Entre 2005 y 2008, los estadounidenses Michael Dante DiMartino y Brian Konietzko crearon para el canal de pago Nickelodeon una serie de dibujos animados titulada: ‘Avatar: The Last Airbender‘. El éxito obtenido le permitió contar con su propia colección de cómics, publicada por la editorial Dark Horse, y con una película llamada: ‘Airbender: El último guerrero‘ (conocida por los hispanoamericanos como ‘El último maestro del aire‘), la cual paso a analizar en este artículo.
El film, dirigido en 2010 por M. Night Shyamalan (famoso por su labor en películas como ‘El sexto sentido’ o ‘Stuart Little’), está protagonizado por Noah Ringer (quien también actuó en la adaptación de ‘Cowboys & aliens’), que interpreta a Aang (más conocido como el Avatar). Junto a él destacan Nicola Peltz, como Katara (una inexperta maestra del agua, que va mejorando poco a poco), Jackson Rathborne en el papel de Sokka (hermano de la chica), y Dev Patel, que se mete en la piel del príncipe Zuko (hijo del rey de la Nación del Fuego), en sustitución de Jesse McCartney, cuya carrera musical le impedía integrarse a fondo en el proyecto. Otros actores, entre los que se incluyen Shaun Toub, Aasif Mandvi, Cliff Curtis, Seychelle Gabriel y Keong Sim completan el reparto.
La película comienza con esta introducción:
Cien años atrás todo iba bien en nuestro mundo. La prosperidad y la paz llenaban nuestras vidas. Las Cuatro Naciones: Agua, Tierra, Fuego y los Nómadas del Aire convivían en armonía. Existía un gran respeto por todos aquellos que podían controlar su elemento natural. El Avatar era la única persona nacida entre todas la naciones que podía controlar los cuatro elementos, y era el único que podía comunicarse con el Mundo de los Espíritus. Guiado por los espíritus, el Avatar mantenía el equilibrio en el mundo. Y, entonces, hace cien años desapareció.
Tras estas palabras, narradas por el personaje interpretado por Nicola Peltz, la película nos muestra a los hermanos Sokka y Katara (habitantes de la tribu del Agua del Sur) que, mientras tratan de cazar algún animal para su sustento, encuentran a un niño llamado Aang y a un descomunal bisonte volador conocido como Appa, los cuales han sido barridos del cielo por una tormenta. Debido al gran interés que la Nación del Fuego (cuya intención es controlar todos los territorios) muestra por el pequeño, Sokka y Katara no tardan en suponer que él es la última reencarnación del Avatar. Sin embargo, también se descubre que Aang, cuando supo todo lo que se esperaba de él, no quiso aceptar tal responsabilidad, motivo por el que huyó antes de completar su aprendizaje. Debido a ello, sólo maneja el aire. Sus nuevos amigos deciden acompañarle en su viaje de adiestramiento y así poder enfrentarse a sus enemigos. A lomos de Appa, los tres jóvenes parten en busca de aquellos maestros que puedan ayudar a Aang a controlar el resto de los elementos. Entre los perseguidores del niño se encuentra el príncipe Zuko, que ha sido desterrado de la Nación del Fuego por no saber comportarse ante sus superiores, y quiere capturar al Avatar para demostrar su valía y así poder regresar a su reino.
Como podemos comprobar, al terminar la película, Aang sólo posee control sobre el aire y el agua. Esto, sumado a la aparición final de la hermana de Zuko como futura villana, hace suponer que la intención inicial era rodar, como mínimo, dos secuelas, en las que veríamos cómo el Avatar logra manejar los elementos del fuego y la tierra. Sin embargo, pese a la estupenda labor de los actores, la película fue brutalmente vapuleada por la crítica, que llegó a considerar este film como el peor trabajo del director. Por eso, es fácil de entender que, cuatro años después del estreno del largometraje, aún no se haya rodado una segunda parte, aunque se especula que podría llegar a estrenarse en 2019.
Afortunadamente, no todas las opiniones fueron negativas. ADN se expresaba así: ‘Otro efectivo paso de M. Night Shyamalan por llevar la magia al cine. Sorprendente y prometedora’, mientras que Interfilms decía: ‘Una espectacular aventura repleta de acción… Imprescindible para toda la familia’. Por desgracia, estas dos críticas positivas no bastaron para permitir que ‘Airbender: El último guerrero‘ gozara del favor del público en general.
A la hora de rodar una secuela, existe otra desventaja con la que se cuenta siempre que se trabaja con niños. Si no se ruedan las películas seguidas (como ha hecho Peter Jackson con sus sagas sobre las novelas de Tolkien) y necesitas que los personajes sigan teniendo la misma edad en todas las entregas, la única solución es cambiar a los actores, lo cual resta calidad a la saga, sobre todo si se trata del protagonista, como sucede en este caso.
Personalmente, opino que el largometraje, que dura poco mas de 100 minutos, sin tratarse de una obra maestra, entretiene y funciona como una correcta adaptación de las fantásticas aventuras ideadas por Michael Dante DiMartino y Brian Konietzko.
[review]