Durante la MIRcon de 2014, tuvimos la oportunidad de escuchar a Aliette de Bodard en su presentación del sábado 6 y de entrevistarla. La editorial digital Fata Libelli ha publicado recientemente dos obras de la autora: la antología de relatos ‘El ciclo de Xuya’ y la novela corta situada en el mismo universo ‘En una estación roja, a la deriva’. Asimismo, en la antología ‘Terra Nova 2’ de Fantascy se puede encontrar su relato “Separados por las aguas del Río Celeste” y en el blog de RBA Fantástica (colección que cerró y que se iba a ocupar de la trilogía azteca de la autora, que esperemos que algún día pueda publicarse en castellano) se encuentra el relato “Inmersión”. La web de relatos Cuentos para Algernon, en los que Marcheto traduce relatos de diversos autores, publicó durante su primer año de existencia el relato “Caída de una mariposa al amanecer”. Esperamos poder conocer mucho más de la obra de la autora para cuando vuelva a visitar nuestro país como invitada de honor de la Eurocon que se celebrará en Barcelona en 2016.
LCDE: Tus historias están llenas de detalles culturales e históricos: materiales, ropa, comida… ¿Investigas para encontrar historias concretas o encuentras tus ideas investigando?
Aliette de Bodard: Un poco de ambas. Tiendo a juntar varias ideas en una historia porque al principio solo tengo un esbozo simple. Se supone que has de saber qué has de investigar antes de hacerlo, pero la idea puede ser bastante vaga, así que a menudo empiezo investigando un tiempo concreto. He tenido que investigar la Belle Époque para una historia corta que estoy escribiendo, por ejemplo. A veces se trata de ideas vagas, como gente que se dedica a recuperar joyas perdidas y otros tesoros, pero en otros momentos se trata de detalles específicos, como la minería, así que he de ponerme a investigar acerca del carbón y las minas.
LCDE: La siguiente pregunta está también un poco relacionada con la investigación. Tenemos la suerte de que tus traductores al castellano sean muy buenos y parte de su trabajo esté muy orientado al género. Sabiendo que hablas varias lenguas [LCDE: Aliette de Bodard escribe en inglés, su lengua principal es el francés, puede leer algo de vietnamita y también habla castellano], queríamos preguntarte acerca del mundo de Xuya, ya que en él trabajas con una lengua desaparecida y con el chino. ¿Tuviste dificultades para traducir conceptos culturales de estos idiomas?
Aliette de Bodard: Muchas cosas no son fáciles de traducir. Cuando trabajaba en los libros aztecas intenté encontrar cantos religiosos y era un asunto complicado, porque son evocadores y específicos de la cultura y se hace difícil trasladarlos en dos líneas. Cuando has de transmitírselo al lector en dos o tres líneas tienes que hacer un buen trabajo, hacerlo sonar como lo encontraste y no como si estuvieras escribiendo poesía muy mala, que es lo que tiende a ocurrir cuando traduces palabra por palabra. A menudo he tenido que ceder en ciertos aspectos cuando traducía porque no había manera posible de que lo pudiera mejorar. Hay un par de ejemplos de elementos culturales que no funcionan en inglés. Por ejemplo, cuando se habla de comida en la imaginería occidental un árbol que da fruto es algo muy positivo, es un símbolo de fertilidad. Cuando en náhuatl se menciona la fruta que cae del árbol se está hablando de la caída en la desgracia, por la podredumbre. Si me limito a decir “fruta caída del árbol” el impacto será muy diferente. Así que siempre hay que acabar haciendo concesiones, equilibrando la precisión con la plausibilidad para un lector que no tiene por qué ser de la cultura de la que se escribe. No he trabajado tanto con el chino, pero, por ejemplo, con el vietnamita hay mucho que cuesta traducir. Para empezar, el vietnamita tiene 29 letras, lo que significa que hay algunas vocales extra. Al transcribir al inglés hay tres tipos de “o” diferentes, además del diptongo “eo” y todas encajan con una sola “o” en inglés. Hay un par de nombres que serían muy diferentes en vietnamita y que no podría poner juntos en mis relatos porque ambos se transcribirían igual en inglés.
