El festival Celsius 232 ha conseguido en sus tres ediciones un éxito de convocatoria enorme, además de la fidelidad de muchos asistentes que, apenas acabada esta edición de 2014, ya piensan en la de 2015.
En La Casa de EL tuvimos la oportunidad de disfrutar por primera vez del festival, su ambiente, sus invitados y una organización que mima al aficionado con múltiples oportunidades para disfrutar de la literatura de ciencia ficción, fantasía y terror.
Llegamos el miércoles a mediodía, por lo que nos perdimos la presentación de la MIRcon y la candidatura de la Eurocon para Barcelona (de las que os hablamos aquí y aquí).
Sin embargo, la tarde estuvo cargada de momentos interesantes. A las cinco, en el auditorio de la Casa de Cultura pudimos escuchar la presentación del proyecto ‘Presencia Humana’, en una mesa en la que coincidieron los editores de Aristas Martínez (Sara Herculano y Cisco Bellabestia) y las escritoras Laura Fernández y Sofía Rhei. Laura comparó la revista con el relato ilustrado de las viejas Amazing Stories y Sofía aportó su propia definición del weird, que consiste en “explorar, no seguir convenciones y raíles” y que tiene “un punto de asco”. Los editores recordaron su autodefinición como “editorial de riesgo” y anunciaron novedades sobre ‘Presencia Humana’: en el cuarto número de la revista contarán con autores como Félix J. Palma, Sofía Rhei o Ismael Biurrun y el quinto número estará dedicado a la editorial Valdemar (igual que el tercer número lo estuvo a Salto de Página)
A continuación, Cristina Macía (traductora y editora de Palabaristas) y Ian Watson (escritor y también editor de Palabaristas) presentaron la antología ‘Marte, Stalin y enanos gigantes’, una recopilación de sus mejores relatos en castellano. Los doce relatos que conforman esta antología no son reimpresiones y han sido traducidos (por Francesc Pedrosa) para esta edición, que busca tener relatos que apelen al público español. Por eso encontramos relatos como “La guerra de Blair”, sobre refugiados vascos en plena guerra civil (finalista al premio Sideways de historia alternativa). Fue una presentación llena de humor y muy disfrutable.
La siguiente charla reunió a Susana Arroyo (de Fata Libelli), Alberto Granda (Lektu) y Cristina Macía (Palabaristas) para una mesa redonda titulada “Editando en digital: ¿la letra con bits entra?” Fue una charla interesante, en la que se habló de concienciación del público, el papel del editor en lo relacionado con la autoedición, se contestó a la eterna duda de la diferencia de costes entre papel y edición digital, se aclaró cómo se acaba trabajando de maquetador de libro digital y se habló sobre Amazon, DRM y la-terrible-palabra-con-P (piratería). Lektu explicó sus proyectos relacionados con el pago social y la posibilidad de un pago variable y Fata Libelli mencionó que están estudiando publicar en papel lo que más haya gustado al público en digital. (Para más información sobre los proyectos de Fata Libelli y Lektu, podéis consultar lo publicado en La Casa de EL aquí y aquí).
Sin levantarnos del sillón, pudimos disfrutar de la presentación que Jorge Iván Argiz hizo de Laura Fernández y su bibliografía (‘Bienvenidos a Welcome’, ‘Wendolin Kramer’, ‘La chica zombie’ y ‘El show de Grossman’). Laura habló del aspecto coral de sus novelas, de la figura del superhéroe (género del que se considera una adicta) y el modo en el que el periodismo afecta a su obra ya que, tras trabajar en medios tan diversos como la revista SuperPop a El Mundo, ha descubierto que en periodismo “se ficciona mucho”.
El colofón de la tarde lo puso Tim Powers, que presentaba junto a José Carlos Somoza la antología ‘Tiempo de sembrar piedras’ y la novela ‘Ocúltame entre las tumbas’, que publicará Gigamesh en septiembre. Durante esta presentación pudimos disfrutar de las habilidades como intérprete de Diego García, que durante el festival recibiría tantos o más aplausos (merecidísimos) que los autores invitados. Powers explicó de qué modo los monstruos políticamente incorrectos de Polidori y Shelley han afectado a su obra, ya que considera que la evolución no ha eliminado ese reflejo cerebral en el ser humano de asustarse de lo que podría ser sobrenatural. Tim Powers consideró tanto el terror como la poesía (“si rima tiene que ser cierto”) botones en la mente de los lectores que puede pulsar para provocar un efecto. A continuación pasó a explicar que su método de escritura es muy apropiado para alguien sin imaginación, ya que disfruta leyendo biografías y encontrando elementos curiosos, que podrían tener origen sobrenatural. Le gusta ser tan preciso como sea posible en lo que a ambientación histórica se refiere (ropa, moneda, clima…), con el ánimo de “engañar al lector para que crea, durante un momento, los elementos que son ficticios”. Cuando le preguntaron por la adaptación de ‘En costas extrañas’ por parte de Disney, Powers exhibió una vez más su buen humor explicando que si le ofrecieran adaptar una novela suya “como musical animado con hámsters que bailan” aceptaría encantado. Encantados salimos también nosotros, dispuestos a que nos firmara el autor.
