintonía y comparten la visión acerca del tono de una colección, y hablamos de uno de esos casos en los que la magia surge. Dan Didio, editor jefe de DC, no escondía sus intenciones de llevar a Batman a un terreno más humano, y dejar entrever al hombre tras el manto del vigilante. Así pues, Dini dirigió la serie hacia su concepción más clásica, la de serial de aventuras detectivescas, centrado en la acción y el misterio, sin perder de vista la psicología de un personaje tan dividido como Bruce Wayne. En lugar de plantear un largo arco argumental, el escritor ofrecía historias de carácter autoconclusivo, donde Batman se ganaba el título de mejor detective del mundo. Su ingenio y capacidad de análisis eran puestos a prueba por la habitual galería de pintorescos villanos de Gotham, a los que Dini aportó alguno de creación propia.
El mítico guionista utilizó toda la pirotecnia narrativa propia del género negro, armado con la poderosa voz en off del propio Batman, acompañado por ágiles diálogos y la oscura elegancia que el paseo por el lado oscuro de Gotham requiere. Incluso se atreve con pequeñas dosis de humor y alguna situación grotesca, gracias al hábil manejo de secundarios y la dualidad entre Batman y Bruce Wayne, que cuenta con un gran protagonismo. Es impagable el momento que comparte en su limusina con una especie de Paris Hilton de segunda división. Acostumbrados a la pesada carga que el protagonista lleva sobre sus hombros, estos toques de ligereza son un agradecido descanso.
Para el apartado artístico, Dini se rodea de un nutrido grupo de dibujantes. Para empezar, uno de mis favoritos, J.H Williams III (con un nombre así, tiene que ser bueno, ¿no?). Tiene una personalidad única, es un narrador complejo y detallista. Percibes que se siente cómodo en la propuesta de serie negra de Paul Dini, y si podemos señalar algún punto flaco, quizá sea el estatismo que transmiten sus personajes. Pero compensa con un sentido de la estética especial, entre cinematográfico y onírico, decisiones rompedoras y valentía narrativa en sus composiciones de página, que se pueden definir como extravagante en algún momento.
Los dibujantes de Dini parecen escogidos con toda la intención para cada una de las historias de este tomo, y para una argumento con más físico encontramos a Joe Benitez, artista de claras influencias en toda la corte de estrellas de los noventa. En el caso del dramático encontronazo entre Robin y Joker, vemos el despliegue de Don Kramer, envuelto en una compleja historia, ya que la mayoría de la acción transcurre en el interior de un coche. Kramer sale victorioso de las limitaciones de espacio, nos sumerge en la tensión violenta de un Joker desatado.
Entre medias, un interludio con Royal McGraw al guión y Marcos Marz a los dibujos, que nos trae de regreso al DR. Fósforo, un monstruo que parece surgido de una película de serie B.
Un Batman que, sin salirse de la estela del héroe oscuro y de personalidad resquebrajada, vive de la esencia primera que nutría sus aventuras en los lejanos comienzos. Acompañado de un plantel de lujo en los secundarios, lo cierto es que es un agradable paseo por un tipo de cómic que es entretenimiento puro, sin tratar al lector como un idiota, con casos bien cerrados y tramas que enganchan hasta la última viñeta. Añadimos a la ecuación las increíbles portadas de Simone Bianchi, y entendemos el por qué de los plausos que esta etapa ha provocado a lo largo de los años desde su publicación.
Batmaniacos, a disfrutar.
En este primer cuaderno (de cuatro) de la etapa de Paul Dini al frente de Detective Comics, se recopilan los números 821 al 826 de la edición americana. Se encuadra dentro de la línea Essentials, así que el formato es el habitual, en tapa blanda y sin muchos extras, que se traduce en un precio de 14`50 euros.
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