LCDE: El universo de Xuya es mucho más avanzado que el nuestro en lo que respecta a la igualdad de géneros (existe la poliandria y hay mujeres en altos cargos). ¿Crees que es una posibilidad factible desde un punto de vista especulativo o es más bien un deseo personal que te gusta ver reflejado en tu obra?
Aliette de Bodard: Fue una elección deliberada, porque pensé “de acuerdo, esto va a estar ambientado en el futuro” y una de las cosas que más se ve en la narrativa que tiene que ver con China es que China es horrible con sus mujeres y sí, por supuesto. Tampoco creo que la situación de la mujer en un país mejore de repente. Las posibilidades de que esto ocurra de aquí a cincuenta o cien años en varios países a la vez son muy bajas. Es más probable que las culturas hayan ido desarrollándose y lo que pensé es que seguirían teniendo valores confucianistas (culto a los ancestros, el respeto a los mayores y otras cosas específicas de cada cultura) pero que se irían perdiendo los aspectos más sexistas como el dominio del patriarca. Es algo que de alguna manera podría haber sucedido, de no haber sido por la ideología cristiana que retrasó ciertos aspectos de la evolución social. Es algo que se ve también en la Iglesia, donde se ha pasado de una Iglesia que esperaba de sus mujeres que sean esposas obedientes a una Iglesia Anglicana en la que se puede ordenar obispo a una mujer y en la que una mujer es la cabeza de la Iglesia de Inglaterra.
LCDE: Muchas de tus historias contienen elementos de la novela negra o se basan en un crimen o una desaparición. ¿Qué tipo de influencia tiene la novela negra en tu obra? ¿Qué otras obras o géneros te vienen a la cabeza?
Aliette de Bodard: Leo mucha novela negra, llena como el 30 o 35% de mis lecturas. Leí mucho a Agatha Christie o a Arthur Conan Doyle y a un par de autores básicos más cuando era más joven, así que ha sido una gran influencia. Soy muy consciente de que ya le estoy pidiendo mucho al lector para que entienda el universo, así que tener una trama que sea reconocible, en especial en la prosa corta, hace que seguir la narrativa sea más sencillo, si todo resulta demasiado ajeno para el lector, es difícil de seguir la trama. Estoy leyendo mucho de Elizabeth George, me gusta mucho su manera de escribir personajes y el impacto psicológico del crimen en las personas, más que no la parte intelectual. De un estilo similar, una autora que encontré hace poco es Louise Penny, que escribe novela negra sobre el inspector Armand Gamache, situadas en Quebec, que hablan de un grupo de personajes y de cómo les afecta el crimen. Por supuesto, que esta gente tenga que ocuparse de crímenes tan a menudo no es realista, pero ver lo que esa situación les produce y como sus relaciones van evolucionando es algo muy interesante. Me gusta la serie de Harry Bosch de Michael Connelly, aunque no he tenido mucho tiempo de seguirla últimamente.
LCDE: ¡Felicidades por la publicación de ‘The House of Shattered Wings’ por Gollancz! Has escrito sobre magia religiosa anteriormente y ahora vas a abordar la magia arcana, ya que en esta novela habrá sucedido una especie de guerra entre magos. ¿Trabajas más fácilmente con magia o con tecnología espacial/aeronáutica?
Aliette de Bodard: Creo que, de cierto modo, son algo similar. Cuando escribes ciencia ficción te dicen que has de escribir bien la ciencia y tienes que escribir historias con un conocimiento muy específico. Yo prefiero decir que hay que escribir sobre la humanidad, ya que una de las grandes cosas de la ciencia es que lo que sabemos siempre está cambiando. Siempre pongo un ejemplo: en el siglo XIX, se creía que en las fuerzas universales y en que había ecuaciones que describían todo, desde el comportamiento de la electricidad al funcionamiento de un coche, en las décadas posteriores, o de porqué un tren seguía las vías. Había apenas unas pocas cosas que no podían acabar de entender y que en unos cincuenta años darían lugar a la mecánica cuántica y a la relatividad general. De un modo similar, hay muchos términos y vastas teorías de los que no tenemos ni idea, lo que significa que la ciencia de dentro de unos siglos nos parecerá magia. Al mismo tiempo, una de las cosas que creo que tiene la magia que la ciencia no es la capacidad de maravillar. Maravillar no como en “el sentido de la maravilla” del lector, sino la capacidad de maravillar a los mismos personajes. A veces la magia te explota en la cara y a veces no. Tiendo a crear la magia con un punto de peligro, cosa que no hago con la ciencia. Sueles tener la seguridad de que, si los ingenieros han hecho bien su trabajo, el tren no te explotará en la cara, pero la magia quizás sí. Por eso me gusta incorporar magia a mi obra, porque no siempre sale bien.
