Jasper Jenkins es un perdedor de campeonato. Se arrastra por su propia vida sin más pretensiones que pillar un colocón detrás de otro. Ha perdido el rumbo, y la búsqueda de su propia identidad le ha llevado a un bucle de autocomplacencia destructiva. Pero todo cambia el día en el que un ¿accidente? en un experimento de laboratorio le otorga poderes dignos de un superhéroe de cómic. En ese momento, Jasper empieza una nueva vida llena de contradicciones entre el pasota militante engullido por su sillón y la redención que le proporciona su doble vida como el enmascarado The Bounce.
En líneas generales, esta es la trama principal de The Bounce, un extraño y psicodélico viaje del héroe, pero claro, eso sería demasiado simplista. Hay bastante más en las páginas de este cómic, que hacen que la narración baile entre la ciencia ficción, el homenaje a los clásicos e incluso algo de horror cósmico al estilo Lovecraft (sí, lo digo y me quedo tan a gusto).
Hablemos un poco de los implicados, empezando por el encargado de los guiones de estos 12 números. . Joe Casey es un viejo conocido para los aficionados al mundo de la viñeta, y ha pasado por cabeceras importantes en Marvel, DC e Image. Wild C.A.T.S, Gen 13, distintas colecciones mutantes o The adventures of Superman son algunos de los encargos que han pasado por sus manos, pero sin duda, es recordado por una larga y fructífera etapa al frente de la colección protagonizada por Cable, posiblemente la mejor época de la colección dedicada al hijo de Askani. Dibujada con todo el sabor clásico a Kirby por José Ladrönn ha quedado marcada en la memoria de los fans de los mutantes (y si no la habéis leído, os la recomiendo con ganas). También ha dado muestras de libertad creativa con la creación de series independientes, como la fabulosa ida de olla que se marcó junto con Ashley Wood, Automatic Kafka, una narración experimental que tiene tantos detractores como fanáticos (admito que me encuentro en el segundo grupo, por si acaso).
Aparte de su carrera en el mundo del cómic, Casey fue fundador del sello Man of Action, una especie de cooperativa de autores que cuenta en sus filas con gente como Joe Kelly o Steven Seagle. Los éxitos de esta iniciativa son bastante notorios, ya que, entre otros pelotazos para televisión, son los creadores de la archiconocida Ben 10. Buenas credenciales.
En el aspecto artístico tenemos a David Messina, un valor en alza dentro del cómic internacional, que ha triunfado en el mercado USA. Messina es la enésima muestra de talento europeo en el globalizado mercado del cómic en Estados Unidos. Ha pasado por Ultimate Spiderman o Lobezno y la Patrulla X después de muchos rebotes por distintas editoriales, y su particular estilo, marcado por influencias muy dispares, es un reclamo para lectores que confirman que Messina es algo más que un valor de futuro.
Como tercera en discordia, tenemos a Sonia Harris, encargada del diseño de los aspectos más psicodélicos de este viaje interdimensional y de dar sentido a muchos de los conceptos creados por Casey. Aparte de su valor artístico, Harris escribe una columna mensual sobre sus reflexiones acerca del mundo del cómic en el medio Comic Book Resources, toda una referencia en el mundillo.
Ya conocemos al elenco detrás de este cómic, así que ya es hora del viaje al interior de esta historia.
Casey bebe de los conceptos clásicos de la edad de plata, un tipo normal y corriente se ve envuelto en una vida inesperada en la que debe elegir que hace en esta nueva situación. Es decir, todo poder conlleva una gran responsabilidad, pero contextualizado en los estándares del siglo XXI. Jasper Jenkins es el último tipo que debería ser un héroe. Ha convertido su vida en un desastre, y no es que sea un ejemplo de determinación y coraje. Incluso en su faceta de superhéroe se deja arrastrar por las circunstancias. Todo lo peor de, por ejemplo, el pusilánime Peter Parker de los inicios pero mezclado con el abuso de drogas blancas y la falta de habilidad social de, por usar un referente, Jesse Pinkman (Breaking Bad).
