Durante los lejanos años 40, el mundo se veía envuelto en un terrible conflicto que acabaría con la vida de millones de personas, una cruenta guerra que hizo que el planeta se estremeciera y la esperanza fuera escasa. Durante la Segunda Guerra Mundial nacieron los primeros superhéroes, y uno de ellos aún hoy forma parte de los más grandes personajes de su editorial: el Capitán América apareció en Marzo de 1941, en un cómic homónimo publicado por la editorial Timely Comics, precursora de la actual Marvel. En ese primer número conoceríamos a Steve Rogers, un débil joven que consigue convertirse en el primer supersoldado del ejército de Estados Unidos, y a James Buchanan “Bucky” Barnes, un niño (aunque luego descubrimos que esa imagen era debida a la propaganda aliada y que en realidad era unos años más pequeño que Steve) que descubría su identidad secreta y debía ayudar desde entonces al buen Capitán en sus enfrentamientos contra los nazis y las amenazas que cubrían el mundo.
La historia de Steve Rogers y Bucky Barnes abarca prácticamente los 75 años de existencia de la Casa de las Ideas, aunque en estos tres cuartos de siglo han sido muchos otros los que han vestido las ropas del Centinela de la Libertad, expresando así el ideal de lo que representaban los Estados Unidos en las diferentes épocas, con mayor o menor polémica. Hoy queremos recordar a todos aquellos que han vestido las barras y las estrellas, en honor del nuevo Capitán América: Sam Wilson, el segundo Centinela de la Libertad negro.
Isaiah Bradley
Cuando el Profesor Erskine murió, y antes de que Steve Rogers tomara la identidad del Capitán América, el ejército de los Estados Unidos no toleró la desaparición del secreto del Suero del Supersoldado y se comenzó a experimentar con los soldados afroamericanos en busca de un resultado similar al conseguido en Rogers. De los centenares de hombres usados en estos terribles experimentos, sólo un puñado de ellos consiguió sobrevivir, y entre ellos se encontraba Isaiah Bradley.
Este grupo fue utilizado en misiones encubiertas y, con el tiempo, sólo Isaiah consiguió mantenerse con vida. En una de sus últimas misiones, Isaiah tomó un uniforme de Capitán América y un escudo para poder acabar con el desarrollo de un Suero del Supersoldado por parte de las fuerzas alemanas, pero el ejército juzgó las acciones del soldado y acabó en prisión, donde su mente y su cuerpo acabaron deteriorándose debido al Suero que corría por sus venas. Isaiah Bradley además forma parte de la historia reciente de Marvel, ya que su nieto Elijah continuó su legado hasta hace un par de años junto a los Jóvenes Vengadores, bajo el nombre código de Patriota.
William Nasland
Cuando en 1945, antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, Steve Rogers y Bucky Barnes desaparecieron en combate, el presidente Harry S. Truman solicitó que William Nasland, antes conocido como Espíritu del 76, continuara con el legado del patriótico héroe, asignando además a un jovencísimo Fred Davis como el nuevo Bucky.
Ambos continuaron la labor de sus predecesores en los Invasores primero y en el Escuadrón de Vencedores después, aunque William acabaría encontrando su muerte en una misión en la que el destino les llevó a enfrentarse a Adán II, un androide del Profesor Phineas T. Horton que se había vuelto malvado.
Jeffrey Mace
El legado de William Nasland lo continuó el también héroe Jeff Mace, conocido anteriormente como Patriota. Nacido y criado en la Calle Yancy, este reportero del Daily Bugle comenzó a narrar las historias de aquellos enmascarados que surgían en las calles de Estados Unidos y, pronto, quiso marcar la diferencia. Como Patriota, se enfrentó a Cráneo Rojo, hizo frente a los nazis en las calles de Nueva York e incluso salvó a los Invasores en una ocasión.
Tras la muerte de Nasland, Jeff se convirtió en el nuevo Capitán América e intentó mantenerse al mismo nivel que sus dos antecesores (nadie conocía de la existencia de Isaiah Bradley hasta bien entrado el siglo XXI). Cuando Fred Davis fue herido y se retiró de la vida superheroica, Jeff formó equipo con Chica Dorada hasta que abandonó su carrera superheroica para centrarse en su vida como periodista en los años cincuenta.
William Burnside
Mientras que todo el mundo permanecía engañado ante la sustitución de Nasland y Mace en el traje del Capitán América, un joven William Burnside descubrió la verdad y la desaparición de Steve Rogers. Así, viajó hasta Alemania y consiguió recuperar una copia del Suero del Supersoldado en el que estuvieron trabajando los nazis y se lo aplicó a sí mismo y a aquél que eligió como Bucky, Jack Monroe. Posteriormente, Burnside decidió someterse a varias operaciones estéticas que le convirtieron en un gemelo del desaparecido Steve Rogers y tomó la identidad del Capitán América con la finalidad de acabar con los enemigos de Estados Unidos: los comunistas.
Ambos héroes se creyeron su propia mentira debido al corrupto Suero del Supersoldado, que les convirtió además en especímenes más fuertes que sus predecesores, aunque también más corruptos. La enfermedad se expandió sobre sus mentes y acabó afectando a Burnside de tal manera que el propio Cráneo Rojo consiguió manipularle en dos ocasiones. Burnside apareció nuevamente en la etapa de Ed Brubaker al frente del Centinela de la Libertad.
