Scott Snyder lleva al frente de la colección regular de Batman desde el famoso reinicio de la editorial DC, hace un par de años. Acompañado por el espectacular Greg Capullo, su larga estancia como principal ideólogo de la franquicia del murciélago se ha saldado con el aplauso general del público. Como siempre, este éxito no sale de la nada, y la relación de Snyder con el cruzado de la capa se extiende desde mucho antes del comienzo de esta brillante etapa en el Nuevo Universo DC. En la extinta continuidad de la editorial, Snyder hizo sus pinitos como escritor de las aventuras de Batman, en un contexto totalmente distinto, donde no era él el que llevaba la voz cantante. Aunque ahora sea una de las estrellas indiscutibles de DC, se ha tenido que ganar los galones, y mucha de la culpa de su estatus de hoy en día la tiene, precisamente, su paso por Detective Comics, una colección especial que ha encumbrado a muchos de sus creativos.
Lo cierto es que Snyder se ha labrado una reputación incuestionable con no demasiados títulos en su haber. Una carrera meteórica que tiene su punto de inflexión en American Vampire, en cuya génesis contó con la ayuda de, nada más y nada menos, Stephen King. El éxito de su reinterpretación del mito del chupasangre le ha valido para consolidar una carrera que apenas comenzaba a gestarse, y le ha abierto las puertas de DC a lo grande. Tras el apabullante éxito de American Vampire, llegaba el gran reto dentro de la continuidad DC: los guiones para la longeva serie Detective Comics.
Hablamos de una colección especial, un laboratorio de experimentación con el personaje para muchos autores, alejados de la épica de la cabecera principal. En Detective Comics se abre la veda para que artistas con inquietudes narrativas ofrezcan puntos de vista distintos de los múltiples aspectos de la mitología de Batman, lo que se traduce en etapas muy recordadas por los lectores, y autores convertidos en imprescindibles. También es cierto que no todos los que han pasado por sus páginas han encontrado el tono o la forma necesaria, así que el reto nunca es sencillo cuando se trata de esta mítica cabecera.
Snyder se planteó su estancia en Detective Comics como una variación sobre el mismo tema de los acontecimientos que protagonizaban la realidad de Batman en aquellos días. Hablamos de una época muy interesante, la de consolidación de los cambios que durante más de un lustro perpetró Grant Morrison al frente de las aventuras de los habitantes de Gotham. La labor bestial del escocés dotó a la colección de una extraña coherencia interna, fruto de la obsesiva visión de Morrison respecto a la continuidad de más de 70 años del personaje. Alucinógeno y excesivo como siempre, el inquieto escritor realizó el experimento definitivo sobre la esencia misma de Batman, y puso sobre la mesa una cantidad ingente de cambios que propiciaron un Batman diferente, místico y autoreferencial, que sin embargo resultaba paradigmático y reconocible.
Entre otras decenas de tramas abiertas, una de las más recordadas es la situación en la que Dick Grayson, el antiguo Robin, se hacía cargo de la responsabilidad del manto del murciélago. Durante una larga etapa, Bruce Wayne fue dado por muerto, y, tras una dura batalla entre herederos, era Grayson el que ganaba el derecho de ser el símbolo de la justicia en Gotham. El regreso de Bruce Wayne era inevitable, claro, y es en este contexto donde se desarrolla el ciclo argumental en manos de Snyder. Grayson es el protagonista indiscutible de este puñado de números, puesto que Wayne se encontraba en aquel tiempo en pleno montaje de su aventura justiciero-empresarial conocida como Batman INC (iniciativa que terminó como el rosario de la aurora, pero esa es otra historia que tendrá que ser contada en otra ocasión). Su visión internacional del espectro de Batman tiene muy ocupado a nuestro millonario favorito, así que es su sustituto natural el encargado de velar por la seguridad de Gotham City.
