La revisión de los cuentos de hadas no es un fenómeno nuevo. Lo llevamos viendo en las antologías de gran popularidad (como ‘La cámara sangrienta’ de la dama del neo-gótico Angela Carter), las versiones modernizadas (como la versión ochentera de “La bella y la bestia” que George R.R. Martin guionizó) y los acercamientos meta a los cuentos (en cómics como ‘Fábulas’ o ‘Fairy Quest’ o series de televisión como ‘Érase una vez’). Pero cuando hablamos de Neil Gaiman, una de las voces más influyentes del fantástico actual y un autor capaz de mover masas, hablamos de alguien que lleva años subvirtiendo el folclore popular, la mitología y los cuentos de hadas.
Como ya os anunciamos, Salamandra ha editado ‘La joven durmiente y el huso’, un relato de Neil Gaiman que apareció originalmente en la antología ‘Rag & Bones: new twists on timeless tales’ editada por Melissa Marr y Tim Pratt. Posteriormente, fue incluido en ‘The Best Science Fiction and Fantasy of the Year Volume Eight’, antología editada por Jonathan Strahan y ganador al Locus en categoría de novelette. Teniendo en cuenta el tirón del autor y el éxito del relato, no es de sorprender que ahora podamos disfrutar de esta versión ilustrada por Chris Riddell, que colabora por segunda vez con el autor británico (la primera vez fue ilustrando ‘El libro del cementerio’, en 2008).
En este relato, Gaiman da una nueva vuelta a la tuerca a la historia de “La bella durmiente”, dotando de capacidad de actuación y espíritu heroico a uno de los personajes más pusilánimes de los cuentos populares (una princesa maldita, condenada a ser un objeto pasivo y ser salvada por otra gente). Como ya hizo con el relato “Nieve, cristal y manzanas” de la antología ‘Humo y espejos’, que relataba el cuento de Blancanieves a través de los ojos de la Madrastra, sin escatimar detalles escabrosos, erotismo y terror, en este relato Gaiman entrecruza historias, cambia papeles y hace bruscos giros argumentales, convirtiendo el conocido cuento en una aventura nueva. Si bien ‘La joven durmiente y el huso’ tiene un tono más ligero que “Nieve, cristal y manzanas” (incluso el público infantil podría disfrutar de la historia), los elementos oscuros siguen estando muy presentes en la historia. No es que el resultado sea tremendamente original (Gaiman siempre sabe jugar bien sus cartas, pero el material a veces es limitado), pero sí que ofrece una historia completa y llena de matices y un mensaje (“Siempre se puede elegir”) de gran valor.
El libro está suntuosamente ilustrado por Chris Riddell, no hay página que no contenga algún detalle con los motivos de las rosas silvestres, el huso y las telarañas. Es un libro ilustrado de los que sacan el máximo partido al formato. En el estilo de Riddell hay cierto espíritu de clásico renovado: los recargadísimos pero interesantes dibujos a tinta parecen grabados clásicos a lo Doré, los detalles en un color dorado convenientemente metalizado recuerdan al pan de oro y las letras capitales están ilustradas como en los manuscritos medievales. No se escatima en detalles (las guardas del tomo muestran un paisaje de bosque fantástico, los números de las páginas tienen pequeñas telarañas y otros motivos) y la sobrecubierta (transparente, pero con rosales silvestres y el título en negro) deja entrever la portada de debajo con la princesa dormida.
Salamandra acierta con una edición de lujo para una colaboración de lujo: cartoné con sobrecubierta plastificada semitransparente que protegen las 72 páginas. La traductora es Mónica Faerna García-Bermejo, que también ha traducido ‘El libro del cementerio’. ‘La joven durmiente y el huso’ cuesta 18 euros, pero una edición así de cuidada los vale.
‘La joven durmiente y el huso’ es una revisión imaginativa y con un punto provocativo de un cuento tirando a soso. El resultado gustará por igual a los aficionados de Gaiman, a los enamorados de los cuentos y a los que disfrutan con las princesas (¡o reinas!) guerreras.
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Era una de esas brujas de los bosques, condenada a la marginación mil años atrás, una mala persona. Maldijo a la pequeña el día que nació, para que, cuando la joven cumpliera dieciocho años, al pincharla con un huso en el dedo se durmiera para siempre.
A vuelo de pájaro, era el reino más cercano al de la reina, pero ni siquiera los pájaros volaban sobre él.
Esta historia tal vez os resulte familiar: hay una joven reina a punto de casarse. Hay algunos enanos buenos, fuertes y valientes; hay un castillo rodeado de una maraña de espinos; y hay una princesa a la que, según se rumorea, una bruja condenó al sueño eterno.
Pero aquí nadie espera que aparezca un noble príncipe montado en su fiel corcel y dispuesto a arreglar las cosas. Si una joven reina quiere demostrarse a sí misma que puede ser una heroína, rescatar a una princesa es una ocasión perfecta…
Este cuento de hadas está urdido con un hilo de magia negra que gira sinuosamente, arrojando apasionantes brillos y reflejos que sorprenderán a lectores de todas las edades.[/note]
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