Ya hemos jugado a la última entrega de la saga de Rebellion y 505 Games y debemos decir que nos encanta. No supone una verdadera revolución con respecto al anterior pero lo poco que había que mejorar, se ha mejorado con creces. Empezamos con el análisis de la que podría ser la mejor entrega de la saga “Sniper Elite” hasta el momento y uno de los mejores juegos sobre la segunda guerra mundial.
Empecemos por el principio. El juego nos vuelve a poner en la piel del soldado Karl Fairburne, que esta vez es enviado al Norte de África para detener un nuevo proyecto que las fuerzas del Eje están desarrollando en la región. La primera misión del juego ya deja patentes su dificultad y las novedades que este aporta, con respecto a las anteriores entregas. Por ejemplo, se ha mejorado la famosa “Kill-Cam” de modo que ahora resulta mucho más realista y agresiva que las versiones anteriores, además de que, por primera vez en la saga, se incluye este efecto en los vehículos, los cuales, por si acaso se desconocía esta información, no podremos manejar. Pero eso no significa que no podamos disfrutar de una sensación de libertad nunca antes vista en la saga. A diferencia de los juegos anteriores, Sniper Elite III ofrece mayor libertad al jugador a la hora de cumplir los objetivos. Incluso hay objetivos secundarios dentro de las misiones principales, tales como asesinar a un oficial de determinada forma o cortar los suministros a una base militar. Los niveles tienen un tamaño más que aceptable y están tremendamente cuidados. Por ejemplo, el segundo nivel recrea un oasis africano, plagado de enemigos y ruinas de anteriores civilizaciones que parece sacado de una película de Indiana Jones. Asimismo, el entorno jugará un papel clave, ya que volveremos a camuflar nuestros disparos gracias al ruido que rodea el ambiente o podremos ocultarnos en arbustos y demás vegetación para evitar que el enemigo nos detecte.
Pero no todo serán asesinatos ya que las misiones son variadas. Algunas giran en torno al asesinato de un personaje clave para el ejército enemigo pero otras consisten en el robo de información, el rescate de prisioneros de guerra o la destrucción de armas enemigas, como por ejemplo, cañones antiaéreos; siempre procurando ser “un fantasma” para las fuerzas enemigas que al igual que en la anterior entrega, empezarán a sospechar en cuanto entremos en acción. Sin embargo, esta vez se ha mejorado el sistema de rastreo y huida, ya que cuando el enemigo detecta nuestra posición, podemos alejarnos de esta y despistarlo, entrando en el llamado “modo fantasma” que nos otorgará mayor puntuación por cada baja enemiga. Por supuesto, mientras huimos podremos colocar las clásicas minas de tracción y otras trampas que acabarán con cualquier enemigo que tenga la osadía de seguirnos la pista. Desgraciadamente, la tenacidad de los enemigos se ha visto reducida ya que, en algunos casos, parece incluso como si nos dejasen marchar. Este es un defecto clave del juego que tiene que ver con la inteligencia artificial de los soldados enemigos, que se ha visto mermada con respecto a la anterior entrega. Sin embargo, esto no significa que sean un ejército de personajes de inteligencia básica, ya que actúan de forma muy convincente según las situaciones, pero hay momentos en los que parecen realmente “tontos”. Por ejemplo, durante un tiroteo en el que varios enemigos nos tienen rodeados, un par de ellos ni siquiera estaban disparándonos, sino que disparaban al suelo (lo cual resultó bastante risible pero inconcebible para un juego de esta generación). Aunque sí es cierto que nuestro protagonista también peca de falto de habilidades en algunas ocasiones, ya que sus capacidades de lucha cuerpo a cuerpo son prácticamente nulas en el combate directo (el enemigo esquiva cualquier golpe que pretendamos asestarle). Esto no lo consideramos un fallo mayor ya que, al tratarse de un juego cuyo protagonista se siente como pez en el agua entre las sombras y debe evitar lo máximo posible el combate directo, es lógico que sus habilidades a la hora de ir “a saco” durante la campaña sean menores que las de otros personajes vistos en juegos de acción.
