Como ya señalábamos hace poco en la reseña de RoboCop (Paul Verhoeven, 1987), no se puede entender el éxito completo de la cinta del director neerlandés sin la música de Basil Poledouris, un auténtico genio de la música de cine que nunca tuvo el reconocimiento merecido, aunque nunca le faltó el cariño de los que amamos la música para medios audiovisuales. Probablemente esa falta de reconocimiento se deba a que no siempre pudo trabajar en películas de éxito. Si echamos un vistazo a su filmografía veremos que la gran mayoría de títulos son de una importancia menor desde un punto de vista cinematográfico. Ahora bien, al igual que otro grande que puso música a películas difíciles como Jerry Goldsmith, el compositor de Brooklyn supo dar siempre lo mejor de sí mismo sin importarle la categoría o presupuesto de cada film. Así, nos ha dejado auténticas maravillas como los conocidos Anvil of Crom o Theology/Civilization de Conan el bárbaro (Conan the Barbarian, John Milius, 1982); el bello Love Theme para aquella ñoñería llamada El lago azul (The Blue Lagoon, Randal Kleiser, 1980); el solemne Himno del Octubre Rojo en La caza del Octubre Rojo (Red October’s Hunt, John McTiernan, 1990) o el potentísimo tema principal de Starship Troopers (Paul Verhoeven, 1997), que le reuniría de nuevo diez años más tarde con el director.
Además de su enorme talento, no está de más poner de manifiesto la inmensa calidad humana de Poledouris. El que esto escribe tuvo el enorme placer de conocerle en persona durante el Festival de Música de Cine de Úbeda en el año 2006. Poledouris acababa de ser operado de un tumor en el cerebro y aún así acudió al evento, en pleno verano, dando allí el primer (y último) concierto de Conan el bárbaro, ya que fallecería unos meses más tarde. Resultó verdadermanete enternecedor escuchar al gran maestro Poledouris agradecer a todos los asistentes las muestras de cariño que había recibido, tras ver que había quedado relegado a un segundo (o tercer) plano en el mundo cinematográfico, desconociendo que hubiera tantísima gente que admirara su trabajo. En definitiva, un hombre humilde, trabajador y de extraordinario talento al que se le pudo, modestamente, devolver parte de lo que él ha dejado al aficionado a la música de cine. Una vez hecha esta pequeña presentación, entramos ya en materia.
Tradicionalmente, se recuerda RoboCop por su espectacular tema principal, algo que, a mi juicio, es algo injusto si tenemos en cuenta que esta banda sonora encierra mucho más. De hecho, este tema queda relegado a los momentos de mayor acción del film y casi nunca como único leit motiv en la secuencia; hay un uso muy selecto, sin abusar, para enfatizar los grandes momentos heróicos. Porque, ciertamente, hay que quitarse el sombrero ante la labor de Poledouris, que compone un tema que refleja con precisión y concisión asombrosas las características del protagonista en su vertiente más heróica: la contundente percusión marca el paso y acompaña los peculiares andares, lentos pero siempre seguros, del policía cyborg a la par que su potencia refleja la superioridad con la que RoboCop, como prodigio de la técnica científica, es capaz de enfrentarse al crimen. No obstante, es cierto que el tema, de un modo u otro, está presente a lo largo del film a partir del primer cuarto del mismo en distintas formas, pero siempre con un gran sentido de la equidad musical. Pero, como decía más arriba, quedarse sólo con él podría ser un error.
En líneas generales, se aprecia el enorme esfuerzo de Poledouris por darle a la película lo que necesita, musicalmente, en cada momento, algo que cada vez vemos menos en el Hollywood actual, debido a los plazos con que cuentan los compositores y los cambios de montaje de última hora. La mezcla de orquesta y sintetizadores (estos últimos a cargo de Derek Austin) no es la clásica premisa fácil para representar la dualidad hombre-máquina sin más discurso narrativo, sino que representa las bases instrumentales sobre las que construir luego las melódicas. Para optimizar la sincronía direccional música-imágenes, Poledouris compone una serie de leit motivs recurrentes que escucharemos a lo largo de la banda sonora. Por poner un ejemplo, el corte Van Chase, que aparece durante la persecución motorizada que protagonizan Alex Murphy, Lewis y la banda de Clarence Boddicker, que marca ese primer enfrentamiento, volverá a aparecer en la lucha final mezclado con el tema del héroe en Showdown, a la postre uno de los mejores temas del score; o adaptado al paso más lento y torpe del ED-209 y un RoboCop en las últimas en Robo Vs. ED-209. Aunque sea el mismo tema, el uso sutil que hace Poledouris permite dar distinta personalidad a la misma melodía. Este efecto se repite constantemente, pudiendo añadir como segundo ejemplo , el tercio final del desgarrador Home, que suena cuando RoboCop vuelve a la que fue su casa, comparte notas con Drive to Jones Office, que a su vez reúne pasajes del tema principal (desarrollado en Rock Shop) y del descriptivo e incisivo The Dream . RoboCop es una obra donde todo fluye y se mezcla pero, sorprendentemente, nada resulta repetitivamente agotador; mas al contrario, aprovecha bien la introducción de estructuras temáticas para sugerir al espectador relaciones que podrían pasar desapercibidas sólo con el visionado de las imágenes.
