Por regla general todos los juegos provenientes de franquicias cinematográficas o televisivas suelen tener una calidad bastante mediocre. Pocos hay que merezcan la pena, y menos que puedan ser considerados buenos juegos. Pero a veces, ocurren milagros y ‘Spartacus: Un juego de sangre y traición’ es uno de ellos. De hecho se ha convertido en uno de los juegos de mesa que más han llamado la atención en los últimos años.
‘Spartacus: Un juego de sangre y traición’ nos da la posibilidad de convertirnos en un “Dominus” de Capua y como cabe esperar, las traiciones, las apuestas y la sangre en la arena serán una constante a lo largo de los turnos que necesitemos para llegar a los 12 puntos de influencia, momento en el que se terminará el juego.
Pese a que sus nóveles creadores no tuvieran un gran bagaje, razón de más por la que muchos vaticinaban un juego mediocre, su motivación e interés por llevar a la mesa el espíritu de la Roma del siglo I a.C., ha hecho de ‘Spartacus: Un juego de sangre y traición’ un juego que aúna perfectamente una gran cantidad de estilos.
Los turnos se dividen en cuatro fases: la primera es la de mantenimiento, donde curamos heridas, cobramos oro por nuestros esclavos y pagamos por mantener a nuestros gladiadores; la segunda es la fase de intriga, momento en el que el juego adquiere un cariz traicionero, ya que podemos aliarnos con otras casas para lograr un beneficio mutuo o traicionarlas, además de conspirar contra el resto de jugadores; la tercera fase es la de mercado y en ella, además de vender lo que no queremos, pujaremos por adquirir nuevas cartas (esclavos, gladiadores o armas) y por postularnos como anfitriones de los próximos juegos, y finalmente, tenemos la fase de arena, donde tras ser invitados por el anfitrión, lucharemos con la miniatura de alguno de nuestros gladiadores para lograr ser proclamados vencedores.
Como podéis ver, cada fase tiene un estilo muy diferenciado del resto. La fase de intriga aboga por la estrategia pura, permitiéndonos guardar cartas para próximos turnos o usarlas directamente para contrarrestar los efectos de las conspiraciones de otros jugadores, incluso aunque estas no vayan hacia nosotros. De hecho, aquí podemos exigir algún que otro favor futuro o alguna moneda de oro por nuestros servicios.
La fase de mercado en cambio tiene implementado un sistema de subasta donde los jugadores ocultan sus monedas y van apostando sobre el escenario con sus puños cerrados. Además, no sabremos (a menos que tengamos alguna carta que nos lo permita) qué va a ser lo siguiente que se subaste, por lo que tenemos que ir controlando nuestra reserva de oro en todo momento. Tras esto, todos los jugadores pujarán por ser el anfitrión de los siguientes juegos, ya que además de lograr un punto de influencia, podremos decidir a quién invitamos a ellos, pudiendo estos declinar la invitación (perdiendo un punto de influencia), aceptarla o pagarnos algo para que nos decantemos por unos u otros.
La última fase en cambio es la que contiene más acción. Los dos invitados tienen que coger su miniatura y carta de gladiador, además de los objetos y armas que acompañen a este, y luchar en la arena mediante un sistema de dados muy similar al del clásico ‘Risk’. Y si bien esta parte podría suponer el aburrimiento del resto de jugadores, la incorporación de un sistema de apuestas hace que todo el mundo preste atención al combate. La vida del gladiador perdedor, de no haber muerto decapitado, dependerá de la benevolencia del anfitrión de los juegos, quien decidirá si perdonarle la vida o no mediante el clásico gesto de “pulgar arriba o pulgar abajo”.
Todo esto se adereza con la fase de mantenimiento, para la que tenemos que llevar un continuo control de nuestro oro, ya que de no tenerlo, tendremos que liberar a los gladiadores por los que no podamos pagar.
‘Spartacus: Un juego de sangre y traición’ se postula así como uno de los juegos de mesa más variados del mercado actual, ya que como habéis podido ver, sus diferentes fases y estilos de juego le confieren un gran dinamismo.
El juego está pensado para que pueda ser jugado por todo tipo de personas, desde nóveles en el mundo de los juegos de mesa hasta veteranos, ya que sus sencillas reglas hacen que sea apto para todo tipo de público. Pese a ello, no debemos olvidar que se basa en una serie destinada al público adulto, razón por la que la edad recomendada es a partir de 17 años.
Como parte “negativa” encontramos su mala traducción, que genera alguna que otra ambigüedad, además de varias erratas o faltas de ortografía, que aunque no son muchas (en torno a 6 u 8), desmerecen un poco la buena calidad del resto del juego. Esto no es achacable a Devir, sino a sus editores, GaleForce Nine, quienes por raro que parezca, han sido los que han editado el juego, además de en otros idiomas, en castellano, algo muy loable en los tiempos actuales. De hecho su buen hacer hizo que les permitieran lanzar tiempo después el juego de mesa de la serie ‘Firefly’.
Devir es la actual encargada de distribuir en España ‘Spartacus: Un juego de sangre y traición’ junto a su primera expansión, ‘Las serpientes y el lobo’, que le otorgan al juego nuevas cartas y la posibilidad de incrementar el número de jugadores hasta 6, hecho que la convierte en una expansión indispensable.
‘Spartacus: Un juego de sangre y traición’ permite además variar su duración de juego (dependiendo del nivel de influencia en el que se comience) pasando así de 1h a 3h. Incluye 1 tablero de juego que evoca la arena de un circo, 4 cartas de casa (Batiatus, Solonius, Glaber y Tullius), 62 cartas de mercado, 104 cartas de intriga, 148 marcadores, 26 dados, 4 figuras de gladiadores y 1 reglamento por un precio recomendado de 39,95€.
[review]
[note]En Spartacus, cada jugador intenta convertir su casa de gladiadores en la más influyente de Capua. Durante la partida, los jugadores sobornarán, envenenarán, traicionarán, robarán y se chantajearán los unos a otros para conseguir sus objetivos. El oro cambiará de manos una y otra vez para asegurarse apoyos o influir en decisiones.
¿Serás el jugador honorable cuya palabra es ley o el traicionero taimado cuyas alianzas cambian con el viento?[/note]