Me imagino al bueno de John Byrne a principios de los 90, tachando cosas de la lista de “cosas que hacer para molar más que nadie”. Hacer leyenda junto a Claremont en la etapa más recordad de los X-Men, hecho. Conseguir que los 4F volviesen a ser un cómic de referencia gracias a la revisión del concepto clásico de Lee y Kirby, tachado. Convencer a Marvel para sacar adelante un proyecto muy loco de superhéroes canadienses, llamarlo Alpha Flight y que funcione a todos los niveles, otra cosa más. Largarse a la Distinguida Competencia para ponerse al frente de un personaje tan mítico como Superman, en otra estancia llena de aplausos de crítica y público que puso al kryptoniano de nuevo a la altura de su leyenda, otro tachón, colega.
A esas alturas, Byrne era un mito, el tipo que había salido airoso al frente de los títulos más potentes del mercado USA, con su nombre escrito en letras de oro en la historia del medio. Toca mojarse, y admito que es, junto con Alan Davis, mi dibujante favorito de su generación (y hablamos de una hornada de dibujantes a cada cual mejor). La cuestión es que Byrne no destacó únicamente en su labor a los lápices, ya que también se consiguió sus galones en la faceta literaria de sus obras. Hablamos de uno de los artistas completos más importantes de la historia del cómic.
¿Qué le quedaba por hacer a esas alturas de película? Pues mandar a todo el mundo a hacer gárgaras y montarse su propio chiringuito, básicamente.
A principios de los años 90 se gestaba una de las revoluciones internas más sonadas en las eternas disputas entre autores y editoriales. Mucho se ha escrito sobra las draconianas condiciones que las grandes imponían a sus artistas. Grandes artífices del éxito de estas marcas, apenas percibían beneficios por sus creaciones, que generaban millones de dólares en conceptos como merchandising. Una generación de jóvenes estrellas pusieron las cartas sobre la mesa, y desafiaron a los directivos en una batalla que se saldó con la espantada de gran parte de las firmas más conocidas de la época para fundar su propio sello. Sobre todo, es un caso que se notó de manera especial en Marvel que arrastró la fama de corporación siniestra y manipuladora a lo largo de todos la década (haciendo muchos esfuerzos para que ese sentimiento general no cambiase ni un ápice), absorbidos por la crisis creativa y económica que definía aquellos aciagos años de La Casa de las Ideas.
El salto a pastos más verdes no fue un caso único de esa generación de jóvenes peleones que querían su parte del pastel. Algunos de los nombres legendarios de la industria llegaron a las mismas conclusiones que sus pupilos, por lo que pusieron rumbo a lo desconocido. Había vida más allá de Marvel y DC, así que tres de los grandes hicieron las maletas rumbo a Dark Horse, donde encontrarían un apraíso de libertad creativa y reparto equitativo de beneficios. Nada más y nada menos que Mike Mignola, Frank Miller y nuestro protagonista de hoy, John Byrne, anclaron en la eterna tercera en discordia para fundar el sello Legend, donde crearían tres obras maestras absolutas del noveno. Atentos a la jugada: Hell Boy, Sin City y los Next Men. Ese día, los señores de Dark Horse brindaron con vino del caro, seguro.
¿Qué ofrece Byrne en este primer contacto con las independientes? Pues una historia de mutantes perseguidos por un mundo que los odia y los teme. ¿Cómo? ¿Que eso os suena de antes? Pues claro, porque Byrne se mueve como pez en el agua en el terreno que conoce a la perfección, pero eso no significa que no se arriesgue y abandone la zona de confort. Porque, aunque reconocemos esos lugares comunes, Next Men es lo bastante rupturista como para que el mundo creado por el veterano autor nos resulte novedoso y excitante.
La historia de la edición de Next Men es un tanto peliaguda, ya que el bueno de Byrne se tomó un tiempo de descanso antes de finalizar la serie, justo después del número 30. Nada, un ratito que duró la friolera de 15 años. En 2010, el autor volvió con sus retoños con la intención de cerrar la colección, y ha sido hace unos meses cuando por fin hemos visto publicado todo el trabajo de Byrne al frente de esta colección, en 4 tomos editados por Norma Editorial.
En este primer tomo , empezamos fuerte y nos trasladamos al futuro, al año 2112. Aparentemente, esta historia poco o nada tiene que ver con lo que leeremos en el resto del material que recoge el álbum, pero si leemos con atención, comprenderemos que los hechos que se narran son de vital importancia. En 2112, Byrne dibuja un futuro de reflejos brillantes, tecnología punta y perfección social. Como en todas estas utopías tambaleantes, este futuro tiene sus propias sombras, encarnadas en un enemigo que responde al poco sutil nombre de Satanás. Líder de un ejército de anomalías genéticas, ha encontrado en la raza humana su enemigo natural. Pero detrás de esa batalla interminable, hay muchos matices de gris que el agente Tannen está dispuesto a esclarecer. Por lo que deducimos, los hechos ocurridos en el pasado son el sombrío origen de una conspiración que dura décadas, originados en la aparición del grupo conocido como Next Men…
Lo que nos traslada al presente, un mundo de secretos, conspiraciones, corrupción e intereses políticos. En las sombras del gobierno estadounidense, a varios niveles por encima del presidente, se gesta la revolución genética que dotará al ejército de auténticos superhombres que velarán por la supremacla americana en el mundo. Por supuesto, los responsables del proyecto son una pandilla de fascistas con muchas ganas de diseñar el mundo a su imagen, dispuestos a cualquier cosa con tal de que sus sueños de poder enfermizo se hagan realidad.
