Tengo que decir que solía leer más manga hace unos años y que poco a poco fui derivando al cómic americano y europeo. Como nos ha pasado a muchos, del manga ya solo leo algunos autores que ya sé que me gustan. Uno de ellos es Osamu Tezuka. Sus historias siguen teniendo un tremendo valor y están muy lejos de haber quedado obsoletas u olvidadas con el tiempo. Ejemplo de ello son las dos obras del maestro Tezuka que Astiberri ha publicado: ‘El libro de los insectos humanos’ y la que reseño hoy: ‘Alabaster’, que se enmarcan dentro de la obra más adulta del Dios del manga.
Alabaster (Arabasutaa en japonés) es una historia autoconclusiva de ciencia ficción con tintes de thriller detectivesco. James Block, un famoso atleta afroamericano, mata a un hombre en un accidente de tráfico después de que su novia lo deje por ser negro. En la cárcel y harto de la hipocresía del mundo de la belleza exterior, James conoce a un misterioso científico loco que le confiesa que tiene un rayo de invisibilidad. Al salir de la cárcel, se hace con él e intenta volverse invisible, pero el proceso es demasiado doloroso y para a la mitad, cuando su piel ya se ha vuelto invisible, pero se ve lo que hay debajo. Convertido en un monstruo horrible, decide vengarse del mundo atacando a los hipócritas y a los que se vanaglorian de su belleza. A este propósito se unirá Ami, nieta del misterioso doctor, que nació invisible porque su madre había sido el conejillo de indias de su abuelo. Pronto empezará a perseguirlos Rock Home, un detective del FBI que aparece en muchos otros mangas de Tezuka pero que empieza a volverse muy oscuro en esta etapa de su obra.
El dibujo de Tezuka puede dar la impresión de ser simple a primera vista, sobre todo por los personajes expresivos y de caricatura que tan a menudo aparecen. Si nos fijamos bien, eso sí, veremos que los fondos, los edificios, los modelos anatómicos o los vehículos tienen un gran nivel de detalle, y que las caras de los protagonistas transmiten de manera sutil las emociones cuando la trama lo requiere. Esto se debe, a mi parecer, a la tendencia asiática de añadir ‘comic relief’ en todo tipo de obra, por trágica que sea, creando un particular estilo de tragicomedia asiática moderna. Las historias de Tezuka, como la ‘Alabaster’ que nos atañe, están llenas de personajes profundos y tramas complejas. Una demostración fácil la encontramos en la magistral ‘Pluto’, en la que Naoki Urasawa coge un arco argumental de ‘Astroboy’ y lo pasa por su filtro particular. La historia original no deja de ser del maestro Tezuka, solo que el trazo de Urasawa encaja más con lo que el lector actual espera de una historia profunda y seria de ciencia ficción. Con esto no quiero decir que el lector de hoy en día no pueda disfrutar del dibujo de Tezuka, ni mucho menos. Como ya he dicho, el nivel de detalle es maravilloso en ciertos aspectos, pero es que el maestro disfrutaba innovando y jugando con los límites de la viñeta. Esto se aprecia en las escenas de acción, muy dinámicas y fáciles de seguir, muy modernas en cierto sentido. Los planos beben mucho del lenguaje cinematográfico y las onomatopeyas son parte integral de la narración, como en algunas de las obras del cómic más moderno.
A este apartado técnico brillante para la época lo acompaña una historia de pura ciencia ficción que me recuerda al hombre invisible de Wells, combinada con aventuras más ‘pulp’ del género negro. Una trama con una premisa fascinante, un ritmo narrativo que mantiene en vilo y un final trágico y sublime.
Sobre la edición de Astiberri, tengo que decir que se ha hecho un muy buen trabajo. 485 páginas en gran formato por 26 € es más que razonable. La traducción de Eva Sakai es excelente (a nivel de naturalidad, la fidelidad al japonés original no la puedo juzgar, claro), lo que no me ha gustado tanto es como han quedado algunos bocadillos a nivel de composición tipográfica. También se ha optado por no tocar las onomatopeyas del original, una solución inteligente y más barata que no creo que moleste a nadie. El formato está hecho para durar y la portada resulta muy atractiva.
Pese a su extensión, ‘Alabaster’ se lee con mucha facilidad. Sus personajes, carismáticos y profundos, en especial Ami y Alabaster, resultan fascinantes. La trama avanza a un ritmo perfecto, que no decae en ningún momento. Si bien es cierto que hay que acostumbrarse a su dibujo, el arte de Tezuka resulta una delicia tras unas pocas páginas sumergidos en ‘Alabaster’: una combinación de simplicidad y complejidad que permite una lectura ágil para una historia muy bien elaborada. Todo un clásico del manga que recomiendo tanto a neófitos como a expertos en el género.
[review]