En las páginas de este cómic de grapa continúa la historia que nos narra el pasado de Lobezno. Aunque, en el tebeo se nos muestran los acontecimientos posteriores al primer número, se puede comprobar que el enfoque ha cambiado bastante. El aspecto de documental carente de todo tipo de diálogo, que Kieron Gillen y Adam Kubert supieron tratar tan bien, desaparece en esta nueva entrega, y lo hace gracias a la gran cantidad de personajes que suplen las nulas capacidades comunicativas mostradas por el hombre que se convertirá en Lobezno, cuya única muestra de expresión vocal se limita a dos gruñidos.
Entre los integrantes de la trama cabe destacar a Victor Creed (más famoso como Dientes de Sable), al cual ya esperábamos encontrarnos por aquí, y a Nathaniel Essex (antes de ser conocido como Mister Siniestro). La presencia de este villano tampoco nos pilla despistados del todo, ya que en el número anterior se dejaba intuir que tenía algo que ver con el oso blanco que mató a las crías de lobo y que, gracias al futuro hombre X, acabó corriendo la misma suerte. Aquí nos despejan todas las dudas al respecto, aclarándonos que el animal se trataba de un sujeto experimental de este maquiavélico personaje. Cabe destacar que estos son datos importantes, ya que nos revelan el primer encuentro entre Lobezno y estos dos enemigos suyos, que sucede mucho antes de lo que los lectores imaginábamos.
El argumento de la nueva aventura nos narra la búsqueda de un grupo de hombres, encabecado por estos dos villanos, que parten en busca del asesino del oso, al que intentan dar caza a base de gas, lo cual no les sale nada bien, ya que su presa no se muestra afectada y realiza un feroz ataque en el que destripa a la mayoría de sus perseguidores.
La siguientes tentativas de los cazadores tienen el mismo nulo éxito hasta que Clara, una mujer rubia con media cara desfigurada, que acompaña al grupo, consigue calmar al mutante lo suficiente para hacerle bajar la guardia. Ese es el momento que Victor Creed aprovecha para rodearlo con una cuerda, alzarlo por los aires y noquearlo.
Después de ser capturado, es encerrado y expuesto al público en una jaula, donde el maestro de la pista Hugo, que también formaba parte del grupo de cazadores, lo presenta como la atracción principal de su circo. Así el autor finaliza el segundo número de los cinco de esta miniserie. No se puede negar que el guionista sabe cómo dejar al lector con ganas de más.
Después del nada despreciable giro argumental del tebeo anterior, esta nueva entrega se asemeja más al estilo de la aventura que contaron Paul Jenkins y Andy Kubert entre los años 2001 y 2002. Evidentemente, como los dos dibujantes que han ahondado en el pasado de Logan son hermanos, el estilo artístico de ambas obras es muy similar. Además, la evolución del personaje es bastante notoria, aunque quizás debería hablar de degeneración, pues ya no queda nada en el protagonista de aquel joven noble que se llamaba James Howlett.
El cómic de “Lobezno: Origen II #2” posee todas las características estándar de cualquier grapa de Panini Cómics: sus dimensiones son de 16 x 27 centímetros, es de tapa blanda, está editado a color, tiene 24 páginas y cuesta 1,95 euros. Aunque estoy seguro de no equivocame si afirmo que, dentro de unos meses, la aventura entera estará reeditada en tomo (y lo hará más de una vez), que puede que sea la mejor manera de disfrutarla.
En definitiva, se trata de una compra obligada para los fans del mutante canadiense de las garras.
[review]
