La obra que hoy reseño, ‘Jagannath‘ (finalista del World Fantasy Award), es un portento del exotismo y del sentido de la maravilla. En esta antología de trece relatos encontraremos ciencia ficción, fantasía, algo de ‘steampunk y mucho ‘weird’. La mitología nórdica está también muy presente en ella, no la de dioses y cosmogonías sino más bien la de pequeña escala, la de criaturas del bosque y magia hogareña. Muchos de los relatos se podrían considerar versiones oscuras de cuentos de hadas, imbuidos de cierta sensación de desasosiego. ‘Jagannath’ es una apuesta arriesgada y personal de Karin Tidbeck, que tiene un estilo directo, diáfano y sin florituras. Alumna de la prestigiosa Clarion Writers Workshop, por la que han pasado grandes nombres de la literatura de género internacional, Tidbeck tiene sobrado talento para acometer todo tipo de prosa y hace encajar elementos fantásticos en sus relatos de forma natural. En esta pequeña selección de relatos vemos cartas, diarios, artículos científicos y cuentos atemporales. Karin Tidbeck hace del ‘weird’ su hogar, su casa de madera roja, con su tejado a dos aguas, rodeada de un bosque de abedules. Por otro lado, los cuentos de esta antología pecan ligeramente de cortos, la autora ha primado la ambientación y el sentido de la maravilla sobre el desarrollo de la historia. Eso genera que la mayoría tengan finales abiertos, recurso del que Tidbeck abusa un poco. No busquéis giros de trama e historias enrevesadas en ‘Jagannath’, lo que ofrece esta antología es otra cosa.
El primer cuento de la antología, “Beatrice“, es el más alejado del resto por su temática. Un relato con tintes ‘steampunk’ que crea sus propias reglas. La relación de amor y desamor entre un zepelín y un hombre, entre una mujer y una bomba de vapor. Más allá de la extravagancia del asunto, Tidbeck nos brinda una historia sobre la maternidad (tema recurrente) y la búsqueda de la libertad que resulta fascinante.
“Cartas a Ove Lindström” es más parecido a lo que nos encontraremos en muchos de los relatos de ‘Jagannath’ : familiaridad y melancolía en formato epistolar. Los mismos ingredientes se usan para “La señorita Nyberg y yo“, en el que, de nuevo, lo fantástico convive con lo mundano con naturalidad.
“Rebecka” es un relato muy duro que se mantiene en las raíces en lo realista. Rebecka es incapaz de morir por mucho que lo intente, porque Él no se lo permite, pero Rebecka no se da por vencida. En pocas páginas tenemos un relato de una intensidad moral y teológica inaudita, bien cimentado y magistralmente ejecutado. Contrasta fuertemente con “Herr Cederberg“, un relato mucho más ligero e ingenuo, que le sigue.
“¿Quién es Arvid Pekon?” me parece uno de los relatos más curiosos e intrigantes de ‘Jagannath’. Mezcla el realismo mágico con una ambientación salpicada de ‘steampunk’ y un tema clásico de la ciencia ficción: la identidad. Arvid, un teleoperador, recibe la llamada de una tal señorita Sycorax y a partir de entonces es capaz de hablar con la voz de los muertos, como un médium, pero eso empieza a desdibujar los límites de su propia identidad. Aunque sea un tema muy manido, no deja de sorprender por lo bien que lo ha sabido rodear de una ambientación interesante. Uno de mis favoritos.
En “El complejo de vacaciones de Brita” tenemos uno de los tópicos de la literatura que más me atraen: un narrador en el que no se puede confiar. Combinado con el formato de diario y lo metaliterario de tener a una escritora por protagonista, tenemos un relato con potencial Para mi gusto, este potencial se ha explotado poco, o quizás con una ejecución algo tosca, aunque el conjunto termine siendo bastante bueno.
“La montaña de los renos” es otro de mis favoritos, una delicia. Bebiendo de viejos mitos sobre la ‘vittra’, la gente de dentro de las montañas al norte de Suecia, Tidbeck construye un relato sólido en el que vuelve a hilvanar lo familiar y lo fantástico en un tejido sin costuras. Como un cuento de hadas con nuevas vestiduras.
