Si hay una película que destaca como una de las obras cumbre de la ciencia ficción esa es “2001: Una odisea del espacio“. De este largometraje y de su secuela hablaré en este artículo.
– 2001: Una odisea del espacio:
En 1968, Stanley Kubrick (el famoso director de películas como “El resplandor” o “La naranja mecánica”), se basó en el guión de una novela de Arthur C. Clarke para estrenar esta película en la gran pantalla (cuando el siglo XXI se veía como algo muy lejano). Aunque, en sus dos primeros pases privados, la crítica la destrozó duramente, la cosa cambió cuando el film llegó a las salas comerciales, que encontró entre los espectadores veinteañeros a su mayor número de fans.
El largometraje nos traslada en un viaje evolutivo desde el pasado de nuestros más primitivos ancestros hasta un futuro donde las máquinas son mejores que las personas, porque no tienen experiencias personales que las limiten, aunque atesoran todas las que puedan registrar. En la fase final, vemos al protagonista transformarse en un ser de pura energía, en comunicación telepática con todo el universo y dominio total sobre cualquier materia. Estos dos factores sumados a la presencia de los enigmáticos monolitos son los puntales más importantes sobre los que se sostiene el film.
Uno de los datos más curiosos de la película es que el aspecto visual tiene mayor peso que los actores, motivo por el que Kubrick optó por intérpretes poco conocidos, ya que los de renombre, al conocer el proyecto, se limitaban a poner cara rara y declinar cortésmente la oferta. Finalmente, Keir Dullea, que tampoco se sentía demasiado convencido, se hizo con el papel protagonista, como el astronauta David Bowman, mientras que Gary Lockwood dio vida a su compañero Frank Poole. Como detalle, cabe destacar que la niña Floyd es la propia hija de Kubrick, aunque nunca se supo si fue elegida por ahorro de dinero o por la cercanía. Sin embargo, el personaje que más llama la atención del espectador es el único que no es humano, ya que se trata del ordenador de la nave Discovery: HAL 9000, acrónimo en inglés de Heuristically Programmed Algorithmic Computer (Computador algorítmico heuristícamente programado), al que el canadiense Douglas Rain le prestó la voz en la versión original.
Guste o no la película, nadie puede negar que, además de los espectaculares efectos especiales, su banda sonora es magistral. Kubrick no quería que un simple compositor se encargara de ello, por muy buen trabajo que hiciera, así que, finalmente eligió la música del austríaco Johann Strauss, lo que provocó el enfado de Alex North, al que Stanley había contratado para componer unos temas que no se oyen en ningún momento.
Uno de los puntos más negativos del film, de casi dos horas y media de duración, es el abuso de los fundidos en negro, que pueden llegar a resultar cansinos en una película de desarrollo tan lento.
Marvel Cómics sacó una colección de ocho números claramente inspirada en la película, aunque no directamente relacionada con ella.
– 2010: Odisea 2:
Secuela de la película anterior también basada en una novela de Arthur C. Clarke, rodada en 1984, aunque dentro del film sólo han transcurrido nueve años. En esta ocasión, la dirección corre a cargo de Peter Hyams y el papel protagonista recae en Roy Scheider, como el doctor Floyd. Sin embargo, volvemos a ver varios elementos de la precuela como, por ejemplo, la nave Discovery o los personajes de David Bowman y HAL 9000, interpretados por los mismos actores que en la película anterior, aunque con una participación bastante menor.
El cambio de director es bastante notorio, ya que esta película, además de no llegar a las dos horas de duración, está más centrada en los personajes y menos en el aspecto visual, aunque Peter Hyams debió pensar, lógicamente, que la música de Johann Strauss encajaba perfectamente en el film. De ahí, que también podamos disfrutar de la misma banda sonora que en “2001: Una odisea del espacio“.
En esta ocasión, con el siglo XXI mucho más cerca, es curioso que eligieran que la acción transcurriera en el año 2010 y no en otro mucho más lejano. Actualmente, aunque podemos seguir disfrutando de estas películas, somos muy conscientes de que nadie ha llegado a construir ordenadores tan inteligentes y autónomos como HAL 9000, ni naves como la Discovery, capaces de llevarnos a destinos tan lejanos como Júpiter.
Dado que la colección de Marvel Cómics era una libre adaptación de la primera película, es comprensible que esta secuela deje a esos tebeos fuera de la continuidad.
Aunque Arthur C. Clarke escribió las novelas “2061: Odisea 3” y “3001: Odisea final”, no se han hecho versiones cinematográficas de estos libros. Tom Hanks afirmó estar interesado en rodarlas, siempre y cuando consiguiera recupear a Keir Dullea y a Douglas Rain, pero aquello no prosperó.
Pese a su complejidad argumental, estas películas están consideradas como obras de culto, que es uno de los motivos por el cual nunca se ha intentado rodar una nueva versión, ya que los fans incondicionales se encargarían de hacer una crítica destructiva con sólo oír el rumor de que alguien lo intentara.
[review]