Jueves 31
La jornada del miércoles acabó con firmas y la del jueves empezó con firmas, con largas colas matutinas para coger el ticket que permitiría participar en las firmas del día (Tim Powers y Brandon Sanderson de 10 a 12 y de Lauren Oliver y Patrick Rothfuss de 12 en adelante).
La carpa de actividades estuvo bullendo todo el día entre presentaciones y firmas, además de los curiosos que añadían material a sus maletas de libros por firmar con las tiendas del festival. Empezamos a ver a los autores pasear por el precioso centro de Avilés y disfrutar de la gastronomía (entre cabrales, tortos, cachopos y sidra).
Por la tarde volvimos al auditorio, para escuchar a Sofía Rhei presentando el libro ‘Las astillas de Yavé’ junto a su autor, Rodolfo Martínez. En la presentación tuvimos la oportunidad de conocer detalles sobre la voz del autor (que se traslada a la página con el personaje de Iván) y se mencionó la figura de Lovecraft, en palabras de Rodolfo “un narrador torpe de imágenes potentes”, en relación a esta novela que aúna lo policíaco, lo religioso y lo extraño.
Para continuar la tarde, tuvimos la oportunidad de escuchar a un autor inédito en nuestro país, algo que ya hace tiempo que intenta promover el festival. Este año se trata de Adrian Tchaikovsky, autor británico de origen polaco que ha publicado en seis años la decalogía “Shadows of the apt”, en la que explica un mundo dividido entre grupos étnicos, humanos con características de insectos, enfrentados según sean “aptos” o “no aptos” (es decir, según si dominan la magia o la tecnología). El autor escribió y envió cuatro novelas seguidas a editoriales británicas, lo que contribuyó a su publicación, ya que decidieron arriesgarse con la saga a sabiendas de que estaba continuada. Esperemos que pronto alguna editorial española se interese por su obra y que podamos ver publicada la primera de las novelas, titulada ‘Empire in black and gold’.
Entre autores eslavos anda la cosa, ya que el siguiente en participar era Dmitry Glukhovsky, autor de ‘Metro 2033’ y la reciente ‘FUTU:RE’, una novela sobre el precio de la inmortalidad y su efecto en el estilo de vida de la población. El autor ruso, que ya había acudido a la primera edición del festival, sorprendió al público con sus reflexiones pausadas, que coinciden con el concepto de ficción “especulativa”. Glukhovsky, cuya novela ‘Metro 2033’ fue adaptada en forma de videojuego, había estado charlando algo antes en la carpa de actividades sobre su universo adaptado, en compañía de Pablo González Taboada y Ángel Luis Sucasas. El autor demostró no tener pelos en la lengua y una visión muy crítica respecto a la libertad de prensa y el gobierno de Putin.
Jorge Iván Argiz presentó a continuación a Tim Powers, en un maravilloso encuentro en el que el autor americano explicó sus inicios como autor de Laser Books (un experimento de la editorial de romance Harlequin), habló sobre la poesía que publicaba en la universidad junto con Blaylock (firmando como William Ashbless, personaje que aparece en sus novelas a menudo) o sus problemas para hacer que los editores entendieran sus gustos ampulosos (“¿Demasiado? A mí me gusta que sea demasiado.”). Contó a Leiber y Lovecraft entre sus influencias, habló de su relación con Philip K. Dick y definió su posición respecto al movimiento Steampunk (si K. W. Jeter, inventor del término, decidió que las obras de Blaylock y las de Powers eran steampunk, deberían serlo, aunque no coincidan con la definición posterior).
Aquella noche, mientras la magnífica ‘Pacific Rim’ se proyectaba en la plaza principal, fuimos a prepararnos para una noche de descanso, porque durante los días siguientes nos esperaban más firmas, charlas y entrevistas, que podréis ir leyendo durante los próximos días.