LCDE: Durante la charla de ayer en la MIRcon [LCDE: que podéis encontrar íntegra en la web de la autora o algo resumida en nuestro repaso del sábado de la MIRcon] mencionabas la necesidad de cambiar algunas ideas preconcebidas cuando se trata de cultura. Nos preguntábamos, por ejemplo, cómo han recibido el ciclo de Xuya los lectores americanos, ya que Estados Unidos se presenta en este universo como un país que envía inmigrantes (en vez de recibirlos, como ha sucedido históricamente) y cuya historia y grandeza es menos espectacular.
Aliette de Bodard: He recibido algunas quejas, tipo “¿dónde están los hombres blancos en tus historias? Estás escribiendo ficción anti-hombres blancos, ficción en contra de Estados Unidos.” Y yo me quedaba un poco: “¿En serio?” (ríe). “No es que vaya diciendo que os tengan que esconder o disparar. Solo que no siempre tenéis porqué estar en la cima de la hegemonía cultural y que, incluso si lo estáis, hay gente que tiene puntos de vista muy diferentes”. En general no he tenido muchas quejas al respecto, en general creo que los relatos están siendo bien recibidos, quizás por mostrar un tema cultural diferente. Pero una de las cosas que sí me dio problemas fue un post que escribí en mi blog y que trataba sobre el predominio de tópicos estadounidenses en la narrativa [LCDE: que podéis consultar en el blog de la autora y que resulta muy interesante], con el que acabé teniendo un gran disgusto. Se me llegó a acusar de escribir ese post como un acto de venganza, cuando no estaba especialmente enfadada y tan solo quería señalar ciertos aspectos del estilo de escritura en inglés y creo que la reacción fue exagerada y que se hizo una montaña de un grano de arena. Solo decía que hay un problema cultural al que se debe hacer frente. Y sabía que sacar temas como Oriente Medio y la política traería más problemas. Es algo un poco incoherente, incluso con la noción de la libertad de expresión, hay ciertos temas de los que, de una manera que no resulta especialmente sutil, se te desalienta para que no trates.
LCDE: Puesto que eres bilingüe, publicas en inglés y vives en Francia, estás en una posición interesante en el mercado editorial. ¿Qué nos puedes contar acerca del fandom y del mercado editorial de género en Francia?
Aliette de Bodard: No estoy en él demasiado, porque al escribir en inglés estoy poco en el fandom francés, aunque cada cierto tiempo me paso por una convención. Sé que es menor que el estadounidense, o al menos me parece menor a mí, pero no estaría siendo justa si digo eso. Hay una convención bianual, que tiene lugar en diferentes ciudades francesas, además de dos festivales literarios: el Utopiales en Nantes, al oeste del país, que está enfocado hacia la ciencia ficción, y el Imaginales, que está en la otra punta de Francia, en Épinal, al este, más centrado en la fantasía. Tenemos unos cuantos grandes nombres como Pierre Bordage, que es muy prolífico y que tiene mucho éxito, y que me gusta mucho. (Ríe) Y creo que esto es más o menos todo lo que sé sobre el fandom francés.
LCDE: Esta pregunta se le hizo también ayer a Nina Allan y Karin Tidbeck en la charla sobre “new weird” [LCDE: la formuló Ángel Luís Sucasas]. ¿Son los escritores en otras lenguas los que deberían traducir su propia obra al inglés (o escribir directamente en inglés) y acercarse al mercado en esta lengua o son las editoriales en inglés las que deberían empezar a explorar más allá de las fronteras?
