Amigos lectores: Quisiera presentarles hoy (a través de Signo Editores), a un amigo muy querido para mí, que hace muchos, muchísimos años que conozco… ¡Más de cincuenta años, fíjense! Lo más curioso es que no es un viejo carcamal, ¡qué va…! Está más pimpante que una rosa y ni siquiera matándole (‘El último combate‘) deja de resucitar. Al principio de nuestra amistad yo supuse que nuestra relación sería una cosa efímera, pasajera, como ocurre muchas veces. De hecho, como me ha pasado a mí mismo. ¡Pero no ha sido así! ¿Por qué…? Me lo he preguntado a menudo y nunca he encontrado la respuesta. Y lo más curioso es que eso no pasa sólo conmigo sino también con mucha gente. Es como aquel perseverante personaje de las mil y una noches quien, con la excusa de que es viejo, se encarama a la espalda de otro que, por más que lo intente, no se lo puede quitar de encima. ¿Saben de quién hablo? Pues de El Capitán Trueno. Fíjense: han pasado más de CINCUENTA años, y todavía estoy hablando de él.
Estas palabras firmadas por el guionista Víctor Mora sirven de prólogo al primer volumen de ‘El Capitán Trueno‘, en el que se recogen las cincuenta primeras historias que se publicaron sobre el personaje en la colección Dan, a partir de 1956, la cual se editaba en cuadernillos apaisados de doce páginas y con salida semanal, al precio de 1,25 pesetas. Así, la primera aventura del tomo es ‘¡A sangre y fuego!‘, mientras que en último lugar nos encontramos con ‘El cementerio flotante‘.
La historia comienza cuando el Capitán Trueno, tras derrotar en un duelo al rey Ricardo de Inglaterra, decide aliarse con el monarca para someter a los moros palestinos, que se niegan a rendirse. A partir de ese momento, acompañado por sus amigos Goliath y Crispín, el protagonista vive una serie de apasionantes aventuras, tales como devolver un cáliz robado a sus legítimos propietarios o enfrentarse a un poderoso dragón de tres cabezas. Mientras va realizando sus hazañas, el Capitán Trueno se cruza con gran cantidad de mujeres que juegan importantes papeles en su vida, aunque sólo la bella Sigrid (supuesta hija del pirata vikingo Ragnar de Logbrodt), que todos sabemos que acabará por convertirse en su pareja, ocupa el corazón del héroe. Por su parte, Goliath sólo piensa en comer, mientras que Crispín sueña con llegar a convertirse en caballero algún día, misión que finalmente consigue de la manera más inesperada.
Para lograr mantener el interés del lector durante toda la colección, la mayoría de las aventuras acaban en un punto crucial, lo que obligaba al fan de la época a comprarse el siguiente número, si quería saber cómo acababa la historia.
Como complementos, el volumen cuenta con una sobrecubierta con doble solapa, un folleto suelto y dos artículos escritos por Antoni Giral, cuyo contenido paso a detallar a continuación:
– ‘Adalid de los débiles y oprimidos‘, que se encuentra al principio del tomo, nos relata los orígenes creativos del personaje, además de ahondar en su biografía. Así, descubrimos datos tan interesantes como que su nombre es Guillerm (o Hug, según las fuentes), que es hijo de un conde gironés, que nació en 1162 y que, al rechazar la sociedad en la que le ha tocado vivir, prefiere salir a vivir aventuras e impartir justicia, acompañado de su buen amigo Goliath. También se nos relata el origen de Crispín, que es el hijo de una viuda de Normandía, cuyo marido era un viejo amigo de la familia del Capitán Trueno. En su lecho de muerte, la mujer les confía a Goliath y a Guillerm la custodia de su hijo.
– ‘Cambios en el elenco artístico‘: El segundo artículo se encuentra entre las aventuras 35 y 36 del tomo y nos explica que el escritor Ricardo Acedo tuvo que ocuparse de los guiones de la colección entre los números 26 y 45, ya que Víctor Mora se encontraba preso por motivos políticos. Por su parte, Ambrós, apurado por no llegar a cumplir los plazos de entrega, contó con la ayuda del artista Beaumont quien, tras demostrar su talento al entintar el cuaderno 36, se ocupó de esta tarea desde el número 38 al 45, para acabar por reemplazar al dibujante entre el 46 y el 51. Afortunadamente, al no conllevar estos cambios una bajada de calidad en las historias, el público no notó la diferencia.