Ahora bien, si la música tiene un nivel soberbio, la edición que la discográfica Vàrese Sarabande publicó en 1987 no lo era tanto. El CD presentaba un tracklist desordenado respecto al orden de aparición en la película y equivocaba títulos. Lo primero es un arrastre del estilo de editar para cassette, ya que si el orden original perjudicaba la escucha aislada, se reordenaban los temas; pero con la llegada del CD, que permitía el salto directo a cada pista sin necesidad de reboninar, no es algo que tuviera ya mucho sentido. Lo segundo, resulta imperdonable. Así es como debería quedar el tracklist:
TEMAS según la contraportada | ||
01. | Main Title | 0:32 |
02. | Van Chase | 4:50 |
03. | Murphy’s Death | 2:30 |
04. | Rock Shop | 3:38 |
05. | Home | 4:05 |
06. | Robo vs. ED-209 | 2:00 |
07. | The Dream | 3:00 |
08. | Across The Board | |
09. | Betrayal | 2:12 |
10. | Clarance Frags Bob | 1:40 |
11. | ||
12. | ||
13. | ||
14. | ||
15. | Showdown | 5:00 |
38:05
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TEMAS reales | ||
01. | Main Title | 0:39 |
02. | Van Chase | 4:50 |
03. | Murphy’s Death | 2:34 |
04. | Rock Shop | 3:41 |
05. | Home | 4:14 |
06. | Robo vs. ED-209 | 2:06 |
07. | The Dream | 3:05 |
08. | Across The Board | 1:49 |
09. | Betrayal | 2:17 |
10. | Clarance Frags Bob | 1:43 |
11. | Robo Tips His Hat | 2:07 |
12. | Drive To Jones’ Office | 1:45 |
13. | We Killed You | 1:42 |
14. | Directive IV / Robo Tips His Hat | 3:11 |
15. | Showdown | 5:12 |
40:55
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En 2004, no obstante, se lanzó una nueva edición (con la portada que recogemos al inicio) con los tracks debidamente nombrados y añadiendo cuatro nuevos temas, si bien no aportan demasiado.
TEMAS | ||
01. | Main Title | 0:39 |
02. | Van Chase | 4:51 |
03. | Murphy’s Death | 2:36 |
04. | Rock Shop | 3:42 |
05. | Home | 4:15 |
06. | Robo vs. ED-209 | 2:07 |
07. | The Dream | 3:06 |
08. | Across the Board | 1:50 |
09. | Betrayal | 2:18 |
10. | Clarence Frags Bob | 1:43 |
11. | Care Package | 2:09 |
12. | Robo Drives to Jones | 1:46 |
13. | We Killed You | 1:44 |
14. | Directive IV | 1:03 |
15. | Showdown | 5:15 |
16. | Have A Heart | 0:31 |
17. | OCP Monitors | 1:15 |
18. | Nuke ’em | 0:26 |
19. | Big Is Better | 0:27 |
41:43
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En fechas mucho más recientes, Intrada publicó una nueva (y suponemos que definitiva) edición limitada, remasterizada y con los tracks renombrados; lamentablemente, se encuentra descatalogada. El sonido es mejor, las pistas están en orden y el material añadido no es mucho pero es interesante (como el tema Drive Montage). Probablemente, la edición que Vàrese debió sacar en su día.
A pesar de lo abrupto de las ediciones, la música de RoboCop es música de cine en estado puro: intensa, descriptiva, emocionante… muy disfrutable tanto junto a las imágenes como por separado. Poco que ver con la absolutamente impersonal y cargante partitura de Pedro Bomfman para el remake. Una de las grandes obras de un maestro en lo artístico y en lo humano, Basil Poledouris, todo talento y profesionalidad.
[xrr rating=4.5/5]