Lo han vuelto a hacer. Marvel y Disney nos han vuelto a regalar una gran experiencia cinematográfica. Hace poco oí a Carlos Pacheco decir que debería crearse el Oscar al mejor tráiler, y lo decía por el de esta película. El tráiler es intenso, con ritmo trepidante… todo lo que encontraremos en la película.
Aunque este tráiler adolece (aunque mucho menos que otros) de mostrarnos demasiado de la película, podemos decir que lo hace “con cabeza”. Todos los lectores de la colección identificamos enseguida al nuevo enemigo de esta segunda entrega de las aventuras del héroe abanderado por excelencia. Pero parecía que lo trataban con el respeto suficiente como para que los fans no nos sintiéramos ofendidos (cosa que solía suceder con escandalosa frecuencia).
Más adelante pudimos ver que el personaje interpretado por Robert Redford creaba una duda razonable en la inquebrantable fe de nuestro protagonista. Y este es el segundo soporte de la trama, interesante y muy bien llevado.
Tras un breve prólogo en el que Steve conoce a Sam Wilson, el Capitán debe entrar en acción en una misión de salvamento de rehenes comandada por S.H.I.E.L.D. Tras ésta, Steve vuelve a comprobar que Furia sólo le da parte de la información y siente que están jugando con él. La información conseguida en esta misión hace que Furia descubra un gran e inminente peligro que podría costarle la vida a él y a más de 20 millones de personas.
Esta vez podemos congratularnos de tener un guión más que decente, en el que existen cambios, sí, pero que mantienen el espíritu de los cómics de Brubaker e, incluso me atrevería a decir, a los cómics de Englehart. Y es que si bien nos encontramos con una buena recreación de la historia del Soldado de Invierno, está mezclada con una historia conspiranoica a la que podríamos encontrar ciertas reminiscencias con la saga del Imperio Oscuro guionizada, como he dicho, por Steve Englehart en los años 70 donde veíamos como Steve Rogers enfrentaba su sueño americano dándose de bruces con la cruda realidad, mientras que tiene que navegar entre espías, mentiras y corrupción.
Dirigida a cuatro manos por Anthony y Joe Russo, la película tiene un ritmo magnífico, que apenas nos da tiempo para unos breves respiros en los que nos aclarará algunos puntos pero, sobre todo, nos da la oportunidad de coger aire entre las magníficas escenas de acción, de las que podremos disfrutar como he dicho casi desde el primer minuto de la cinta. Si bien las explosiones de grandes vehículos son espectaculares, y la persecución en carretera es formidable, en un notable “in crescendo”, las peleas cuerpo a cuerpo son magníficas. En la primera misión el Capitán tendrá que encargarse de un talentoso luchador-saltador francófono (y no hacen falta más pistas); los diferentes encontronazos con el Soldado de Invierno (de los que que ya hemos visto parte en los diferentes trálers), en todos estos momentos los movimientos son muy rápidos, como corresponde a un hombre que tiene más fuerza, reflejos y velocidad que una persona normal, pero nunca sentimos estar ante un “momento Transformers” donde no vemos nada de lo que ocurre.
Las interpretaciones son lo buenas que pide este tipo de cine. Chris Evans ahonda un poco más en su personaje, mostrándonos un hombre desarraigado, solo y por tanto triste. En varias ocasiones nos dejan patente su enorme soledad y su dificultad para crear una relación sentimental. De hecho hay un momento en el que conversa con una vieja amiga y este único momento de conexión sentimental le es arrebatado por el mismo tiempo que ha pasado. Ante esto, Steve se centra en su misión, que también se tambalea cuando ve los secretos y los riesgos de la política contemporánea, aunque con raíces más profundas y en tiempos anteriores. Prácticamente la única ve que le vemos contento es, como le dice a la Viuda Negra, cuando al fin sabe quién es el enemigo.
Scarlett Johansson y Anthony Mackie, la Viuda y el Halcón, compañeros en la lucha del Capitán, cumplen su cometido: él es un veterano de guerra (una conexión con Steve) con experiencia en operaciones muy especiales y, además, con una gran sensibilidad y una honorabilidad fuera de toda duda.
La Viuda Negra, como es lógico, gana en protagonismo (como suponemos que sucederá en la segunda entrega de Los Vengadores). El guión nos muestra de forma algo tenue el carácter vulnerable de la espía que, como dice en la película “no sé todo, sólo finjo que lo sé”. Esto mismo podríamos aplicar a su supuesta confianza y fuerza emocional, su carácter impermeable a los sentimientos. Scarlett Johansson cumple con el papel de luchadora experta y no desentona en los pocos y breves momentos que debe mostrarse humana.
Sebastian Stan, el Soldado de Invierno, es muy parecido al personaje del cómic: frío, calculador y muy eficiente, mortalmente eficiente. Por supuesto, al final pasa lo que tenía que pasar, y tras el enfrentamiento final con el Capitán nada será lo mismo. ¿Seguirá la tercera película el camino marcado por el cómic?
Y hablando del final, como es habitual, tenemos dos finales entre los créditos: el primero es bastante extenso e interesante. El segundo, al que habremos de esperar a que terminen completamente los créditos, es mucho más breve e innecesario. Eso sí, durante toda la cinta nos veremos gratamente sorprendidos por guiños a los fans, como un par de nuevos personajes o ciertas referencias que nos indican tramas que podríamos ver en Los Vengadores 2 o incluso en la tercera entrega del Capitán.
En resumen, podemos estar tranquilos porque parece que, al menos, en esta saga lo están haciendo más que aceptablemente. Los fans de siempre no nos sentiremos ni insultados ni traicionados, y los que conocieron al Capitán en la anterior película disfrutarán con esta entrega, a la vez que ven ampliarse este universo y, lo que es mejor, con un guión entretenido, divertido y, sobre todo, adulto.
[xrr rating=4/5]
