Aprovechando el anuncio de que Frederik Peeters estará presente en el próximo Salón del Manga de Barcelona, considero que es oportuno rescatar del armario una de sus mejores obras autoconclusivas, ‘Paquidermo‘, un cómic de gran carga simbólica y onírica. Lo cierto es que después de haber leído Lupus, Aama y Píldoras Azules tuve curiosidad por el resto de obras del autor publicadas en España y cuando leí ‘Paquidermo’ supe que había dado con una joya. Publicada originalmente en España por Astiberri en 2009, ‘Paquidermo’ es un cómic corto editado en gran formato y tapa duras, al estilo BD, y está ambientado en Suiza a principios de la década de los 50. Carice Sorel se encuentra en un atasco de tráfico de camino al hospital y empieza a andar entre los coches hacia delante. Al principio de la cola, un elefante muerto en el asfalto es la causa del atasco. Un policía que está controlando la situación informa a la mujer que en veinte minutos a través del bosque se llega al hospital. Ella no se lo piensa y se va.
Solo con estas tres primeras páginas ya entrevemos que estamos ante un cuento atípico. Empezamos en una situación inexplicada, con un objetivo claro y a la vez difuso: llegar al hospital. Peeters ya ha puesto en marcha un modo de contarnos las cosas que resulta confusa y a la vez atrayente. Hay cortes a escenas que no sabemos si son del pasado o del futuro, de las que apenas sacamos información más allá de difusas sensaciones. Esto, mezclado con las situaciones cada vez más surrealistas y cargadas de simbolismo que iremos viendo a medida que avanzamos, me ha recordado a la manera de narrar de David Lynch, por ejemplo. La manera de centrar los planos, la atmósfera irreal que crea, los pequeños elementos alegóricos que florecen aquí y allá, todo contribuye a crear una narración de rompecabezas, que necesita de la complicidad del lector para funcionar.
A nivel artístico, ‘Paquidermo’ es una de las obras culmen de Frederik Peeters. Impresionan el nivel de detalle de muchos de los escenarios, con enorme nivel de ornamentación y detalle, los juegos de luces y sombras o la multitud de elementos surrealistas que incluye en sus páginas. A esto hay que sumarle algo en lo que Peeters lleva siendo un maestro desde que empezó: la enorme expresividad ya no solo de las caras, también de los gestos, de las posturas de los personajes. En una obra de tal sutileza, es especialmente importante que podamos entender la narrativa a través de cambios mínimos en la expresión de las caras. Y luego está el color, vivo y brillante, que juega un papel fundamental en los juegos de luces y la ambientación en general.
La edición de Astiberri de ‘Paquidermo’ está al nivel de una obra de esta categoría. La que tengo en mis manos, la primera edición de 2009, tiene un total de 88 páginas a color por 19 €. Es un precio un tanto elevado, pero es una edición muy cuidada en tapa dura, con una maquetación muy buena y una traducción (de Ana Sánchez Rodríguez) excelente.
En definitiva, ‘Paquidermo’ es una obra autoconclusiva brillante de Frederik Peeters, hecha con un cuidado y un saber hacer raros hoy en día. El autor es un maestro de contar historias y nos deja una, magnífica, para nuestra interpretación. ‘Paquidermo’ es absolutamente imprescindible para los fans de Peeters y una gran puerta de entrada, corta pero intensa, para aquellos que quieran conocer a uno de los mejores autores de cómic de los últimos años.
Otras obras de Frederik Peeters reseñadas en LCDE:
- ‘Koma‘, con Pierre Wazem.
- ‘Lupus‘.
- ‘Píldoras Azules‘.
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Suiza, años 50. Una mujer cuyo marido ha sufrido un accidente de automóvil se dirige al hospital en el que ha sido ingresado, pero un elefante caído sobre la calzada impide la circulación. La mujer abandona su coche y trata de llegar al hospital monte a través. Ya en el hospital, se encontrará con personajes tan insólitos como un grotesco espía que le habla de la guerra fría o un seductor cirujano mezclado en un extraño asunto de espionaje. La realidad se confunde con lo onírico en una espiral vertiginosa que cambiará radicalmente la vida de la protagonista.
Frederik Peeters, autor de Lupus y Píldoras azules, nos conduce por un laberinto fascinante en el que el entorno parece modificarse al hilo de los pensamientos de los personajes, como en una gran pantalla en la que proyectan sus miedos, sus secretos y sus pensamientos más íntimos.
“En este libro nada es lo que parece de entrada, como en los buenos relatos de espías; nada está decidido de antemano, como en los buenos dramas de maduración personal: nada es sencillo o previsible, en definitiva, como en las buenas historias.”
Juan Manuel Díaz De Guereñu. El Correo
“Obra inusual de Frederick Peeters, tan compleja como estimulante.”
Yexus. El Diario Montañés [/note]