El volumen cumple con la tarea de ofrecer una fiel reproducción de la edición de la colección original (inclusive la publicidad de la época y el característico tinte de tono azulado de las últimas viñetas de cada aventura). Por desgracia, eso también tiene su parte negativa, ya que, al estar editado en blanco y negro y contar con dos paginas del cuaderno apaisado por cada cara del tomo, el resultado final se presenta un tanto sobrecargado y su lectura puede resultar algo densa.
Otro punto negativo a tener en cuenta es el formato de los volúmenes que, debido a su gran tamaño, son algo incómodos de manejar. No obstante, el fabuloso tándem creativo formado por Víctor Mora y Ambrós logra que las aventuras del Capitán Trueno sean tan divertidas e interesantes como para perdonar estos detalles.
Este tomo está editado en formato de lujo, con tapa dura, en blanco y negro (aunque incluye el color en las portadas interiores y en las imágenes integradas en los artículos), con un tamaño de 31×25 centímetros y con un total de 320 páginas. La colección al completo está a la venta por 1350 euros.
Víctor Mora, nacido en Barcelona, en 1931, logró la fama con exitosos cuadernos, tales como ‘El Capitán Trueno‘ (con los dibujos de Ambrós) y ‘El Jabato’ (con Francisco Darnís en la labor artística), ambas en 1956. También creó varios personajes para la Editorial Bruguera, entre los que podemos destacar ‘El sheriff King’ y ‘El Corsario de Hierro’. Es el autor literario de personajes que han traspasado nuestra frontera, como es el caso de ‘Sunday’ (junto a Víctor de la Fuente, en 1968) o ‘Dani Futuro’ (con Carlos Giménez, en 1969). Como novelista, tratando temas de reminiscencia social y política, ha escrito obras como ‘Els plàtans de Barcelona’ (en 1966), ‘Paris Flash-Back’ (en 1968) o ‘El tramvía blau’ (1984).
Miguel Ambrosio, más conocido como Ambrós, (nacido en Albuixech, municipio valenciano, en 1912, y fallecido en Barcelona, en 1992) comenzó a demostrar su valía como dibujante en 1947, gracias al cuaderno de ‘El Jinete Fantasma’ (escrito por Federico Amorós). Dado su estilo dinámico, limpio y bien dotado para las escenas de acción, en 1956 fue considerado la elección perfecta para encargarse de dibujar ‘El Capitán Trueno‘. En 1964, cuando llevaba cuatro años apartado de las viñetas, decidió regresar y colaborar con editoriales como Bruguera o Valenciana. En 197o, volvió a trabajar con Víctor Mora como dibujante de ‘El Corsario de Hierro’, aventuras que podían leerse en el semanario ‘Mortadelo’.
[review]
[note] El Capitán Trueno, adalid de la justicia, liberador del yugo de quienes profesan la esclavitud y desinteresado caballero andante, es uno de los personajes más populares de la historieta española.
Concebido por Víctor Mora y Ambrós en 1956, sus aventuras fueron publicadas ininterrumpidamente hasta 1968, para ser retomadas posteriormente y continuadas hoy en día, cuando el personaje permanece vivo en manos de otros autores y se ha convertido en protagonista de un largometraje.
Esta exclusiva colección, recoge una selección de sus mejores historietas, publicadas por vez primera en estricto orden cronológico de aparición. Escritas por Víctor Mora, aparecieron tanto en el cuaderno ‘El Capitán Trueno‘ como en la revista ‘El Capitán Trueno Extra‘, así como en otros títulos. Entre ellas, destaca la presencia de todas las entregas dibujadas por Ambrós, su creador gráfico, así como diversas aventuras ilustradas por, entre otros, Ángel Pardo y Fuentes Man. [/note]