Roscoe Simons
Después de que Steve Rogers abandonara la identidad del Capitán América en favor de la de Nómada, para así dar a entender su desagrado con el destino del gobierno de los Estados Unidos, un nuevo Capitán América nació en la figura de Roscoe Simons (después del fallido intento de otras dos personas, de las cuales hablaremos más adelante).
La carrera de Roscoe fue breve, llegó tan sólo a alcanzar cinco números de la colección del Centinela de la Libertad. Este fan del Capitán América llegó a contar con la aprobación del propio Rogers, pero falleció a manos de Cráneo Rojo.
John Walker
Cuando Steve Rogers volvió a abandonar los colores del Capitán América tras la manipulación de Cráneo Rojo sobre el Comité de Actividades Superhumanas, surgió la oportunidad de sustituirle por otro patriota superpoderoso que había aprovechado su fama dentro de la lucha libre para desacreditar la figura de Steve Rogers. John Walker era un habilidoso hombre que había vivido siempre idolatrando a su hermano, fallecido en Vietnam, y que tenía muy claro cómo debía ser el campeón de los Estados Unidos.
Tras un tiempo sirviendo como Capitán América, acabó por enfrentarse a Steve Rogers, entonces conocido como el Capitán. Resueltas las diferencias, ambos hicieron frente a Cráneo Rojo y todos dieron por muerto a John Walker, que eventualmente regresó de entre los muertos para tomar la identidad del USAgente.
James Buchanan “Bucky” Barnes
Aunque durante la gran mayoría de la historia de Marvel, el regreso de entre los muertos de Bucky era algo considerado un sacrilegio, a la altura de hacer volver desde el Más Allá al Tío Ben, un guionista hizo frente a las polémicas y retrató de una manera original, épica y convincente este regreso. En una legendaria etapa en la que conocimos la identidad del Soldado de Invierno, Ed Brubaker consiguió cocinar a fuego lento el cambio generacional bajo la identidad del Centinela de la Libertad, algo que consumó meses después de que Steve Rogers cayera abatido en las escaleras de un juzgado tras la Guerra Civil Superheroica.
Bucky fue Capitán América incluso después del regreso de Steve Rogers de su prisión en el espacio-tiempo (una larga historia), siendo además uno de los claros ejemplos de cómo un buen personaje puede evolucionar y convertirse en un referente como Capitán América, a pesar de haber nacido para ser su aliado y compinche. Se enfrentó a Cráneo Rojo, Arnim Zola, Batroc, William Burnsidey muchos más villanos el Capitán América mientras, además, formaba parte de los equipos de Vengadores de la época. Tras Miedo Encarnado, Bucky se vio obligado a convertirse de nuevo en Soldado de Invierno, pero parece que pronto volveremos a verle tomar esta identidad, pero ahora en la gran pantalla.
Capitanes América de corto recorrido
Por supuesto, y al igual que ha ocurrido con aquellos que han sostenido el Mjolnir, ha habido otros personajes que han vestido las barras y las estrellas, aunque este momento haya durado bastante poco. Del lado de los héroes, podemos hacer un pequeño listado empezando con Bob Russo y “Scar” Turpin, los dos sustitutos de Steve Rogers que tomaron el uniforme antes que Roscoe Simons. El primero se rompió un brazo en su primera misión, mientras que al segundo le dieron una paliza por intentar sabotear el atraco a un banco. Más recientemente, y tras la muerte de Steve Rogers tras la Guerra Civil Superheroica, Clint Barton vistió momentáneamente el uniforme bajo la sugerencia del entonces Director de S.H.I.E.L.D., Tony Stark, algo que acabó siendo descartado por el experimentado arquero. Y el último en vestir las barras y las estrellas por un corto período de tiempo es el soldado de las Fuerzas Especiales David Rickford, que se sometió a un procedimiento similar al que utiliza el Agente de Poder bajo la supervisión de Nick Furia, quien lo utilizó para convencer a Steve Rogers de que volviera a vestir las barras y las estrellas después de que encarcelaran a Bucky en el Gulag.
Y también ha habido villanos que se han hecho pasar por el Capitán América. Aunque el más sonado ha sido el propio Cráneo Rojo, otros villanos de poca monta se han vestido como Steve Rogers para martirizarlo. Los primeros fueron Butch Cantwell y Carl Zante, dos villanos de la Edad de Oro que utilizaron la identidad para cometer sus fechorías y desprestigiar a Steve Rogers. Johann Schmidt, conocido como Cráneo Rojo, durante un tiempo habitó el cuerpo de un clon sin mente del Capitán América, e incluso ocupó el cuerpo de Steve durante el final de Capitán América: Renacimiento. El último villano en hacerse pasar por el Capitán América fue un skrull, llamado Pitt’o Nili, durante la Invasión Secreta.
Como habéis podido comprobar, el Capitán América es un símbolo, representado por quien se encuentra bajo las barras y las estrellas. Llevar el escudo es un gran privilegio, pero también una enorme responsabilidad. Y ahora Sam Wilson deberá representar el futuro de este legado que surgió hace ya 73 años.