Jenkins se ve arrastrado a una conspiración en la sombra, origen de sus poderes, que tiene que ver con un mundo paralelo plagado de superhéroes y el aparato tecnológico militar de turno interesado en convertir esa realidad alternativa en un arma potencial. Debido a su enésimo escarceo con sustancias poco recomendables, Jasper consigue un viaje (en todos los sentidos) a ese mundo paralelo, y en donde comienza su aventura para conocer la verdad detrás de sus alucinaciones.
Casey construye un entorno creíble para Jasper, un tipo creíble, rodeado de impredecibles secundarios que dan empaque a la realidad del protagonista. Curiosos compañeros de piso, difíciles relaciones familiares o aliados inesperados conforman el mundo de The Bounce, y nos recuerdan que el héroe no está solo. De hecho, tenemos referentes de los clásicos en Silver, la ayuda femenina/oráculo tan presente en las narraciones del viaje del héroe de ayer y hoy.
El escritor se enfrasca en una historia que se complica de más, un tanto farragosa en algunos tramos, ya que la estructura escogida por Casey obliga a los lectores a rellenar demasiados huecos por su cuenta. Los continuos flashbacks a veces no cumplen su función explicativa y hacen que la historia avance a trompicones. En el momento del climax, las cosas quedan bastante claras y casi todo queda explicado, pero lo cierto es que la aventura de Jasper Jenkins, en mi opinión, a lo mejor pedía un poco más de sencillez. Al final, The Bounce es una historia acerca del bien y del mal, de los matices de estos dos conceptos. Con un héroe atípico, sí, y una reflexión bastante curiosa acerca de lo podrido de nuestro día a día que no deja indiferente. The Bounce es un viaje del héroe psicodélico y algo canalla, pero Casey usa ese tono gamberro para recordarnos algo importante a los que observamos horrorizados la tristeza del siglo XXI. Hay esperanza. Hay luz en las tinieblas. La verdad, es que el mensaje es bonito.
Messina ofrece un trabajo espectacular, lleno de matices, de uso inteligente del color, de fabuloso diseño de personajes. Admito que cada día me gusta más este dibujante y su fantástica mezcla de referencias. Veo trazos de los grandes del cómic europeo, mezclados con la espectacularidad de los gigantes del cómic de superhéroes, aderezado por el curioso y único efecto que consigue Messina en el uso de la luz y el color. Roza lo onírico en muchas ocasiones, y da mucha identidad a los viajes dimensionales del protagonista al marcar la esencia de ambos mundos con efectos visuales de primer orden. La aportación de Sonia Harris certifica este tono en su parte del trabajo, hermoso y terrible al mismo tiempo. En el aspecto visual, The Bounce cumple de sobra con las expectativas.
The Bounce es una obra imperfecta, pero con ingredientes de sobra para gustar. Una vez te adaptas al estilo de Casey y dejas que la narración fluya, la cosa mejora. Si te enfrascas en una batalla contra el modo de contar las cosas de este particular escritor, será una experiencia frustrante. Yo conseguí mi acto de fe en la capacidad de Casey de solucionar su propia papeleta, y he disfrutado mucho de las aventuras y contradicciones de un tipo tan cercano como Jasper Jenkins rumbo a su redención personal. Espero que a vosotros os resulte también una gran experiencia lectora.
Aleta recopila los doce números de la edición original en Estados Unidos en un tomo único. 304 páginas encuadernadas en rústica , compensada con un papel de gran calidad, a todo color, que se traducen en un precio de venta al público de 25 euros.
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[note]¡TODA LA ALUCINANTE SAGA DE THE BOUNCE…EN UN SOLO TOMO!
¡Experimenta la historia de la forma en que fue originalmente concebida!
Jasper Jenkins está viviendo una doble vida… junto a un puñado de otras rarezas superpoderosas. ¿Pero se trata realmente de su vida? ¿O de la nuestra? Puede que el secreto oculto de nuestra misma existencia se encuentre en estas páginas…
Recopila los 12 números de la serie completa de The Bounce, la última gran obra de Joe Casey (Sex, Codeflesh) junto a David Messina (Ultimate Marvel: Lobezno, Star Trek)[/note]