El 19 de marzo concluían las fiestas más importantes de la ciudad de Valencia y candidatas a patrimonio inmaterial de la Humanidad. A lo largo y ancho de la ciudad se sitúan las casi 800 Fallas a pie de calle, monumentos de madera que han ido perfeccionando la técnica en sus años de historia y evolucionando de meros trastos viejos a majestuosas esculturas, donde la sátira y la crítica toman forma hasta el día de la cremà.
Aunque la tradición de esta fiesta es difícil de entender, las Fallas nacen para arder el día de San José, patrón de los carpinteros. Su origen exacto es incierto, pero todo apunta a que los carpinteros sacaban a la calle los trastos viejos, a lo que se sumaban los vecinos, y hacían una hoguera con todo lo inservible o negativo para cada uno, prendiéndole fuego en el solsticio de primavera. Con la perfección de esta técnica, estas reuniones improvisadas se convirtieron en Fallas (cuyo nombre corresponde con la calle en la que estén situadas) y los trastos viejos en figuras (conocidas como ninots), por lo general críticas del panorama social. Entre todas ellas se establecen competiciones para determinar cuál es la mejor de cada sección.
En La Casa de EL nos dimos un paseo a lo largo de los cuatro días oficiales de la Fiesta – La semana fallera que va del 15 al 19 de marzo – para ofreceros los ninots con la temática de esta Casa, aunque algunos de ellos resultaran un poco perjudicados por las lluvias y fuertes vientos.
