Segundas partes nunca fueron buenas, más si cabe cuando la primera es una absoluta obra maestra, como es el caso de Batman Año Uno. Aun así, todo lector que se acerque a esta serie debe saber que originalmente no fue creada como una secuela del trabajo de Frank Miller, sino que le fue otorgado ese título debido al éxito de este. Batman Año Dos tuvo la mala suerte de publicarse inmediatamente después de la obra del artista mencionado, vaticinando una calidad difícilmente alcanzable, hecho que hizo que muchos lectores renegaran de ella o que directamente la convirtiesen en objeto de críticas.
Pero no nos engañemos, Batman Año Dos no es mala, es diferente a lo habitual. Dejando de lado los prejuicios que pueda crear su título, estamos ante una miniserie oscura y tétrica donde encontramos a un Batman que se verá obligado a tener que romper sus propias reglas, sorprendiendo así al lector con acciones para nada previsibles en el héroe.
Los hechos narrados ocurren poco después del anterior volumen publicado por ECC Ediciones dentro de la colección “Grandes autores de Batman: Mi principio… y mi probable fin”. En las páginas de este veíamos cómo se profundizaba en las raíces del Caballero Oscuro con motivo del 47º aniversario del héroe. En Año Dos, los orígenes del Guardián de Gotham volverán a tener gran relevancia.
Todo comienza cuando en la ciudad empiezan a aparecer varios cadáveres, atribuidos todos ellos a un asesino llamado Segador. Este antihéroe, que apareció por primera vez en Batman #237, ha tenido dos comienzos diferentes: el primero, creado por el artista Dennis O’Neil, está ligado a un judío alemán que se vengó de quien le encarceló en un campo de concentración, volviendo a aparecer bastantes años después en Batman #692; el segundo en cambio es un hombre de la alta sociedad, que decide ponerse un tenebroso atuendo por las noches para salir a castigar a los criminales que asolan la ciudad, promovido a ello por haber sufrido la muerte de su esposa a manos de un ladrón callejero.
Para poder detener a este “villano”, que comparte un origen y un interés común con Batman, el héroe tendrá que dejarse caer a lo más profundo de Gotham, aunando fuerzas con toda la lacra de criminales a los que ha estado persiguiendo siempre. Esto dejará fuera de juego al Comisario Gordon, quien no está al tanto de la estrategia del Caballero Oscuro. Pero todo se tornará mucho más difícil cuando el compañero impuesto a Batman sea el mismo que asesinó a Marta y Thomas Wayne años atrás, Joe Chill. A partir de este momento, la búsqueda y caza del Segador se convertirá en una subtrama, dejando como arco principal la lucha moral que Batman sufre ante la tesitura de matar o no al hombre que asesinó a sus padres.
Tras finalizar el primer capítulo, encontramos una historia llamada Círculo Completo, donde nuevamente veremos aparecer al Segador, algo que volverá a desquebrajar la mentalidad de Batman. Este arco fue publicado en 1991, cuando se le propuso nuevamente a Alan Davis trabajar en el proyecto, hecho que aceptó, buscando así poder terminar lo que no le dejaron años atrás. ¿Por qué? Pues porque tras el primer número de esta serie, el #575, Davis abandonó el proyecto debido a desacuerdos con la editorial (le obligaron a cambiar ciertos diseños, hecho que no le gustó), por lo que pese a tener ya una gran parte del cómic dibujado, se le encargó el trabajo a Todd McFarlane.
Apreciamos así una gran diferencia en cuanto las ilustraciones de las viñetas, pasando del estilo clásico y claro de Davis, al dibujo oscuro y dinámico de McFarlane. Aun así, en Círculo Completo no vuelve el mismo Davis de siempre, sino uno mucho más adulto, notándose una clara impregnación de los cómics de la época, que ya se habían alejado de la Edad de Bronce.
En cuanto a la historia, esta fue sacada de la línea temporal de Batman años después, en el evento Hora Cero, estipulando que Joe Chill no había sido el asesino de sus padres. Pese a ese cambio futuro, la trama que tenemos entre manos es adulta, oscura y como mencionamos al inicio: diferente. La propia portada del volumen ya nos muestra a Batman con una pistola en mano, algo impensable hasta ese momento, aunque veremos cómo este arma se había convertido en un símbolo mucho mayor. Por otro lado, nos encontramos con un Bruce Wayne enamoradizo, aunque este amor no le corresponda.
Casualmente, varios detalles de esta saga fueron utilizados en la película Batman Begins, como son el hecho de que años después conozca al asesino de sus padres, o el que su amor se llamase Rachel.
En la parte final del tomo se incluyen también varios relatos cortos pertenecientes a la serie Batman: Blanco y Negro, dibujados todos ellos por Alan Davis y centrados en un antro de mala muerte llamado McSurley’s.
El volumen, publicado por ECC Ediciones bajo formato cartoné, tiene 176 páginas en su interior, de las cuales 8 son en blanco y negro. El precio de venta recomendado es de 17,95€, manteniendo así el mismo precio que el tomo anterior. Un cómic indispensable para todo seguidor de Batman, pese a que la mala elección de su nombre le haya hecho ganarse numerosas críticas.
[note note_color=”#fff9a9″]GRANDES AUTORES DE BATMAN: ALAN DAVIS – AÑO DOS
Con la opinión pública de Gotham recelosa ante la permisividad mostrada por el Comisario James Gordon hacia Batman, la ciudad asiste al regreso de un viejo conocido: El Segador, encapuchado que no duda en matar a criminales para imponer su propia noción de justicia. Ante una situación desesperada, el álter ego de Bruce Wayne se verá obligado a tomar medidas drásticas… ¿y colaborar con el asesino de sus padres?
Siguiendo la senda trazada por Frank Miller y David Mazzucchelli, Mike W. Barr y Alan Davis desarrollaron la secuela de Batman: Año uno, en la que fantasmas del pasado acechan al Hombre Murciélago. Una obra acompañada en el presente tomo por el especial Batman: Full Circle y la historia corta Última ronda en McSurley’s, donde el mítico Alan Davis demuestra por qué su trabajo ocupa un lugar de privilegio en la bibliografía del personaje.[/note]
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