Todo se complica el día que las instalaciones que tan discretamente han ocultado la conspiración al resto del mundo reciben la visita de una agente del gobierno, dispuesta a dar luz a las investigaciones. La agente Antonia Murcheson descubre la realidad del en apariencia inofensivo proyecto. Cuatro jóvenes han sido modificados genéticamente, dotados de poderes sobrehumanos, y criados en un entorno virtual llamado El Invernadero. No han tenido ningún contacto con el exterior, y apenas tienen conocimientos sobre sus habilidades. Una mezcla fatal de ingenuidad y poder destructivo, que pone en peligro a sus creadores y a aquellos que pretenden ayudarlos.
En estos primeros pases de colección, Byrne se centra en la presentación de personajes y la definición de sus diferentes caracteres. La gran habilidad de Byrne ha sido siempre la construcción de personajes humanos, falibles y llenos de dudas y contradicciones. El contraste entre el mundo real y la apabullante novedad que resulta para estos jóvenes es la principal causa de conflicto, pero, por supuesto, hay mucho más tras bambalinas. Estos Next Men son el producto de años de investigaciones ilegales, y, por supuesto, hay alguien que mueve los hilos en la sombra. Los juegos de poder son esenciales para comprender el entramado de esta colección, que ofrece al lector un conocimiento que los personajes no tienen, atrapados en su propia ignorancia.
Los propios Next Men son otra de las incógnitas que presenta Byrne, incluso por encima de su origen. Los protagonistas no son héroes, son víctimas de manejos muy por encima de ellos. Aunque tenemos líneas definidas entre el bien y el mal en este cómic, la propia esencia de estos humanos modificados está por ver en el desarrollo de la serie, puesto que no sienten ningún apego por el mundo al que han sido expulsados, e incluso lo ven con temor y desconfianza.
Byrne ofrece un espectáculo de acción trepidante, pero siempre bajo sus propios parámetros, en los que se da tanta importancia a lo que se cuenta como al modo de contarlo. Plantea un ejercicio parecido al que desarrolló en Alpha Flight, una espectacular historia río en la que se nota que el autor canadiense sabe hacia donde dirige su historia y a sus personajes, moldea a los secundarios que dan forma a las subtramas e incluso conecta varias líneas temporales que da sentido a la apuesta narrativa de Byrne. Next Men se transforma en la enésima lección de narrativa perpetrada por un autor que a esas alturas era perro viejo, y que continuaba con su afán por el estudio del concepto de superhéroe fuera los parámetros y clichés de Marvel o DC. Se suelta la melena, y escribe la historia que quería contar, con toda su crudeza y ambigüedad perfectamente medida. Los personajes no son puros, todos esconden secretos, y puede que incluso los Next Men se sitúen en el futuro en el epicentro del desastre.
El nivel gráfico es espectacular. Byrne se siente libre y lo demuestra en cada viñeta. No es solo el trabajo en el diseño de personajes, que es fantástico, es que tiene la habilidad y el talento de escoger siempre la mejor solución gráfica para cada momento. Desde la distribución de viñetas al diseño de página, pasando por la elección de planos, en Next Men hablamos de un despliegue visual de primer orden. Dinámico, arriesgado, inteligente y con el puntito clásico que sirve de nexo entre el Byrne de su etapa anterior y el experimentador que desde los días de Alpha Flight tomaba las riendas.
En el puñado de números que conforma este tomo, Byrne plantea los interrogantes necesarios que enganchan al lector, pero también ofrece las primeras respuestas. Next Men os enganchará desde el principio, empezando con la acertada edición ofrecida por Norma, que es todo un lujo de presentación. Aunque, eso sí, pocos extras han añadido. Esta es la ocasión de entrar en contacto con el universo imaginado por Byrne para esta serie si es la primera vez que te encuentras con estos Next Men o, para el que suscribe, completar aquella colección que quedó a medias en los 90. Efectivamente, no todo lo que se editó en aquella década fue un horror. Next Men es de esas maravillas que no se deben olvidar.
Norma Editorial ofrece por fin al lector español la colección Nex Men al completo. Este primer volumen recopila en una cuidada edición en cartoné el especial 2112 y los números del #0 al #6 de la edición USA. No incluye apenas extras, pero la presentación es bastante potente. 264 páginas a todo color que se traducen en un precio recomendado de venta al público de 25 euros.
[review]
[note]PREPÁRATE PARA CONOCER A LOS HOMBRES DEL FUTURO.
Los avances en la genética han abierto un gigantesco abanico de posibilidades. La mutación puede ser controlada, aunque aún no al cien por cien. Con esta premisa en mente, un laboratorio financiado por el gobierno de los EE UU aparentemente está investigando la modificación genética de cultivos, pero en realidad ha estado investigando la modificación genética humana con el fin de crear supersoldados, seres evolucionados con poderes pero también adoctrinados para servir a sus superiores. Una investigación realizada a espaldas del gobierno y tutelada por el senador Hilltop y sus misteriosas motivaciones: el proyecto NEXT MEN.
Será la agente Antonia Murcheson quien descubra el proyecto y a cinco de sus conejillos de indias, cinco humanos evolucionados a los que ayudará a escapar iniciando una increíble aventura que desembocará en importantes consecuencias para el futuro de la humanidad.
John Byrne , uno de los grandes autores del cómic norteamericano, autor de sagas inolvidables de X Men , Los 4 Fantásticos o Superman , hizo el salto al mundo independiente a principios de los 90 con su serie Next Men . Sin embargo, tras 30 números, dejó la serie parada en una pausa que duraría hasta 2010, año en que la recuperó para ofrecer la conclusión que miles de lectores habían estado esperando. Ahora, aprovechamos la conclusión de este clásico para ofrecerlo en 4 volúmenes imprescindibles para todo admirador del cómic americano.[/note]