Aliette de Bodard: Idealmente debería segunda. Está cambiando poco a poco. Este año tenemos la traducción del chino de ‘The three-body problem’ [LCDE: del autor Liu Cixin, traducido por el también autor Ken Liu], una novela de ciencia ficción dura, cosa que es genial, por cierto (ríe). También se ha publicado una novela de ciencia ficción traducida del holandés. Pero la realidad sigue siendo que el coste de la traducción les preocupa, que no están acostumbrados a incluirlo en sus cálculos y para ellos lo más sencillo es que se escriba directamente en inglés. Si un escritor no escribe en inglés y quiere que alguien le traduzca, corre el riesgo de asumir los costes sin tener una editorial asegurada. Y hay otro problema, que se trata algo menos, y es el de los tipos de inglés aceptables. Los autores de Singapur o la India, aunque tienen el inglés a menudo como lengua vehicular, cuando no como lengua materna, no están siendo muy publicados. No se les está prestando la atención que deberían recibir. Es todo esto de la hegemonía cultural. Está cambiando, poco a poco, y estamos teniendo a gente como Karin Tidbeck, autores filipinos como Victor Fernando R. Ocampo o Rochita Loenen-Ruiz, de Singapur, China y mucha otra gente que está escribiendo directamente en inglés y siendo publicados. Recientemente la revista Clarkesworld ha organizado un Kickstarter para traducir obras del chino [LCDE: podéis ver el proyecto y los resultados en este enlace].
LCDE: Aquí en España, la novela histórica a menudo ha sido enfrentada contra la histórica. ¿Consideras que el ciclo de Xuya es un escenario de historia alternativa o de ciencia ficción?
Aliette de Bodard: Creo que aquí tenemos un pequeño problema de terminología (ríe). Creo que se vuelve complicado cuando tienes el tipo de ciencia ficción, por decirlo sin rodeos, que no tiene naves espaciales. Un relato ambientado en el siglo XIV sería un escenario de historia alternativa, aunque en el mercado en inglés tendería a ser publicado como ciencia ficción. La revista Asimov publicó una novela corta sobre el Imperio Inca luchando contra la viruela y no había nada que fuera especialmente de ciencia ficción en la trama, nada especialmente tecnológico, pero aunque encajaba como historia alternativa se consideró ciencia ficción. De hecho, ganó un Nebula [LCDE: si os interesa echarle un vistazo, se trata de la novela corta “The weight of the sunrise”, de Vylar Kaftan, que puede encontrarse en línea en la página de Asimov].
LCDE: Las etiquetas las deciden las editoriales.
Aliette de Bodard: Sí, si habla del Imperio Mongol en el espacio, ahí seguro que será ciencia ficción.
LCDE: En la charla de presentación, hablaste de las actitudes culturales ante la guerra (intentar evitarla a toda costa o ensalzarla como modo de mostrar valía). Parece que el arte y la literatura occidentales modernos no escapan de la influencia de conflictos como las Guerras Mundiales (aquí en España es algo bastante evidente, en especial con la Guerra Civil, que a menudo aparece en la novela histórica). ¿Cómo crees que afectaría al arte xuyano la ausencia de esos conflictos, o el cambio por otros? Al fin y al cabo, en algún relato se mencionan formas de arte diferentes, como los hologramas con sonido en “Caída de una mariposa al amanecer”. Además, los conflictos tienen un efecto en la política y en la misma manera de hacer la guerra.
Aliette de Bodard: Las guerras, especialmente las altamente tecnológicas, cuestan mucho dinero. En la Segunda Guerra Mundial, parte del dinero que se invirtió en tecnología (en cosas como cohetes) se acabó usando de nuevo para crear la tecnología que nos mandó al espacio. Es obvio que saco mucha inspiración de las guerras del s. XX. La guerra tiene un gran impacto, mayor cuanto más grande es. Es un tema muy presente en la literatura vietnamita, donde es difícil que no se trate el tema. Ahora, muy lentamente, está empezando a diversificarse y tratar otros temas. Pero, para ser justa, tampoco conozco tan bien los clásicos vietnamitas y puede que solo se estén seleccionando obras sobre la guerra porque se piensa que apelarán al público francés. Creo que en Xuya habría arte que encontraría su inspiración en otras partes. Por supuesto, algo como una guerra civil sería un tema muy atractivo. También tendrías los mismos grandes acontecimientos que serían muy importantes a la hora de formar la identidad cultural.
LCDE: ¡Gracias por tu tiempo y esperamos volverte a ver pronto!