“Mermelada de mora ártica” retoma el tema de la maternidad, que ya hemos visto en “Beatrice” y veremos en “Jagannath”, en un pequeño cuento que tiene ciertos paralelismos con “La señorita Nyberg y yo”. Un relato sobre criaturas mágicas la relación madre-hijo, como si fuera una reinterpretación nórdica de ‘Pinocchio’.
Si tengo que elegir un favorito de toda la obra, creo que elegiría “Pyret“. En la genial introducción de Elizabeth Hand, se define “Pyret” como “la taxonomía borgesiana de una criatura imaginaria”. No puedo estar más de acuerdo. Hace apenas quince días estaba leyendo un par de libros de relatos de Jorge Luis Borges y cuando llegué a este cuento no podía parar de encontrarle paralelismos y lugares comunes. Con el formato de un artículo científico, Tidbeck crea todo un mundo de falsas referencias a una criatura mitológica llamada “pyre”, que lleva conviviendo con la humanidad durante siglos.
Los siguientes dos cuentos, “Prima Augusta” y “Las Tías” tienen como factor común el tiempo infinito (o inmóvil) de la fábula y el mito. Comparten ambos el mismo universo así como también cierto surrealismo primigenio, un poco al estilo de ‘Alicia en el País de las Maravillas‘.
El último de los relatos, el que da nombre a la antología, es “Jagannath“: ciencia ficción ‘weird’ de la buena. Un cuerpo gigante que da a luz a pequeños seres dentro de sí, que se encargarán de trabajar en distintas partes de la anatomía de la Madre. Pronto las cosas dejarán de funcionar cuando la Madre empiece a parir criaturas deformes que no puedan sustituir a los trabajadores que la mantienen viva.
Me gustaría detenerme brevemente sobre la edición de Nevsky: ‘Jagannath’ nos llega en tapa blanda con solapas, con una portada preciosa obra de Eva Ramón, exclusiva de la edición española. El papel es grueso y de calidad, la letra y los márgenes, generosos. A nivel de traducción, tenemos algo curioso. Algunos cuentos están traducidos directamente del sueco por Carmen Montes Cano (ganadora del premio nacional a la mejor traducción de 2013) y otros están traducidos del inglés por Marian Womack (escritora, traductora y co-fundadora de Nevsky, además de reciente alumna de Clarion). Esto se debe a que algunos de los cuentos los tradujo del sueco al inglés la misma Karin Tidbeck, cosa que hizo que acabaran cambiando e incluso mejorando. La edición española de ‘Jagannath’ es la “preferida por la autora”, tomando del inglés o del sueco los relatos según le parecía a Karin que estaban mejor. A nivel de traducción tengo que decir que no tengo quejas, aunque he intentado jugar a adivinar de qué idioma venían sin mirarlo antes, cosa que no se me ha dado del todo mal. En la parte de corrección hubiera apreciado un poco más de atención a ciertos ‘typos’ que se han acabado colando en la versión final. Se nota un esfuerzo y un cuidado por parte de Nevsky que raramente encuentro en editoriales mayores y es una lástima que se vea empañado (aunque solo sea mínimamente) por la presencia de errores tipográficos.
Si os interesa mínimamente el concepto del “Mythpunk” (término con el que se habla a veces de la obra de Tim Powers, por ejemplo), os gusta la mitología, el ‘weird’, las fábulas clásicas, el ‘steampunk’, el ‘slipstream’ o el realismo mágico, seguro que encontraréis más de un relato en ‘Jagannath’ que os guste. Ninguno es especialmente largo y el estilo de Tidbeck, de frases cortas y pocas descripciones, ayuda a que fluya una lectura que se os hará corta. A mí me han entrado ganas de leer más de la autora, espero por tanto que este sea solo el primero de sus libros que llegue a España.
Como curiosidad final, ya se ha confirmado la presencia de la autora en la próxima MIRcon que se celebrará en Montcada i Reixac (Catalunya) del 6 al 8 de diciembre de 2014. Más información sobre el evento en la crónica de la presentación que hicimos hace unos meses.
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