Corría el año 2000 cuando nuestras Nintendo 64 recibieron un juego muy especial, ‘The Legend of Zelda: Majora’s Mask‘. Dicho título suponía la segunda entrega de la famosa saga en la consola de 64 bits, solo dos años después de una de las grandes obras maestras de los videojuegos: ‘Ocarina of Time’. A pesar de compartir motor gráfico, algunos personajes y entornos, y tener a ‘OoT’ como antecesor al que superar, ‘Majora’s Mask’ logró convertirse en un juego de culto, ofreciéndonos un estilo diferente al que nos tenía acostumbrados la saga. Debíamos salvar la tierra de Términa en 72 horas, si no la gran Luna se precipitaría sobre ella destruyéndolo todo.
Tras varios años de espera por parte de los fans, que pedían a gritos dicho remake, Grezzo, estudio japonés encargado de realizar ‘The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D’, ha desarrollado con dicho motor gráfico ‘The Legend of Zelda: Majora’s Mask 3D‘, adaptándolo a las funcionalidades portátiles y potencia de la consola Nintendo 3DS.
El juego tiene lugar tres meses después de lo acontecido tras los hechos ‘Ocarina of Time‘, en los que Link salvó al mundo del malvado Ganondorf. Transcurre en el mundo paralelo de Términa, con Link niño a lomos de Epona buscando a su hada Navi, para ser atacado por Skull Kid, quien tras dejar inconsciente a Link y su yegua, le roba la la ocarina del tiempo. A partir de ahí Link se embarcará en una aventura para recuperar la peligrosa máscara de majora en manos de Skull Kid y así salvar Términa de su inminente destrucción.
‘Majora’s Mask’ posee una atmósfera y un desarrollo mucho más misterioso y tenebroso que su antecesor, siendo uno de los Zelda más oscuros junto con ‘Twilight Princess’, contando con sombríos e inquietantes personajes como Skull Kid, el vendedor de máscaras o la propia Luna.
Una de las mayores novedades que incluyó el juego fue el uso de máscaras. En concreto las tres máscaras principales daban a Link la posibilidad de transformarse en tres seres de razas diferentes, Deku, Goron y Zora, los cuales le aportaban distintas habilidades para poder avanzar en su aventura, como planear, rodar o nadar. Podremos conseguir en el juego hasta 24 máscaras, cada cual más variopinta y extraña.
La otra peculiaridad del juego es tener que repetir una y otra vez el ciclo de los resultados tres días para poder terminarlo. Así, deberemos viajar atrás en el tiempo cada vez que se acabe el ciclo para poder avanzar en el juego.
Gráficamente el juego ha cambiado mucho, sentándole de maravilla el remodelado gráfico hecho desde cero que ha hecho Grezzo. Ahora los personajes tienen unos rasgos mucho más detallados y mucha más expresividad que la potencia de Nintendo 64 en la época no podía mostrar. Solo hay que ver el rostro de Link para percibir ese gran cambio. Los escenarios también ganan en detalle y riqueza. Sin embargo, los gráficos no llegan al nivel de GameCube, resultando además bastante continuista con respecto a ‘Ocarina of Time 3D’, al compartir el mismo motor gráfico visto hace ya casi 4 años.
La duración del título es inferior a ‘Ocarina of Time’ (no supera las 20 horas) porque el juego cuenta solo con cuatro mazmorras pero tenemos un montón de tareas secundarias, como ayudar a los habitantes de Ciudad Reloj o conseguir todas las máscaras y objetos del juego, que amplian mucho las horas del juego principal.
El sonido permanece fiel al del juego original, con unos temas de excelente calidad, como viene siendo habitual en la saga, como las canciones que tiene que tocar Link con la ocarina o las melodías de cada mazmorra o lugar. La banda sonora encaja a la perfección, contando con piezas más siniestras y decadentes de lo normal.
La dificultad del juego original de Nintendo 64, donde solo podíamos guardar cada vez que empezábamos de nuevo el primer día, se ha simplificado añadiendo estatuas (con forma del búho Kaepora Gaebora) donde poder guardar el juego. Dicha inclusión facilita así poder avanzar en el juego y jugar partidas más cortas, algo normal al tratarse de un juego portátil.
La jugabilidad del título es muy buena. Al igual que ‘Ocarina of Time 3D’, el juego está fantásticamente adaptado a la portátil, teniendo un magnífico control ya sea en la 3DS antigua (de un solo stick) como en la New 3DS de dos sticks. El efecto 3D está muy logrado, ofreciendo una excelente profundidad y mejorando el aspecto gráfico del juego, mientras que el control táctil ayuda a manejarse con más rapidez por los menús de la pantalla inferior o manejar armas como el tirachinas o el arco.
El precio oficial del juego es de 39’95 € (aunque puede variar dependiendo de la tienda). Cuenta también con una edición especial, que contiene un pin de la máscara de Majora, un póster reversible y una steelbook, con un precio de 59.95 €. A su vez ha sido lanzada una New Nintendo 3DS XL edición coleccionista de tirada muy limitada con el juego preinstalado y decorada con motivos del juego, a un precio de 229’95 €.
‘The Legend of Zelda: Majora’s Mask 3D‘ es uno de los mejores juegos del magnífico catálogo de la consola portátil de Nintendo. Se trata de una obra maestra que debemos tener en 3DS, hayamos jugado al juego original o no. Las excelentes mejoras y añadidos respetan y amplian la experiencia, justificando su compra con creces. Merece muchísimo la pena volver a sumergirse 15 años después en la aventura contrarreloj de Link y recordar porqué Zelda es y será siempre una leyenda de los videojuegos.
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