A lo largo del año 1998, los guionistas Brett Lewis y R. A. Jones, junto al dibujante Michael Avon Oeming, llevaron a cabo una historia, dividida en tres cómics, titulada ‘Bulletproof monk‘ (aunque en España decidieron traducirlo sólo como ‘El monje‘, mientras que en los países latinos se dio a conocer como ‘El guardián‘ o ‘El protector‘). Como se puede comprobar en la portada reproducida en la foto de abajo, la publicación llevada a cabo por la editorial Image Comics recopila en un único tomo de 80 páginas el relato que inspiró la película homónima (que fue rodada cinco años después), motivo por el cual el tebeo va precedido por un prólogo escrito por John Woo (que, en esta ocasión, abandonó su habitual trabajo como director para ejercer de productor del film).
No obstante, el título y los nombres de los protagonistas son prácticamente las única cosas que la película y el cómic tienen en común, ya que la adaptación cinematográfica se permite tantas licencias argumentales que, si se lee el tomo después de haber visto el film, el lector probablemente quedará desencantado, ya que el largometraje está mucho mejor construido y su trama se sigue con mayor facilidad que en las viñetas.
La película, de 103 minutos de duración, está dirigida por Paul Hunter y protagonizada por Chow Yun-Fat, que interpreta al misterioso monje, cuyo nombre no llegan a decir en ningún momento. Junto a él encontramos a Seann William Scott, que encarna el carterista conocido como Kar; a Jaime King, que da vida a la enigmática Jade y a Karel Roden, en el papel del siniestro nazi Strucker (que a todos los fans de Marvel les recordará al villano homónimo y de idénticas ideologías, que tiene a Nick Furia como uno de sus principales enemigos).
La historia comienza en 1943, cuando un monje tibetano, después de pasar sesenta años custodiando un pergamino sagrado, se jubila y delega el sagrado deber a un sucesor que, además de haber cumplido las tres reglas de una antigua profecía (derrotar a una horda de enemigos mientras las grullas volaban en círculos, luchar por amor en el palacio de jade y liberar a hermanos que no conocía como si fueran su familia), ha renunciado a su nombre. Ser el encargado de custodiar el pergamino concede dos dones, que consisten en no envejecer durante los sesenta años que dura la posesión del manuscrito y ser dotado de una increíble invulnerabilidad frente a todo tipo de heridas. El soldado nazi Strucker, que conoce los poderes del manuscrito y se encuentra motivado por el deseo de vencer al paso de los años, quiere hacerse con el pergamino por todos los medios posibles. Seis décadas después, el portador de la sagrada escritura debe encontrar a la persona que cumplirá con la profecía y se convertirá en su sucesor. Sin embargo, el monje no sale de su asombro al comprobar que la persona idónea es un carterista que responde al nombre de Kar, quien, a partir de ese instante, para ser digno de proteger el pergamino y lograr desarrollar todo su potencial, debe aprender a escuchar y poner en práctica un torrente de consejos tales como:
Conocer a los otros es de sabios, conocerse a uno mismo es de iluminados
No luches para conocer al enemigo, lucha para conocerte a ti mismo
Además, también ha de resolver el siguiente enigma:
¿Por qué las salchichas van en paquetes de diez y los panecillo sólo en paquetes de ocho?
Sin embargo, ¿bastará una sola persona para llevar a cabo la importante tarea de proteger el manuscrito? ¿Qué papel juega la misteriosa Jade en todo este asunto? Y lo mas importante, ¿lograrán Strucker y sus hombres frustar los planes de los protagonistas? La respuesta a esta y otras preguntas se encuentran en el interior de este apasionante film.
La película, además de sorprendernos con inteligentes giros argumentales y una inesperada revelación sobre el contenido del pergamino, mezcla tres géneros cinematográficos: aventuras, comedia y artes marciales, lo cual es bastante lógico si tenemos en cuenta que el dúo protagonista esta compuesto por un actor que es experto en lucha oriental y por otro que está acostumbrado a hacer reír al público en sus hilarantes films. El resultado es una entretenida y divertida película que, además de mantener al espectador pegado al asiento durante todo el metraje, nos deja una curiosa reflexión final, a modo de resolución del enigma:
La vida no siempre sale como quieres, así que sé feliz con lo que tienes. Siempre tendrás un perrito caliente.
En resumen, este film no gustará a aquellos que busquen un producto que siga a rajatabla las leyes de la lógica. No obstante, si quieres pasar un buen rato y permitir que tu mente, por un momento, acepte como posibles algunos hechos que superan los límites de la realidad (como poder ejercer tu propio dominio sobre la ley de la gravedad), esta es tu película.
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