A falta de semana y media para volverla a tener en nuestro país, con motivo de la MIRcon, es un buen momento para empezar a repasar la bibliografía de la escritora londinense Nina Allan, que cuenta a día de hoy con dos tomos traducidos al castellano. Hoy reseñamos el primero de ellos, titulado ‘Máquinas del tiempo’ y editado por Fábulas de Albión (Nevsky Prospects), que también se encargaron de la traducción y edición de ‘Jagannath’ de Karin Tidbeck, otra autora a la que podremos escuchar durante la MIRcon.
‘Máquinas del tiempo’ (título original: ‘The silver wind’) puede leerse como una antología de cinco relatos, un ciclo de historias tan entrelazadas que se pierden los matices de una si no se lee la otra o como prácticamente una novela no linear, algo no tan sorprendente si tenemos en cuenta que tampoco suelen seguir estructuras lineales las novelas que tratan acerca de saltos temporales y el peso de la historia personal. Los cinco relatos que completan el libro son los siguientes: “El carro alado del tiempo”, “El guardián de mi hermano”, “El viento plateado”, “Cuerdas” y “Cronologías: Epílogo”.
La mayoría de relatos giran en torno a Martin Newland, un hombre (a veces un niño) enamorado del tiempo y de la capacidad de control sobre el mismo que le transmiten los relojes de pulsera, esas máquinas del tiempo literales que dan título al libro. Quizás la denominación “máquina del tiempo” quede deslustrada por las imágenes que tenemos de la máquina de Wells o la TARDIS de Doctor Who, pero que acoge en este mecanismo menudo y de uso común un gran sentido de la maravilla.
Los cinco relatos tratan con sensibilidad y un tono melancólico la pérdida, los recuerdos de la niñez, el interés por la ciencia y las relaciones de sangre. Las realidades alternativas que muestran los relatos (algunas más cercanas al Londres de hoy día que otras) son un gran ejemplo de la idea de multiverso. Además de Martin,a menudo reaparecen: los hermanos de Martin (en especial Dora), Miranda, Andrew Owens (también llamado ‘El hombre del circo’). También hay pérdidas recurrentes, dudas constantes acerca de los padres de Martin (detrás de los cuales hay varias historias que solo llegamos a entrever) y pequeños elementos comunes: una casa al lado de la playa, un anillo de ópalo y, en ocasiones, la invención del tourbillon, un invento real pero que en el universo (los universos) de Allan alcanza un poder mayor.
El estilo de Nina Allan es fluido, con esa naturalidad y espontaneidad que hace parecer sencillo lo que sin duda no lo es. Nina Allan juega maravillosamente con la ambigüedad, con no cumplir siempre con las expectativas del lector, y sus relatos tienden a no tener un final cerrado, a parecer fragmentos de un todo mayor que se nos escapa. Los relatos de ‘Máquinas del tiempo’ requieren cierta atención al detalle, pero no son excepcionalmente exigentes y permiten disfrutar con placidez de una lectura inteligente. La autora es capaz de trasmitir mucho con apenas unas pinceladas, intercalando en sus escenas de costumbrismo teñido de emoción pequeños fragmentos fantásticos, escenas o frases, a menudo solamente detalles, que “chirrían” al lector por su peso narrativo.
Son precisamente esos detalles los que acercan la antología a la ciencia ficción: esos momentos perturbadores en los que ya no están siguen hablando o un escenario altamente militarizado, que convierte en ciencia ficción distópica lo que parecía un simple viaje en autobús a las afueras. En la entrevista que cierra el libro Allan explica que, a falta de un mayor conocimiento por parte del público general de los términos “ficción especulativa” o “slipstream” (género que desdibuja los límites entre fantástico y mainstream), se inclina por describir su obra como “ciencia ficción”. El suyo es un acercamiento soft al género, aunque no eluda la parte de ficción científica cuando es necesario. Los relatos de ‘Máquinas del tiempo’ se centran en los anhelos de los personajes, como en la literatura rusa que la autora estudió en la universidad y que todavía cuenta entre sus principales influencias.
Nina Allan visitó nuestro país durante el festival Celsius 232 de 2013, como escritora invitada pero todavía inédita. Tras la publicación en mayo de ‘Máquinas del tiempo’ con Nevsky, este pasado mes de octubre la editorial digital Fata Libelli publicó la novela corta ‘Tejedora’, una reinterpretación del mito de Aracne ambientada en una Grecia alternativa. Los asistentes de la próxima Hispacón (la número XXXII, también llamada MIRcon, de cuya presentación os hablamos hace unos meses) tendréis la posibilidad de escuchar a esta autora el sábado 6 de diciembre en la mesa redonda “La nueva ciencia ficción y el new weird” y en la charla que dará el domingo 7 por la tarde. [Para más información acerca de horarios y lugar, os recomendamos consultar la programación de la MIRcon en la página de Urânik.]
‘Máquinas del tiempo’ tiene 208 páginas, cuesta 19 € y está editado en rústica, con una cubierta de cartulina granulada muy agradable al tacto. El libro se abre con un prólogo de la también escritora Sofía Rhei y cierra con una entrevista muy edificante de la misma a Nina Allan. La traducción elegante corre a cuenta de Carmen Torres y Laura Naranjo, la corrección a la de Fernando Martínez Gimeno y la portada tiene uno de los magníficos diseños de Eva Ramón, que también se ocupó de la impresionante portada de ‘Jagannath’. Felicitaciones a la editorial, por cierto, por su iniciativa de no esconder a las personas partícipes de la creación de un libro y visibilizar la figura del corrector.
‘Máquinas del tiempo’ es una gran antología (o novela que pudo haber sido), una historia bellísima sobre el tiempo y la fascinación y el temor que provoca, escrita y editada con cariño.
[review]