Snyder se amolda a esta circunstancia con sobresaliente habilidad, y construye un Dick Grayson creíble y complejo, más humano que su antecesor. Los miedos del joven son palpables, y se enfrenta a la responsabilidad de su herencia, al mismo tiempo que regresan de su pasado los fantasmas más terribles. El guionista se recrea en la jungla urbana, podrida y obscena, que es en el fondo Gotham City. La ciudad es algo más que un escenario; es un ente más poderoso que el simple dibujo de calles y edificios. Esconde y da cobijo a escoria que difícilmente se gana el calificativo de ser humano. Dick Grayson descubre como nuevo Batman que Gotham es un abismo que devuelve la mirada. Ser Batman significa aguantar ese horror sin perder la cordura. Después del rito de convertirse en un símbolo, puede que, más que nunca, comprenda por qué su mentor hace lo que hace, y que la inocencia es un lujo cuando se es algo más que un disfraz.
Dick Grayson no es el único protagonista de la colección. Detective Comics, como decíamos al principio, se transforma en un enorme campo experimental para dar contenido a personajes que, en otros contextos, no brillan con especial interés, salvo como secundarios de lujo. En el Detective Comics de Snyder gana peso uno de los eternos protagonistas en la sombra dentro de la mitología de Gotham City. El comisario James Gordon es, de nuevo, víctima de la espiral de locura que de cuando en cuando se enreda en su vida. Luchador incansable, asistimos en estas páginas a la enésima situación en la que un hombre de la calle se enfrenta a las sombras de la ciudad que ha jurado proteger. El regreso de su hijo James J.R pondrá en jaque a un personaje dividido entre su faceta de padre y la labor como policía, tras una investigación dramática enmarcada en la mejor tradición detectivesca de Batman.
Snyder aprovecha todos los elementos tradicionales de las aventuras del murciélago. La acción se entremezcla con episodios de introspección, sostenidos por personajes que tienen dudas y miedos, incluido el protagonista. Al mismo tiempo, no olvida la raíz de la cabecera, y Grayson demuestra que está a la altura de la leyenda del mejor detective del mundo. Armado de intuición y tecnología, este señor de la noche se mueve de manera natural por esos recovecos oscuros de la labor justiciera.
Aparte de Snyder, si por algo será recordada esta etapa es por un apartado artístico de auténtico lujo. A los lápices de esta colección, tenemos a dos de los mejores dibujantes que pululan en la actualidad por el mundo viñeta. Jock y Francesco Francavilla son los encargados de dar empaque visual a los guiones de Snyder, en la que es, sin duda, una de las etapas más vistosas de Batman vistas en los últimos años. Dos dibujantes de marcada personalidad, ideales para plasmar el oscuro mundo del murciélago. Jock es un maestro del trazo grueso, pero definido; los claro oscuros son protagonistas de un ambiente sórdido y realista, al mismo tiempo que juega con las anatomías de sus personajes para transformarlos en fantasmagóricas presencias dentro de la bruma casi onírica que imprime a su arte.
Francavilla por su parte, despliega su arsenal y nos regala un magnífico paseo por su curiosa forma de entender el cómic. El colorido pop contrasta con el ambiente siniestro magistralmente planteado. La luz y la oscuridad se dan la mano gracias a un autor especial, dueño de una narrativa contenida y llena de tensión, que explota con dramáticas consecuencias cuando Francavilla toma decisiones sobre los momentos álgidos de la historia.
Ambos a un nivel espectacular, esta etapa de Detective Comics es una delicia para los ojos.
La estancia de Snyder en Detective Comics significó el fin de la cabecera tal y como la conocíamos. DC dinamitó su propia continuidad, y reescribió lo que hasta ese momento conocíamos sobre los héroes de la casa. Si bien Batman no sufrió grandes cambios, debido a la citada etapa de Morrison y su enorme cantidad de novedades, Snyder fue ascendido a ideólogo de la cabecera principal de la serie Batman. Allí le hemos visto al frente de grandes arcos argumentales, pero de eso hablaremos en otra ocasión. Por hoy, recordamos estos fabulosos primeros pasos de Snyder al frente de una colección de Batman.
Si no tuvisteis la oportunidad en su momento de leer estos números finales de Detective Comics, que no cunda el pánico. Ecc está editando todos sus arcos argumentales en tomos de tapa dura, para que no falten en vuestra colección.
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