Hasta hace poco pensaba que el mayor ataque hacia la población civil que se dio en la Guerra Civil Española fue el bombardeo de Guernica, pero tras encontrarme con la obra de Carlos Guijarro, ‘Paseo de los Canadienses’, la verdad es que tengo serias dudas al respecto. Como se suele decir, la historia la escriben los vencedores, y es por esto que en ocasiones hay ciertos episodios bélicos que interesa ser ocultados, ya sea porque supusieron una derrota o porque demuestran lo bajo que se llegó a caer. Y pese a que en Málaga en el año 2006 se inaugurase un camino llamado ‘Paseo de los Canadienses’, pocos conocen la dura y cruenta historia que en realidad se esconde.
‘Paseo de los Canadienses’ cuenta el éxodo de 150.000 malagueños al huir de la capital rumbo a Almería por la inminente llegada del ejército nacional y los camisas negras (cuerpo paramilitar italiano). La masacre de la carretera Málaga-Almería, también conocida como “la Desbandá”, que tuvo lugar a partir del 8 de febrero de 1937, supuso la muerte de miles de civiles, sobre todo por el ataque de diversas tropas aéreas y marítimas de los mencionados bandos que usaron a los civiles como blanco de tiro. A esto se le unieron además las nefastas condiciones que tuvieron que soportar (hambre, cansancio, infecciones, etc.). Sin lugar a duda, estamos ante uno de los episodios más cruentos y atroces que se dieron en la Guerra Civil Española.
Pero como comentaba al inicio, si preguntas a alguien de fuera de Málaga sobre el suceso, pocos son los que saben de él. Es por ello que el hecho de que se recupere la memoria histórica, sobre todo en forma de cómic que hace que pueda llegar a un público más heterogéneo, es algo muy loable. Su autor indica al comienzo de la obra que la razón por la que ha elegido este medio es “porque una imagen vale más que mil palabras”, algo que podemos comprobar fervientemente en varias viñetas, donde sus ilustraciones calan rápidamente en la mente del lector.
En este caso, y a diferencia de otras novelas gráficas que narran hechos ocurridos en la Guerra Civil, Carlos Guijarro intenta seguir la estela del padre del cómic periodístico, Joe Sacco, aunque he de avisar desde ya que no se trata de este género al uso, aunque sí que guarda muchas similitudes.
Guijarro se convierte en parte de la historia, interesándose por ella en uno de sus viajes vacacionales a Málaga al ver la placa que conmemora los sucesos. Así, comienza a buscar información al respecto y da con que Norman Bethune, un reputado doctor e innovador médico canadiense al que ya conocía por su participación en la Segunda Guerra Chino-Japonesa, ayudó a cientos de personas a llegar a Almería, razón por la que se le otorga ese nombre al paseo.
Tras esto, y gracias a un amigo, consigue dar con una anciana llamada Macarena que vivió “la Desbandá”. Gracias a lo que esta le cuenta, uniéndolo a la multitud de datos que el autor va exponiendo a lo largo del relato, consigue recomponer y mostrar en forma de retrospectiva la masacre de la carretera Málaga-Almería.
El cómic se convierte así en una obra impactante que logra arrojar luz sobre este suceso. El lector, que quedará atrapado desde las primeras páginas debido a su dinamismo e interés histórico, se convierte en un espectador del crudo acontecimiento. Estamos así ante una prueba más de que el cómic se ha convertido en un medio de comunicación excelente.
Por otro lado, Carlos Guijarro no es dibujante de cómics, sino que es un licenciado en historia que además ha trabajado como documentalista, algo que se se nota de forma clara en ‘Paseo de los Canadienses’, para bien y para mal. Digo esto porque pese a que la labor de documentación sea exquisita, como demuestra la bibliografía que encontramos en la parte final, las ilustraciones no gozan de una gran calidad, aunque sí que logran lo necesario: ser entendidas desde un primer vistazo. Sería así insensato dar una mala calificación a este cómic cuando lo principal, que es su historia, goza de un sobresaliente.
‘Paseo de los Canadienses’ ha sido publicado en formato rústica por Edicions de Ponent bajo un precio recomendado de 20€. Goza de 120 páginas a color y un tamaño de 29 x 20,5 centímetros, incluyendo entre sus viñetas numerosas notas a pie de página que aportan más datos sobre lo que se está narrando. Tras haber concluido su lectura, puedo decir sin equivocarme que estoy ante uno de los cómics que más me han sorprendido en los últimos meses, tanto por su historia como por su trabajo de documentación. Solo echo de menos, aunque entiendo que será por temas concernientes a los derechos de autor, el que se hubieran incluido varias fotografías originales sobre el suceso (que sí son retratadas en forma de viñetas) en la parte final.
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[note]Tres veraneantes pasan sus vacaciones en la costa del sol. Un día, mientras caminan por un paseo que transcurre paralelo al mar, un letrero llama su atención: “Paseo de los Canadienses” ¿Por qué ese nombre? Un anciano que les observa les comenta misterioso: “todo esto es precioso , ¿verdad? Pues les diré algo, a este sitio algunos lo conocemos como la carretera de la muerte” y les señala una placa conmemorativa, fijada a la roca, dónde puede leerse “en memoria de la ayuda que el pueblo de Canadá, de la mano de Norman Bethune prestó a los malagueños fugitivos en febrero de 1937”.
Mientras se aleja les lanza un reto: “Averigüen, se sorprenderán de lo que van a encontrar. Se va a iniciar así un proceso de investigación en el que van a descubrir probablemente el mayor drama humano de toda la guerra civil: 8 de febrero de 1937, caída de Málaga, 150.000 personas huyen de la guerra en dirección a Almería , perseguidos sin descanso por tierra mar y aire, la huida dejará un balance de miles de muertos, mujeres ancianos y niños en su mayoría.
A través del testimonio de una superviviente, una niña entonces, se revivirán los sucesos de una tragedia que, a pesar de su gravedad, es ignorada por la mayoría de los españoles, y en la que se anticipan muchos de los horrores que vendrán después: el desplazamiento masivo de poblaciones, el exterminio sin reglas del enemigo, la utilización del terror indiscriminado sobre la población civil como arma de guerra y, finalmente, el genocidio. El comic nos recuerda que reconocer la injusticia cometida, es empezar a reparar el daño causado, algo que nunca lograran quienes creen que pasar página consiste en arrancarla del libro.[/note]