En 1986, Jim Henson dirigió el film “Dentro del laberinto“, protagonizado por una jovencísima Jennifer Connelly, que interpreta a la adolescente Sarah, y por David Bowie, como Jareth, el rey de los Goblins. Exceptuando al padre, la madrastra y el hermanastro de la chica, el resto de los personajes que aparecen en el largometraje son muñecos que guardan un gran parecido con los Fraguels y los Teleñecos, lo cual tiene mucho sentido si tenemos en cuenta que es su creador el que está detrás de todo esto.
La película muestra claras influencias de historias fantásticas como “Alicia en el País de las Maravillas” y “El mago de Oz”. Henson, además de reconocerlo, nos enseña estos dos libros en la habitación de la protagonista, que es una apasionada de este tipo de lecturas. Como se verá más adelante, esta afición tiene un importante peso en la trama.
El argumento trata de cómo Sarah, harta de tener que hacer de canguro de su hermanastro Toby, que aún es un bebé, quiere que Jareth (un personaje de su libro favorito) se lo lleve. Lo que la chica no puede suponer es que su deseo se cumplirá y, cuando el niño desaparece, el rey de los Goblins se presenta ante ella y le dice que, si quiere recuperarlo, tiene que llegar hasta su castillo en un tiempo límite. Si fracasa, el pequeño se convertirá en un duende y Jareth se quedará con él. Para conseguir rescatarlo, Sarah debe atravesar un laberinto y hacer frente a todo lo que allí se encuentre. En su camino, además de multitud de trampas, hallará aliados como el enano Hoggle, el lanudo monstruo Ludo y Sir Didymus, un diminuto ser que guarda similitud con una ardilla bigotuda y que, comportándose como si fuera un caballero andante, cabalga sobre un perro llamado Ambrosio. Cuando logra alcanzar su destino, la chica, para derrotar a Jareth, pronuncia un conjuro del libro, cuya última frase nunca era capaz de recordar. Afortunadamente, en esta ocasión, las palabras le vienen a la mente y así elimina el poder del rey de los Goblins y regresa a casa junto a Toby.
La película dura poco más de hora y media y, aunque la historia se hace llevadera porque tiene un planteamiento interesante y resulta bastante divertida, la casi ausencia de actores reales podría hacer que se volviera pesada, ya que algunos de los muñecos resultan un poco cargantes. Aún así, si tienes claro lo que vas a ver, no sales decepcionado.
David Bowie no se limita sólo a actuar, sino que también es el autor de cinco de las canciones del largometraje y, a veces, canta mientras encarna al personaje de Jareth, ya que el film también está considerado como un musical.
A partir del guión de la película, casi a la vez que se rodaba, se publicó una novela escrita por A.C.H. Smith. La Casa de las Ideas también la sacó en formato cómic, dentro de la colección “Marvel Super Special” nº 40, en un tebeo que recopilaba los tres números de que constaba la aventura, adaptado por Sid Jacobson, con la colaboracion de John Buscema, Joe Rosen y Romeo Tanghal. En 2008, Norma Editorial, con motivo del 26º Salón del Cómic Internacional de Barcelona, publicó una serie de cuatro tomos titulada “Regreso al laberinto“, creada por Jake T. Forbes y Chris Lie, como una secuela sucedida trece años después de la historia original. A los fans del largometraje, que ya se eleva a la categoría de clásico, les hubiera gustado que aquello hubiera servido para realizar una segunda entrega cinematográfica; pero, después de tantos años, tras la muerte de Jim Henson y con Jennifer Connelly y David Bowie cada vez más entrados en años, parece imposible que lleguemos a verla, al menos con el reparto original, aunque se rumorea que Disney puede estar barajando la posibilidad de rodar un remake.
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