Como no sólo de rifles vive el hombre, los cuales podrán ser personalizados gracias a las piezas que vayamos encontrando a lo largo del juego, ‘Sniper Elite III’ también ofrece una considerable variedad de armas que podremos manejar y que iremos desbloqueando a medida que vayamos obteniendo experiencia y subiendo de rango, cumpliendo objetivos secundarios, siendo un maestro del asesinato sigiloso al estilo del agente 47, etc. Armas como la ametralladora Thompson, de presencia obligada en cualquier juego ambientado en la segunda guerra mundial, o la silenciosa y letal pistola Welrod, completarán el arsenal que el soldado Fairburne usará contra las tropas nazis y del Duce. En efecto, la precisión histórica de Sniper Elite es uno de sus alicientes ya que no sólo nos enfrentaremos a las tropas del Führer sino también a las tropas italianas de Mussolini que participaron en la campaña del Norte de África durante la guerra. Es aquí donde se ve lo en serio que Rebellion y 505 Games se han tomado la ambientación del juego, ya que las tropas hablarán alemán o italiano, además de que cada ejército vestirá su uniforme característico. Del mismo modo que los enemigos cuentan con un doblaje a su lengua materna impecable, nuestro protagonista (que contará de nuevo con la voz de Pablo Adán, Victor Sullivan en la saga Uncharted) y sus aliados están perfectamente doblados al castellano.
Poco más podemos decir de la campaña individual, sólo que resulta tremendamente entretenida y larga (si se juega planeando nuestro ataque y observando el patrón de los enemigos, claro) y que nos dará de 15 a 20 horas de juego si queremos escudriñar cada rincón de los escenarios en busca de los coleccionables que estos ocultan como por ejemplo, nidos de francotirador, cartas, documentos, etc.
El juego también incluye un entretenido modo online que ofrece todo el dinamismo y libertad del modo individual. En total tendremos 5 modos de juego, que van desde el duelo a muerte por equipos a la clásica modalidad de todos contra todos además de una original modalidad tipo “Rey de la colina” que aquí recibe el nombre de Rey de la distancia. Esta modalidad está disponible tanto para jugar por equipos como en solitario contra los otros jugadores, y consiste en el asesinato a distancia de modo que el mejor francotirador es el que gana. También se incluyen otros modos cooperativos como “Supervivencia” y “Vigilancia”, donde debemos sobrevivir junto a un compañero a oleadas de enemigos en el primer caso o hacer las veces de observador o tirador en misiones asimétricas en el segundo. Por último, para evitar que los jugadores más dados a la acción fastidien la experiencia de sus compañeros y rivales a la hora de jugar al más puro estilo “Sniper Elite”, los chicos de Rebellion han añadido el modo No cruces, virtualmente idéntico al de duelo a muerte por equipos, con la diferencia de que ambos equipos están separados, evitando así las sorpresas.
Vayamos a los aspectos técnicos: el juego en su versión para PS3 goza de unos gráficos muy buenos pero de unas animaciones que resultan algo toscas en cuanto al manejo de toda arma que no sean el fusil y a las muertes de los personajes (los enemigos caídos parecen, a veces, muñecos de trapo). Las físicas son el punto fuerte del apartado técnico, ya que los efectos de la gravedad, el viento, etc están muy conseguidos. Lo mismo ocurre, como ya dijimos con anterioridad, con las “Kill-Cams” que han sido totalmente remodeladas para esta nueva entrega y eso se nota la hora de jugar. Desgraciadamente, otro defecto del apartado técnico son algunos fallos gráficos en los efectos de luz (en uno de los niveles vimos cómo la luz de un foco atravesaba una pared) los cuales no dificultan el desarrollo del juego pero sí la capacidad de sumergirse en el juego. La historia tampoco es un punto fuerte pero no nos preocupa, ya que la belleza del juego no radica en su historia sino en su ‘gameplay’, a través del cual llegamos a sentirnos como un auténtico francotirador. En el apartado de sonido, aparte del magnífico doblaje, el juego tiene unos efectos muy realistas y particulares, tanto en el sonido ambiente como el de las armas. La banda es, prácticamente, la misma que la de su antecesor y sólo aparece en momentos puntuales, dejando que sea el sonido de nuestro entorno el que llene los silencios.
En resumen, toda una experiencia que, a pesar de sus defectos, te divertirá durante horas y te ofrecerá la oportunidad de probar un juego de acción diferente ambientado en la segunda guerra mundial. Una compra obligada para todos aquellos que disfrutamos con su antecesor y que nos quedamos con ganas de más. Entretenimiento y diversión a partes iguales que es lo que, al fin de al cabo, pedimos a un videojuego ¿no?
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